Otra de las aristas que quedan por limar tras la fusión de Liberbank y Unicaja es lo que ha pasado con el edificio sede del antiguo Monte de Piedad y Hogar del Pensionista de Cajastur, situado en la Plaza de la Catedral de Oviedo. Liberbank compró este inmueble a la Fundación Cajastur en 2015 y en 2019 lo vendió a la constructora Comansa, que ha proyectado en él un hotel de lujo.
Hoy se conoce públicamente la cantidad pagada por Comansa a Liberbank, tres millones de euros. Pero nada de sabe de la cantidad que Liberbank pagó a la Fundación Cajastur, gestora del edificio, propiedad de la antigua Caja de Ahorros de Asturias. Al menos, ni se informó públicamente ni los sindicatos de la caja tienen constancia de ello. Sin embargo, la Junta General del Principado y el Ayuntamiento de Gijón están representados en el patronato de la Fundación, como entidades fundadoras de la Caja de Ahorros.
Fue construido en 1929 por la Caja de Ahorros Municipal de Oviedo
A falta de conocer cuánto pagó Liberbank a la Fundación por esta adquisición, los tres millones abonados por Comansa no parecen un precio excesivo. Sobre todo teniendo en cuenta que se trata de la constructora que ingresó 63 millones de euros del Ayuntamiento de Oviedo, tras la expropiación y posterior retasación del palacio de Villa Madalena, estando el PP al cargo del Gobierno local.
CONSTRUIDO EN 1929
El edificio del antiguo Monte de Piedad fue construido en 1929 por el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Oviedo en 1929, a partir de un diseño del arquitecto Enrique Rodríguez Bustelo. Sus dependencias fueron cerradas en 2014. Un año después Liberbank, el banco en el que se transformó Cajastur, adquirió el inmueble.
En 2018, un año antes de la operación con Comansa, el Ayuntamiento de Oviedo, entonces regido por el socialista Wenceslao López, se interesó repentinamente por la adquisición del edificio. Se especuló durante unos días en los medios sobre esta posibilidad de compra municipal, que después quedó en agua de borrajas. El diario El Comercio señaló entonces, remitiéndose a fuentes financieras que así lo insinuaban, que el Gobierno municipal habría sido sondeado para forzar la posterior venta a la constructora.

El sindicato CSI, la central con el mayor número de representantes en el Comité de Empresa de Cajastur, criticó duramente esta operación. Marco Antuña, delegado de la organización, cuestiona la necesidad que tenía Liberbank de vender este edificio de la obra social de Cajastur a Comansa, “si, como dice su aparato de propaganda, es una entidad tan solvente gracias a la (en tono irónico) eficaz gestión de Manuel Menéndez (máximo responsable de Cajastur, de Liberbank y del futuro banco que saldrá de la fusión con Unicaja)”.