¿Juventud sin futuro? 15M, doce años después

Ni el emprendimiento, ni las subvenciones a las empresas o la formación han terminado con un desempleo juvenil elevadísimo.

Recomendados

Hace ya más de 12 años de ese 7 de abril de 2011 en el que algunos centenares de jóvenes salieron a la calle para chillar que, a pesar de que los quisieran resignados y sin futuro, les iban a tener de frente y sin miedo.

La manifestación del 7 de abril la había convocado una organización que  se disolvió seis años más tarde, se llamaba Juventud Sin Futuro. Al frente de la manifestación llevaban una pancarta que decía: “Sin casa, sin curro, sin pensión. Juventud Sin Futuro recuperando nuestro futuro. Esto es solo el principio”. Sería el prólogo al estallido un mes más tarde del 15M y las acampadas en toda España.

El principio de un movimiento que aprendió a politizar lo cotidiano, a sacar a la luz los problemas y a hacerlos colectivos, a reivindicar la alegría, y también la indignación, como arma de protesta reclamando la dignificación de la vida.

Cuando el movimiento cesó dejaron muchos significantes flotantes que el primer Podemos  trató de articular en un partido-movimiento que, desde las elecciones europeas del 2014 y tras atravesar numerosas transformaciones, está marcando el panorama político de nuestro Estado y formando parte del gobierno actual.

Hoy, cuando se acaba de abrir un largo proceso electoral que nos llevará hasta las elecciones legislativas de diciembre, que afectará a la totalidad de las instituciones democráticas, debemos preguntarnos qué queda de todo aquello ¿seguimos teniendo una juventud sin futuro? ¿sigue estando la juventud sin casa, sin curro, sin pensión ? ¿tendrían que volver a ocupar las calles para hacerse presentes o la recuperación de su futuro está en marcha ? Y de manera más general: ¿qué camino hemos recorrido y cuáles son las dificultades que no hemos superado?

En los días anteriores al inicio de la actual campaña electoral para las municipales y autonómicas, el espíritu del 15M parece haberse hecho presente, probablemente en forma de encuestas manejadas por los partidos sobre el voto juvenil. La aparición de ese espíritu es el que probablemente ha hecho que el presidente del gobierno haya anunciado repentinamente la inmediata creación de vivienda pública y las ayudas a las hipotecas para los jóvenes, o el que ha provocado la súbita sensibilidad ante el problema de la vivienda de los jóvenes por parte del Partido Popular. También habrá sido ese mismo espíritu el que haya hecho anunciar al proyecto electoral Sumar de Yolanda Díaz su iniciativa de herencia universal para los jóvenes de 18 años.

Algunos datos actuales sobre la situación de la juventud y el empleo

Al margen de estas propuestas de última hora sin concretar y desarrollar, unos pocos datos nos revelan cuál es la situación actual de la juventud en cuanto al asunto fundamental que se reivindicaba en aquella pancarta de abril de 2011: el del empleo juvenil (sin curro digno difícilmente se va a poder tener casa, ni pensión)

En los datos de 2021-2022 de Eurostat, España se encuentra a la cabeza de las cifras de desempleo juvenil  de la Unión Europea con un 27,9 % , solo superada por Grecia con un 29,5 %. La cifra de nuestro país viene a ser el doble de la tasa media de la Unión Europea. A esta cifra hay que sumarle la de los denominados NINI (jóvenes que ni estudian, ni trabajan, ni buscan empleo)  que no contabilizan como parados y que suponen una media  en la UE- 27  de 13,7 %  de la población entre los 15 y 29 años de edad.

Para entender mejor el panorama del empleo juvenil también tenemos que considerar a los  ¨trabajadores pobres” denominados así por las características de su relación laboral en la que predomina la temporalidad y los bajos salarios. Con respecto a este grupo cabe destacar la diferencia que se observa en los datos obtenidos por Eurostat que sitúan la tasa de empleo parcial no deseado de los jóvenes en España en el 51,6 % y en Alemania en el 6,7 % siendo la media de la UE-27 del 25,7 %.

