Natural Mining Resources (NMR) desembarcó en el puerto del Musel a finales de 2018. Su presidente era David Rodríguez Menéndez, un vecino de Cangas del Narcea que hasta entonces trabajaba como vigilante de seguridad en una mina, aunque la mano que dirige todo entre bambalinas es la del empresario murciano Antonio José Boluda. NMR se dedica a la extracción, tratamiento y comercialización de carbón, y llegó a Asturias prometiendo la creación de 3000 puestos de trabajo y la reactivación del maltrecho sector minero.
El Principado recibió estas promesas de muy buena gana, y al poco le concedió a NMR la concesión para explotar la mina de Carballo (Cangas del Narcea). Unos meses después la empresa compró la mina de antracita de Pilotuerto (Tineo), y suyas eran también la cantera de arcilla blanca de Sofía y la de caolín de La Espina, ambas en el concejo de Salas. Asimismo, NMR contaba con una parcela de 10.000 metros cuadrados en el puerto del Musel y unas oficinas adjuntas. El negocio de NMR iba viento en popa si hacemos caso a los datos que aporta la propia empresa. En 2019 movió 1,8 millones de toneladas de carbón, siendo su cifra de negocio de 138 millones de euros. Al año siguiente, las toneladas de carbón eran 4 millones y el volumen total del negocio era de 295 millones de euros, con unos beneficios brutos de 46,6 millones.
Sin embargo, y sin grandes explicaciones—más allá de referencias a “tensiones de tesorería” y a una “crisis pandémica”—, NMR solicitó a finales de abril de este año el preconcurso de acreedores ante un juzgado de Pozuelo de Alarcón, el municipio madrileño donde tiene su sede social. Parano incurrir en la suspensión definitiva de pagos, NMR propuso a sus acreedores que le perdonasen de primeras el 50% del total de su deuda, para comprometerse así a pagar el 50% restante en un plazo de cinco años. Tras no llegar a un acuerdo, la empresa solicitó de forma voluntaria el concurso de acreedores, con la consiguiente suspensión de pagos, el pasado 22 de octubre
En 2020 NMR tuvo unos beneficios brutos de 46,6 millones
Desde su llegada a la región, la empresa se preocupó mucho por el cuidado de su imagen pública y por la promoción de sus planes en Asturias. En un caso inédito, el telediario de TPA entrevistó en directo a un directivo de NMR, quien aseguró que sus intenciones pasaban por “establecer Asturias como un referente mundial y como centro logístico de todos los minerales”. Asimismo, la empresa se convirtió en el patrocinador oficial del Real Oviedo rebautizando el estadio del club como NMR Carlos Tartiere. Al cabo de pocos meses, las promesas empezaron a desdibujarse.
Deuda millonaria con Hacienda
Tras bajar la persiana de forma repentina e inesperada, NMR ha dejado una larga lista de cabos sueltos y cuentas pendientes. En cuanto a las deudas, la empresa debe cerca de 125 millones de euros, algo menos de la mitad de los cuales son reclamaciones de intermediarios por no haberles suministrado el carbón contratado.
De esos 125 millones, 4,1 se los adeuda a la Agencia Tributaria por el impuesto de sociedades de 2020, que dejó de pagar en los últimos meses del año. La deuda con la Autoridad Portuaria de Gijón, que no querido responder a las preguntas de Nortes al respecto, asciende a los 2 millones de euros. Además, este organismo tuvo que pagar de su bolsillo los 400.000 euros que costó retirar las 190.000 toneladas de ceniza que NMR dejó abandonadas en el puerto.
También en el puerto gijonés contrajo dos deudas distintas con una empresa estibadora. La primera de ellas, de algo más de 200.000 euros, conllevó el embargo de un cargamento de NMR. La otra deuda, de 1,5 millones, llegó a un juzgado de Pozuelo de Alarcón, que instó a NMR a que abonase el dinero pocos días antes de que esta solicitase el preacuerdo de acreedores.
NMR dejó de pagar el impuesto de sociedades en los últimos meses de 2020
Otros dos procedimientos de embargo de varios miles de toneladas de carbón tuvo que afrontar NMR por sendas deudas que sumaban cerca de 200.000 euros. En este caso, la perjudicada fue una empresa leonesa de transporte de mercancías por carreteras.
El Real Oviedo había acordado con NMR que la empresa le pagase medio millón de euros al club a cambio del patrocinio. Tal y como ha reconocido el propio presidente del Real Oviedo, una parte de esa cantidad aún no ha sido abonado. Aunque Nortes ha preguntado a cuánto asciende esa deuda, el club no ha querido dar detalles al respecto.
NMR ha dejado dinero a deber incluso entre sus propios socios. La empresa Cargoflowchain Shipping, creada por NMR para ejercer las labores de agencia marítima, ha denunciado a la compañía por una deuda de 129.167 euros. La demanda de Cargoflowchain Shipping acusa también a NMR de los presuntos delitos de coacciones, revelación de secretos y administración desleal.
Multas y expedientes
También con la justicia asturiana tiene NMR varias cuentas pendientes. A comienzos de este mes de noviembre, el Principado le impuso una multa de 60.000 euros por las actividades que la empresa desempañaba en el puerto del Musel careciendo de la autorización necesaria. Aunque NMR tenía permiso para almacenar un máximo de 20.000 toneladas de ceniza, el Principado llegó a contabilizar 250.000.
La Consejería de Medio Ambiente del Principado, a través de sus servicios de vigilancia de la Dirección General de Calidad Ambiental y Cambio Climático, descubrió que NMR estaba manejando graneles “sin los medios suficientes para garantizar las condiciones de abatimiento de partículas”, lo que conllevó la apertura de un expediente a la empresa. Este abatimiento de partículas, explican desde la Consejería, tiene como objetivo “evitar la dispersión en la atmósfera” de ese material.
Este pasado verano, la misma Consejería ordenó la paralización de la actividad de la cantera de NMR en La Espina. El Principado consideró probado que la empresa había invadido 17.259 m2 de una cantera anexa en “terrenos que no corresponderían a su concesión”. Esto conllevó, además de la paralización, la exigencia de restauración a las condiciones previas y la imposición de una sanción.
Esas miles de toneladas de ceniza abandonadas en el puerto del Musel son una imagen muy elocuente de lo que ha resultado ser NMR. También en el puerto de Avilés se ha desentendido de 12.000 toneladas, y las autoridades han amenazado con sancionar a la empresa si no las retira pronto. Tal vez ya sea demasiado tarde.