Quizá a la defensa de la educación pública, tan marcada por la denuncia de los recortes y del trato de favor a la red privada-concertada, le ha faltado a veces celebrar y reivindicar todo lo que se hace de bueno en los centros educativos dependientes del Estado. El orgullo de ser de la pública, de forma parte de una escuela que ofrece una educación interclasista, diversa, plural, y muchas veces también bastante más participativa, crítica e innovadora que esa caricatura gris y autoritaria que se ha hecho de ella desde colegios privados con pedagogías alternativas solo aptos para familias de clase acomodada.
El colegio Veneranda Manzano, en el barrio ovetense de San Lázaro, es un ejemplo de ese buen hacer de la escuela pública. Con una comunidad educativa volcada en mejorar su día a día, este 8M el colegio carbayón inauguró una placa dedicada a la maestra republicana que desde 1986 da nombre al centro. “Una mujer rompedora y feminista, inusual para su época, y un referente de la lucha por la igualdad a través de la educación” en palabras de Noelia Granda, directora del colegio, que reconoce que este 8M ha servido para que profesorado y alumnos hayan redescubierto la biografía de Manzano, paliando así cierto desconocimiento que existía en el propio centro sobre esta asturiana nacida en Piloña en 1893 y fallecida en Oviedo/Uviéu en 1992.
“El colegio carbayón inauguró una placa dedicada a la maestra republicana que da nombre al centro”
Veneranda Manzano, defensora de la educación pública, la igualdad social y los derechos de las mujeres, se convirtió en 1933 en la primera mujer asturiana en ser diputada. Lo hizo en las filas del PSOE y pagó por su compromiso político casi cuatro décadas de exilio en México. Un largo destierro del que regresaría en 1976 para asentarse de nuevo en Asturies. Dos de sus bisnietas, acompañadas por sus hijas, estuvieron este miércoles presentes en la inauguración de una placa en recuerdo de su bisabuela. Paola García Manzano recuerda que desde pequeña en casa se hablaba siempre de Asturies como “el mejor lugar del mundo”. Ahora, esta mexicana afincada en la tierra de sus antepasados, da la razón a aquel comentario que se cansó de escuchar en su infancia, y se siente honrada de que se siga recordando a su bisabuela y a su lucha por la igualdad.

La inauguración de la placa de la futura Aula Paraíso Veneranda se enmarca dentro del proceso participativo que la dirección del colegio ha abierto con docentes, familias y alumnos para remodelar los patios del centro educativo y hacerlos más amables y habitables. Todo el mundo está invitado a opinar y aportar, lo cual no significa que por ello todas las ideas vayan a ser realizadas. Así, los niños y niñas discuten cómo les gustaría remodelar el espacio en el que aprenden, juegan y se relacionan, pero descubren también los límites económicos o físicos a sus ideas y deseos. Los miércoles por la tarde es el turno de las reuniones de las familias para diseñar y construir los espacios.

América Sánchez, una de las madres implicadas en esta experiencia llamada Patios Habitables elogia el “dinamismo” que se respira en el Veneranda Manzano y la fuerte implicación del profesorado con el centro. “Es un colegio que se mueve mucho” destaca. Dentro de este proceso ya se han puesto en marcha mercadillos, un rocódromo y una huerta cultivada por los niños y niñas. Ahora el plan es hacer del patio interior una zona verde en la que alumnas y alumnos puedan disfrutar de los recreos, asistir a clases prácticas y mejorar sus conocimientos sobre plantas y medio ambiente. Este 8M ha empezado la cuenta atrás para que el Paraíso Veneranda se vaya convirtiendo en una realidad.
Seguro que aquella maestra republicana, hija y nieta de maestros, estaría orgullosa de saber que su legado pedagógico sigue estando en buenas manos.