Para completar el panorama, también hay que tener en cuenta a los subempleados, que según los registros del Ministerio de Trabajo son 1,73 millones de trabajadores que ocupan puestos cuyas exigencias de formación son inferiores a las que poseen. Más de la tercera parte de quienes se encuentran subempleados tienen estudios superiores y cerca de otro  medio millón ha superado la enseñanza secundaria, lo que hace pensar que esta  situación afecta también de forma importante a la juventud.

“El futuro de los jóvenes sin futuro no se ha despejado ni mucho menos”

Y por último, la de los exiliados por el empleo, aquellos que han tenido que emigrar para encontrar un empleo digno, algunos de ellos jóvenes con un alta cualificación profesional,  cuyas cifras no dejaron de crecer desde la crisis del 2008 hasta el 2017 y que siguen teniendo pocas posibilidades de retorno debido a la situación que pueden encontrarse a su regreso.

En definitiva, aunque a consecuencia de la última reforma laboral, las  cifras de contratación y la clara tendencia a la estabilización del empleo son una realidad, conviven con ella otras realidades a las que no acaban de llegar las mejoras laborales, una de ellas es la del empleo juvenil como revelan los datos que acabamos de recoger.

El futuro de los jóvenes sin futuro no se ha despejado ni mucho menos. El corazón y en buena parte el cerebro del 15M que irradió la sangre por el cuerpo redivivo de las reivindicaciones nos muestra bien a las claras que no hemos sabido encontrar y/o recorrer caminos viables para su transformación.

La continuación del 15 M: la articulación y la opción entre hacer seguidismo o dirigir el movimiento

En un programa de La TuerKa, dirigido y presentado por Pablo Iglesias, titulado Lecciones del 15M y el futuro del movimiento ( 2 de Junio de 2011) ya se pusieron de manifiesto  las cuestiones  que tenía que afrontar el 15 M para su continuidad: su articulación y la opción entre hacer seguidismo   del movimiento o intentar dirigirlo.

La opción entre hacer seguidismo del movimiento o intentar dirigirlo no se dirimió definitivamente hasta varios años más tarde cuando, agotado el propio movimiento, surge Podemos con el manifiesto Mover ficha: convertir la indignación en cambio político, presentado el fin de semana del 12-13 de enero de 2014 y difundido por la publicación digital Público que firmaban una treintena de intelectuales, personalidades de la cultura, el periodismo y el activismo social y político.

En cuanto a la articulación del movimiento el 15 M puso en circulación una serie de demandas heterogéneas que abarcaban desde lo económico, pasando por lo político hasta lo social y cultural. Esta pluralidad de demandas insatisfechas necesitaba ser articulada en una cadena que disminuyera su disparidad produciendo entre ellas relaciones de equivalencia.

En la medida que las demandas heterogéneas de la sociedad no comparten elemento positivo alguno salvo su carácter insatisfecho, el rechazo al enemigo o adversario del pueblo puede actuar como instancia de articulación. La idea de “la casta” del primer Podemos jugó un importante  papel  en este sentido.

Este proceso de articulación se había realizado a partir de las demandas de un sector precursor, el de la juventud sin futuro, que superando su especificidad, terminan transformándose en la demanda global del pueblo frente al enemigo o adversario político.

La continuación del 15 M hasta ese momento se había resuelto aceptablemente y los  buenos resultados que se alcanzaron en las elecciones de 2015 así lo refrendaron.

Probablemente a partir de ese momento se entraba en otra fase de la continuidad del 15 M que implicaba otros cometidos de más finura política,  que sirvieran para enfrentarse eficazmente a las tareas derivadas del programa político que se había articulado. Nuevas ideas para poder enfrentarse a un antagonista envolvente y más sofisticado de lo que parecía a primera vista.  

Movimiento 15M, mayo 2011. Foto: Iván G. Fernández

Las ideas de las que se disponía, algunas heredadas del 15 M, otras recogidas de organizaciones preexistentes y algunas improvisadas sin el necesario estudio y experiencia, han resultado insuficientes cuando no equivocadas. Ni el 15 M, ni los partidos o movimientos disponían de inéditos viables que permitieran proseguir la tarea que había que emprender a partir de 2015.

