La pluralidad y diversidad de las personas asistentes a las concentraciones y marchas del 8M ha sido una de las características de una jornada de movilizaciones masivas en Asturies, España y muchos otros países. En Nortes hemos querido reflejarla con una serie de retratos.
Manuela, 78 años

Jubilada. Trabajó en hostelería y comercio. “¿Cómo no iba a estar hoy aquí?. Esto es una cosa que tenemos que seguir reivindicando. Queda mucho por hacer” nos comenta Manuela en la concentración de Oviedo/Uviéu, frente a la plaza del Ayuntamiento.
Aida, 37 años

Fotógrafa, vecina de Oviedo/Uviéu, ha ido a la plaza para reivindicar los derechos de las mujeres. Lamenta la “nula implicación” de su Ayuntamiento: “No se involucra nada”.
Carmina, 87 años

Jubilada. Histórica de CCOO. Fue empleada en las oficinas de ENSIDESA y una de las primeras mujeres de la fábrica en implicarse en el movimiento sindical, que debido a la dictadura todavía era clandestino. Muy pronto sintió los problemas de las mujeres, aunque en aquella época no se hablara de feminismo: “Desde que comencé a trabajar descubrí las diferencias en el trato a los hombres y las mujeres”.
Milagros, 63 años

“Estoy luchando para que todo cambie, pero las mejoras son muy lentas” lamenta esta peluquera a domicilio, que se queja de la desigualdad y del “trato de los varones”.
Laura, 32 años, y Rocío, 30 años.

Laura trabaja como dependienta y Rocío está en el paro, pero también ha trabajado en el comercio. Se quejan de la “condescencia de los señores” en el trabajo y otras actitudes de los clientes masculinos que las hacen de menos. Lamentan que el Ayuntamiento pase de un día tan importante como este.
Ricardo, 23 años.

Estudia integración social y se define como “aliado feminista”. Cree que los hombres deben implicarse en “ayudar a las mujeres a conseguir la libertad que desean”. Para Ricardo eso pasa por cambiar la forma de relacionarse en sociedad que tienen los varones. En ese sentido se muestra optimista con el cambio de actitud de muchos hombres, pero considera que todavía faltan cambios más profundos.
Marta, 39 años.

Es madre y trabaja como camarera. Considera que la conciliación sigue siendo más un eslogan bonito que una realidad y echa en falta más medios para facilitar vida laboral y familiar. También llama la atención sobre lo marcado de los roles de género en la infancia, y pone el ejemplo de los chistes y comentarios que hubo cuando este antroxu su hijo fue al colegio disfrazado de Elsa de “Frozen”.
Abida, 36 años.

Trabaja como ama de casa y acude a la movilización de Xixón junto a otras mujeres saharauis afincadas en Asturies para reivindicar la libertad de su compatriota, la activista Sultana Khaya, presa y torturada por el Estado marroquí a causa de su militancia política.
Julia, 15 años

Estudia en el instituto. Reconoce que ha ido porque iba su madre. Le gustaría que “los tíos no se crean superiores y respeten más a las mujeres”.
Mael, 3 años, Omar, 40 y Noelia, 42

Acuden en familia a la movilización gijonesa. Según Noelia, les gustaría que su hijo creciera en un mundo mejor, “más igualitario, en el que todo el mundo tuviera las mismas oportunidades, ya sean hombres o mujeres”.
Coral, 36 años, Tania, 36 años y Raquel, 38 años.

Trabajan en el sector audiovisual. Delante y detrás de las cámaras. Lamentan la brecha salarial, la fecha de caducidad de las actrices y la falta de buenos papeles para las mujeres: “La mayoría de historia son de tíos y contadas por tíos”. A pesar de ello no pierden la esperanza y consideran que las cosas están poco a poco cambiando en el sector gracias a mujeres que se han ido convirtiendo en referentes.
Buenas, soy Ricardo el chico al que entrevistasteis. Igual se me entendió mal pero dije “conseguir la libertad que desean” y no conservar, sólo como pequeña corrección. Muy buen artículo tengo que añadir también.
Corregido. Muchas gracias por la puntualización