Construido por el arquitecto el arquitecto Enrique Rodríguez Bustelo en 1917, durante el boom de la minería asturiana, el chalet de los Figaredo fue vivienda familiar hasta el año 1977. Desde entonces hasta la actualidad, el palacete ha pasado por diferentes manos y usos, así como varias etapas de total abandono que parecen haber tocado a su fin con el nuevo plan del Ayuntamiento de Mieres y el Gobierno asturiano para reconvertirlo en Centro de Crisis para Víctimas de Agresiones Sexuales.
Perteneciente hasta la Transición al clan burgués de los Figaredo, originario del valle de Turón y del que proceden pesos pesados de la derecha asturiana y española, como el ex ministro del PP Rodrigo Rato y el diputado de Vox Jose María Figaredo, diputado de Vox, la mansión, de estilo ecléctico, se ubica a escasa distancia del Pozu Figaredo, propiedad de la familia, y que desde finales del siglo XIX fue una de las minas más importantes de la cuenca del Caudal.
Representativo del poderío que llegó a alcanzar la burguesía asturiana ligada al carbón, el dibujante Alfonso Zapico convertiría a la mansión en uno de los escenarios de su saga “La balada del Norte”, ambientada en la Revolución de Octubre de 1934.

La prosperidad del negocio carbonífero permitiría a principios del siglo XX a los Figaredo expandir sus negocios a otros sectores, como la industria naval o las finanzas, estando sus capitales en la fundación del Banco de Oviedo y el Banco Gijonés de Crédito. Llegados a los años 70, sin embargo, la extracción de carbón era ya una actividad económica cada vez menos importante para la familia, que había diversificado sus intereses. En la Transición la empresa minera entraba en crisis, tenía dificultades para pagar los sueldos, y en Minas de Figaredo estallaba un conflicto laboral de enorme dureza en el que se llegaría incluso a retener por parte de los trabajadores al ingeniero y empresario José María Figaredo
En la salida de los Figaredo del chalet pesarían pues no solo las circunstancias económicas, sino también la conflictividad laboral. El 27 de marzo de 1979, 20 trabajadores tomaron el chalet propiedad de la familia en una acción de protesta. Sería una de las muchas acciones desplegadas por una plantilla que llevaría sus reivindicaciones incluso al centro de Madrid. Finalmente, tras una larga lucha, los mineros lograrían que el Estado asumiera la propiedad de la empresa, que se terminaría incorporando a la empresa pública HUNOSA.

Vendido por la familia a una inmobiliaria, y abandonado a su suerte durante 20 años, el chalet llegó a estar amenazado de demolición. Mientras la burguesía se desentendía de su patrimonio histórico, serían la clase obrera del valle la que mostraría más empeño en salvarlo. Y es que fue la movilización vecinal la que impidió el derribo del chalet y llevó al Ayuntamiento de Mieres a adquirirlo y buscarle un nuevo uso en 1998. La historia parecía tener final feliz. Sin embargo, tras haber sido durante 14 años sede del Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial de la Universidad de Oviedo/Uviéu, en 2011 la institución hacía las maletas y el chalet volvía a quedar abandonado. Un abandono que tras una década de proyectos fallidos ha deteriorado su estructura, pero del que volverá pronto a salir. El Gobierno de Asturias ha anunciado este martes una inversión de 1,4 millones procedentes de los fondos europeos para ubicar en él el Centro de Crisis para Víctimas de Agresiones Sexuales.
La directora general de Igualdad, Nuria Varela, presentó este martes el plan para la nueva ubicación del centro junto con el alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez, y las concejalas de Igualdad, Nuria Ordóñez, y de Derechos Sociales, Teresa Iglesias.

Varela agradeció al Ayuntamiento de Mieres la cesión del inmueble que permitirá incrementar los servicios que presta con formación, terapias grupales y un espacio habitacional temporal para las víctimas.
La directora general de Igualdad resaltó que el chalet está ubicado en un lugar estratégico de la zona central asturiana, al permitir el desplazamiento en poco tiempo a cualquier punto de Asturies y ha resaltado que se trata de un “inmueble emblemático y muy adecuado, porque los espacios también pueden ser terapéuticos”.
Igualdad sacará a licitación las obras de adecuación del edificio, que se prolongarán durante el próximo año, y que consistirán en la habilitación de un espacio residencial temporal para las víctimas.