Dicho de forma más clara: para democratizar los partidos no bastan las primarias ni los referéndum, para mejorar la democracia y la participación ciudadana no bastan los proyectos participativos de los ayuntamientos, para abordar el problema de la vivienda no sirven las ayudas al alquiler, para que la educación contribuya al bien común es necesaria pero no suficiente la igualdad de oportunidades ni la educación inclusiva, para  construir una sanidad al servicio de la mayoría social es necesario pero no suficiente cuidar la atención primaria y disminuir las listas de espera, para que la universidad sea un servicio público no basta con aumentar las becas para que todo el mundo pueda estudiar…

Volviendo, para ejemplificar,  al desempleo juvenil

En el importante tema del desempleo juvenil se pone también en evidencia la necesidad de plantear inéditos viables y la insuficiencia de las ideas de las que se dispone.

Mientras la situación de desempleo de la juventud se hace crónica, seguimos todavía escuchando los mismos planteamientos que han inspirado en buena parte los numerosos planes de empleo juvenil que nos han llevado hasta aquí, que vienen a plantear, una vez más como solución, el sometimiento de la educación a los intereses de las empresas (fundamentalmente de las medias y grandes empresas), dentro del libre juego de la oferta y la demanda de empleos pero con ayudas a las empresas que contraten a jóvenes aunque sea en empleos precarios.

Deberíamos saber, después de tantos años de predominio de políticas neoliberales basadas en la idea de capital humano, que este libre juego de la oferta y demanda de empleos, más cuando la legislación lo permite, como ha venido ocurriendo de forma creciente en los últimos años hasta las últimas reformas laborales de este gobierno, abre la puerta a que una parte importante de las empresas  busquen su supervivencia, el mantenimiento o el incremento de la tasa de beneficios, mediante la sobreexplotación  de la mano de obra, antes que mediante el camino más incierto de la innovación o el emprendimiento.

En este mismo sentido deberíamos saber también que el número y la calidad de los empleos no depende de la formación de los demandantes  y que por lo tanto de poco sirve insistir sin más en su formación para que el empleo digno aumente.

Deberíamos saber, sobre todo, que la dimensión del problema en nuestro Estado y la necesidad de ir cerrando el camino de la sobreexplotación, hace necesaria la intervención de la administración en la garantía de la transición de la educación al empleo.

Cualquier planteamiento político que pretenda romper la cronificación de este problema debe reclamar que la administración del Estado tiene que dejar de insistir en las políticas fracasadas de empleo juvenil y debe intervenir tendiendo puentes firmes y seguros entre la educación y el empleo digno a todos los niveles, que aseguren el paso entre la una y el otro. Inéditos viables que vayan disminuyendo el despilfarro educativo al mismo tiempo que ayudan a las empresas, que quieran realmente innovar y emprender nuevos caminos a servir de ejemplo de un empresariado con más sentido social.

Manifestación del 15M en Xixón. Foto: Luis Sevilla.

Todo ello sin olvidar el papel que puede jugar en esta transición segura entre educación y empleo, el sector público. Un sector público con una tasa de temporalidad a finales del 2022 por encima del 30% y en el que existe el compromiso plasmado en ley, de reducirla de aquí a dos años al 8%.

Cuando además de lo planteado, los fondos pospandemia (Next Generaron EU) ofrecen una oportunidad para abordar el futuro de la juventud sin futuro ¿cómo es posible que esta situación esté al margen del debate electoral? ¿qué suerte de alienación sufren los herederos políticos del 15 M para no reclamar una intervención contundente del Estado en este terreno ? ¿habrán interiorizado definitivamente las teorías neoliberales ? ¿pensarán que a los jóvenes no les importa tener un curro digno? ¿pensarán que de todas formas les van a votar? ¿o que de todas formas no les van a votar? ¿estarán en otras cosas más importantes ?…. ¡Qué vuelva el espíritu del 15 M con su pancarta al frente y les haga, al menos, girar la mirada.!

Actualidad

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

https://www.nortes.me/wp-content/uploads/2023/03/300x486.gif