Resulta que en Siero, el cuarto municipio más poblado de Asturies (cerca de 50.000 habitantes), el bastón de mando municipal está en manos de un tipo incontrolado que con el bastón se dedica a repartir bastonazos. Lo acaban de condenar porque, básicamente, la emprendió a mamporrazos con un vecino de portal, aunque la justicia y su partido al parecer lo consideran un pecado menor… No hace falta ahondar mucho en la trayectoria del alcalde sierense, Ángel García, para llegar a la conclusión de que un un tipo así debería buscarse la vida en otra cosa, aunque seguramente en otra cosa, con sus escasos méritos, no cobraría los más de 50.000 euros brutos anuales que está ‘chupando’ como regidor de Siero.
A la Federación Socialista Asturiana (FSA), si es verdad el proceso regenerador que anunció hace un par de años, debería faltarle tiempo para lanzar fuera de la escena política, con una ruidosa patada en el culo, al infausto alcalde de Siero. La FSA debería buscar entre sus filas a otra persona y postularla al cargo, si quiere hacer medianablemente creíble ese proceso de renovación. Un personaje como Ángel García no puede seguir ahí sin que a nadie en su partido le revienten las fosas nasales por la pestilencia. Ya están tardando en redactar su necrológica política.