«No somos los padres del indie. Ahora se impone una música egoísta y narcisista»

La voz y el sentido del arte y del punk de Antonio Arias, líder de los Lagartija Nick, conforman uno de los troncos principales de la música contemporánea

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Víctor Guillot
Víctor Guillot
Víctor Guillot es periodista y adjunto a la dirección de Nortes. Ha trabajado en La Nueva España, Asturias 24, El Pueblo de Albacete y migijon.

Es una entrevista punk, o una entrevista surrealista, llena de fantasmas: Lorca, Buñuel, Val del Omar, Morente, Lou Reed, Jesús Arias de los Cielos Cabizbajos. Su hermano, Antonio Arias, líder de los Lagartija Nick tiene una charla alucinada y templada, visionaria y espontánea. Su voz y su sentido del arte y del punk conforman uno de los troncos principales de la música contemporánea. Llegaron a Oviedo para presentar su homenaje a los poetas del 27 en el teatro Campoamor, 30 años después de su último concierto en la capital.  Su presencia en la Semana del Audiovisual Contemporánea de Oviedo es un acierto que estrecha pasado, presente y futuro en el cine y la música española.  Mientras hablamos en un hotel a las afueras de la ciudad, los cazas rusos bombardean Kiev. Algunos les consideran unos visionarios, pero Antonio se empeña en decir que sus canciones son memoria histórica. Todas las guerras son la misma guerra.

Desde Omega, la Generación del 27 ha estado muy presente en Lagartija Nick o quizá Lagartija Nick ha estado muy presente en el 27.

Pues un poco de todo. En los discos puedes encontrar frases textuales dentro de las canciones. El trabajo sobre Buñuel es un proyecto que se remonta a 2017. En el Abicine de Albacete nos sugirieron musicar unos poemas de Buñuel que son bastante desconocidos y surrealistas. Gracias a eso se pudo argumentar esta experiencia. Luego nos metimos en otro proyecto como Crimen, sabotaje y creación, donde Lorca está muy presente a través de mi hermano y después producimos Los cielos cabizbajos. La pandemia fue un regalo. Nos dio tiempo para terminar lo de Buñuel.

En el escenario está Buñuel muy presente, pero también Lorca y Val del Omar. Es un 27 muy audiovisual.

Queremos que el show tenga también ese guiño a Lorca, al 25 aniversario de Omega, que es un proyecto tan querido por la familia y por nosotros. Así que decidimos que el 2022 fuera la ocasión perfecta para desarrollar un disco conceptual que acompañase al 27. Los nombnres de nuesetro 27, claro, que siempre son discutibles: está Val del Omar, que es contemporáneo, con la mística mecánica y el humanismo de las máquinas, y también Lorca con la deshumanización de las ciudades y Buñuel que se ríe y sueña con todo eso.

Un disco muy conceptual que tiene al cine como foco principal.

Parece un proyecto muy conceptual pero al mismo tiempo tira de la mano de los otros dos y nos permite recuperar canciones que no salieron en el Omega y hacer que el concierto sea mucho más agradable. Después del concierto en el Conde Duque nos ofrecieron hacer un homenaje al cine. Buñuel era perfecto. En el escenario proyectamos sobre una pantalla gigante a Buñuel, Val del Omar…. y en la escenografía se imponen proyectores Supero 8, envueltos en una luz tenue. Concebimos cada concierto como un homenaje al arte puro, como lo es en sentido estricto el cine mudo. Eso nos permite estrechar en el tiempo la figura de Buñuel con El perro andaluz y La edad de oro. Aunque en el disco se producirá una explosión de las artes con los movimientos surrealistas, vinculadas también a Ramón Gómez de la Serna o Jardiel Poncela. Estamos haciendo un gazpacho tremendo con la excusa de Buñuel.

El cine y la poesía vanguardista de corte surrealista ha sido la manigua de Lagartija Nick. Cuesta creer que siga siendo tan productiva y que siga tan vigente.

Es cierto, en el concierto incluimos canciones de nuestro De Val del Omar y de Lorca. Mi hermano Jesús había incorporado versos de esa canción sobre la base del Helter Skelter de The Beatles. Eric compuso la melodía y ese fue una canción que nunca llegamos a grabar. Ahora la tocamos como un homenaje a esos gestos primarios de Omega. Volvemos a Ciudad sin sueño.

