A Xuan Cándano lo conozco desde hace muchas lunas y muchas luchas. Juntos pisamos un montón de charcos por defender la libertad de expresión, los derechos llingüísticos de les y los falantes d’asturianu, los derechos humanos o simplemente el derecho a tomar la última cerveza de la noche sin que la autoridad pertinente nos apagara las luces o dejara nuestra charla a medias… Con Xuan he compartido y he defendido la palabra, la libertad y la cerveza (las tres son parte de lo mismo).
Xuan ejerció durante cuatro décadas el oficio de periodista, como redactor del Centro Territorial de Televisión Española en Asturies y como director de la revista de investigación Atlántica XXII. Siempre afrontó este oficio con esa impertinente honestidad o con esa honestidad impertinente que debería ser la razón de ser del periodismo pero que desgraciadamente ha pasado a ser uno de los últimos vestigios del periodismo.

Este jueves se presenta en la biblioteca de El Fontán de Uviéu No hay país. Crónica política (y sentimental) de Asturias: 1982-2022, el nuevo ensayo de Xuan Cándano, editado por Hoja de Lata. El libro acaba de salir de imprenta, yo ya lo tengo en mis manos, pero aún no lo he leído. Con esa ética profesional que me inculcaron, que me contagiaron periodistas como Xuan Cándano, no puedo decir si el libro es bueno o malo antes de leerlo. Puedo decir, eso sí, que Xuan es uno de los tipos más honestos y más insobornables que he conocido en este oficio. Y que en Asturies sigue sin haber país pero sigue habiendo un puñado de dignas y dignos periodistas. Y que el libro de Xuan tiene una pinta estupenda.