DADOS
Texto y dirección: José Padilla
Intérpretes: Almudena Puyo y Juan Blanco
Teatro Jovellanos, Gijón, 24 de enero
Si el teatro gozase de una situación estable y su actividad formase parte de nuestros hábitos, obritas como esta se representarían todos los fines de semana en los teatros de barrio de cualquier ciudad. “Dados” es una pieza de la compañía Ventrículo Veloz, sencilla, montada sin afectación retórica ni demasiada concreción dramática. A simple vista su argumento es poco más que una anécdota que aborda la identidad de género en las personas trans, mostrando alguno de sus aspectos externos a través de una ligera intriga, sostenida por una convención teatral muy elemental. Su autor, José Padilla, ha querido de esta manera alejarse del testimonio directo, emocional y reivindicativo, y “posicionarse” con naturalidad desde dentro, poniendo el foco de atención en un joven que vive su sexualidad satisfactoriamente –o eso suponemos– aunque con algún que otro complejo, fruto de la imposición de roles y patrones de conducta que están muy arraigados y establecidos en la sociedad. Desgraciadamente, hoy en día, todavía son muchos los sectores recalcitrantes que plantean la identidad de género como un conflicto beligerante y excluyente.
La obra, que se estrenó hace tres años en el Pavón Teatro Kamikaze (espacio que acaba de anunciar su cierre definitivo, debido al precio del alquiler y al coronavirus), viene avalada por los cientos de estudiantes que ya la han visto en muestras y campañas organizadas con fines pedagógicos, seguidas de coloquios y trabajos específicos. La anécdota argumental, la simpatía de los personajes, el roce generacional, la disputa amistosa y las muchas alusiones a películas, videojuegos y partidas de rol –el contexto referencial ya construido especialmente para los nativos digitales–, propician un debate que no se agota en los enunciados explícitos de la trama, sino que se desparrama en una reacción en cadena hacia otros temas que se presentan indefectiblemente relacionados, como la libertad, el respeto, el acoso, el derecho, la sexualidad, la identidad, el constructo social, la ideología, la cultura, el universo transgénero y sus múltiples matices, etc. El argumento es muy sencillo. “X” es un adolescente trans de 16 años que trabaja en una tienda de cómic y juegos de rol. Cuando se queda solo se dedica a grabar podcasts impostando una voz exageradamente viril para su programa… hasta que llega “Y”, un enigmático y provocador cliente de 26 que empieza a cuestionar su comportamiento provocando una encerrona.
“Dados” de José Padilla
El humor y la ironía en algunos momentos, junto al buen arte de los intérpretes, consiguen que los espectadores sigan los hechos con interés los 55 minutos que dura la representación. Y es que Dados, siendo tan poquita cosa, además del valor didáctico para los estudiantes posee también la virtud de abrir la caja de Pandora al público adulto –especialmente a quienes aún no se han enterado de que vivimos en el siglo XXI– para que así podamos ver los muchos males cotidianos que nos persiguen.
Juan Blanco y Almudena Puyo, los intérpretes, suman a sus muchas cualidades artísticas su encanto físico y frescura. Juan Blanco, a quien conocemos ya por su trayectoria dentro y fuera de Asturias, como la encarnación de lo que llegará a ser X, y Almudena Puyo, atractiva y hermosa adolescente, andrógina, rapada al estilo urban Fade y seguidora de Nirvana, como el protagonista de nombre Luis –así nos lo confiesa al final–, que se presenta como un enigma por desvelar con toda la vida por delante. La pieza utiliza con fortuna “El jardín de las Delicias” del Bosco como reivindicación de lo extraordinario, la libertad y la belleza, y la tirada de dados –en el juego de rol como en la vida–, como la ocasión de combatir la soledad si la suerte nos acompaña. Pues eso.