Gimena Llamedo maneja una superconsejería, un extraño cajón de sastre desde el que se articula Presidencia, Reto Demográfico, Igualdad y Turismo. Por si fuera poco, hay que sumar una viceconsejería de Cultura y Deporte en manos de Vanesa Gutiérrez, que trabaja el género con eficacia y discreción. A lo largo de las semanas pasadas, el BOPA ha sido un texto cambiante, líquido y poco fiable, lleno de correcciones donde cada dirección parecía un tetris terriblemente difícil de encajar con el resto de consejerías. El intento de Barbón de aparentar austeridad con un gobierno reducido ha complicado un poco las cosas y algunos socialistas “pata negra” creen que habría sido más funcional mantener un organigrama clásico, “seguir la tradición” han dicho, porque hará falta un mapa que le explique a los funcionarios a qué dirección general deben dirigirse cuando quieran elevar un expediente.
Este lunes, la consejera compareció ante la comisión parlamentaria de turno y allí volcó las líneas maestras de su acción política dentro de esta legislatura. Llamedo no es especialmente una gran parlamentaria, pero en la mañana del lunes no dejó de anunciar medidas como una metralleta: la aprobación para octubre de un Proyecto de ley que abordará el reto demográfico y la creación de un Observatorio de la Emigración, la contratación de 1700 empleados públicos o la movilización de 100 millones de euros para modernizar el turismo en Asturias durante los cuatro años de esta legislatura que regarán los municipios de la región. Había un poco de todo y para todos.
El respaldo de IU a las medidas es una garantía. En IU también tienen su cajoncito. Otra super-consejería en manos de Ovidio Zapico al que habrá que prestar atención durante su comparecencia para poder determinar qué modelo de ordenación territorial desarrollará, cómo se planteará su “guerra” contra la burocracia social y, sobre todo, como hará que su cartera destaque dentro del gobierno. Sea como fuere, con IU se ofrecerá un equilibrio y una estabilidad política parlamentaria que permitirá reactivar el motor legislativo de la región. El reto más importante se resolverá con el apoyo de Podemos a los presupuestos generales de la región. ¿Se acuerdan?, sí, Podemos.
El PP está en estos momentos a otra guerra. El liderazgo de Feijóo se tambalea y Cuervas-Mons, de suyo astuto y con mordiente, ha estado plano durante su interpelación en la mañana de ayer. No ha confrontado políticas. Tan sólo ha puesto el dedo en los dineros. La derecha autonómica asturiana se mantiene expectante ante lo que pueda suceder el próximo día 24 en Madrid y, sobre todo, el martes 26, cuando se escenifique el gran fracaso de Alberto Núñez Feijoo en la Corte de los Leones. Hay quien cree que el PP puede saltar por los aires si Díaz Ayuso le da por apretar el botón del congreso. Aznar medita.
Las mociones con las que el PP quiere asaltar los parlamentos autonómicos y los ayuntamientos de todo el país, han encontrado en la calle Fruela un parapeto importante: la presentación de las líneas maestras que los consejeros de Adrián Barbón deben presentar en la sede parlamentaria. Ante el apocalipsis del PP, la izquierda asturiana abordará el futuro con propuestas presentando las tareas del gobierno durante los próximos días. Se diría que la agenda del gobierno de Adrián Barbón se ha sincronizado con la agenda política de Pedro Sánchez por primera vez. Todo en orden. Pueden seguir desfilando.