FOTO: David Aguilar Sánchez

Tengo la impresión de que tu hermano sigue muy presente que es tanto como hablar de la presencia de Lorca que ya es surrealista en Romancero Gitano aunque Buñuel y Dalí le reprochasen su folclorismo

Mi hermano Jesús siempre fue un gran elemento de actualización de esos mitos. Nunca dejó que Lorca se quedara muerto en el 36. Son canciones como Agonía agonía de Crimen, salvaje creación es muy surrealista.  Lorca siempre estaba huyendo de ese gitanismo. Los tres coinciden en el espacio y el tiempo y se dejan influir por el surrealismo francés y los tres tienen una relación de amor y odio como nunca ha existido. El hecho de que los recuperemos un siglo después y que lo veamos con la obra de mi hermano Jesús, a través de discos como Los cielos cabizbajos, con esta guerra, demuestran que están los cuatro muy vivos. Es una forma de escritura punk, surrealista.

Tu hermano es un heredero contemporáneo del 27. No solo Lorca. Hay incluso unos ramalazos de Dámaso Alonso y Los hijos de la ira muy presente. Creo que eso hace que Los cielos cabizbajos sea un disco premonitorio de lo que está sucediendo, muy telúrico.

Y cuándo no ha sido así. Mi hermano siempre acierta cuando se pone de parte de las víctimas. El derecho internacional siempre deja desamparadas a las víctimas. Yo intento entenderlo macro-políticamente, macro-bélicamente, macro-mundialmente, y ahí no acierto. Necesito una experiencia colectiva continuada en el tiempo para poder comprenderlo. En Los cielos cabizbajos no hay premonición, sólo hay repetición. En el Multiverso III publiqué una canción que se titula Limbo soviético donde digo que «de un día para otro/ cambias de país sin hacer una sola maleta». La canción es de 2014 y me decía un amigo, qué visionario. Cómo pudiste escribir eso. Yo lo que digo es que eso no es premonitorio de nada. Tan solo memoria histórica. Yo se lo decía a mi hermano, canciones como Somalia de Los cielos cabizbajos, son muy desagradables porque emocionan, desde la realidad pura y dura. Al tiempo, nos hermanamos con todas las víctimas desde la escena del rock hacia otros mundos.

«A mi hermano le dolía la falta de reconocimiento de la escena»

Vuestro discurso musical desde la perspectiva sonora, como también en la composición de las letras, os han convertido en unos beduinos en el universo rock. La escena indie, aunque vosotros fuerais una semilla, hace 30 años, fue un afluente que se transformaría en una industria.

Claro. Cuando voy a los conciertos con Fernando Alfaro siempre nos dicen que somos los padres del indie, pero yo no me siento padre de nada. Aquello era una estructura que se fue creando mientras nosotros existíamos. Obviamente se fueron creando cosas con Enrique, Omega y Val del Omar. Fueron los tiempos de la fiesta más salvaje. Enrique Morente se fue de vacaciones y allí sigue, en Benicasim, esperando a que escampe. Y esa es la estructura. Lo jodido son los mensajes que no se escuchan en la radio. Tú pones ciertas emisoras a cierta hora y te das cuenta lo que se le dice a los artistas jóvenes: o cantas esto o no te pongo. Entonces tiene que ser todo muy de ese egoísmo narcisista del yo y el tú y el yo y el tú y el yo. Y ese es el mensaje que se está dando por la radio. Como digas otra cosa, sabes que vas a ir por otro lado. Se tarda más, pero se llega al mismo sitio. Por nuestro camino se tarda mucho más. Pero como diría Jodorovski: yo soy el artista que quiero ser. Necesito mucho tiempo para llegar al sitio que yo quiero. Morente diría que es un milagro que estemos vivos. Todo ha cambiado mucho, pero la actualización sobre uno mismo, de animarse por la mañana, de seguir siendo y pensar qué vamos a aportarle al día de hoy. Yo empecé en el año 82 con 091. Lo alternativo, lo moderno, tan alejado de lo convencional tarda más tiempo en cuajar, pero se llega. Lo que hay es mantenerse.

Vuestro proyecto se enriquece mucho de la imagen. Incluso Lorca te sitúa en un marco determinado. El yo se diluye en un discurso político que trata de buscar la dignidad de lo colectivo. Cómo ha sido ese proceso.

Tú lo has dicho: hemos tenido maestros como Morente, la familia Lorca, Laura, su sobrina, que parece mentira. Lo que no sabrá esa mujer. La familia de Val del Omar. Eso va conformando nuestro discurso y del que hemos aprendido. Sin darte cuenta te sientes y eres arte y parte de la procesión. Nos hemos hermanado todos. Ese hermanamiento crea un vínculo entre el artista, su obra y tú, llena de sufrimiento y placer. Todos esos proyectos son un hermanamiento. Una manera de avanzar en todos ellos ha sido tener objetivos. Si estás mal en un grupo no avanzas.  Con Val del Omar tuvimos un conflicto cuando lo sacamos en el 98. Entonces se decía que no existían los genios ocultos. Que había que cuestionar su obra, porque los genios no existen. Val del Omar se asomó al balcón del fascismo. Y ahí estuvo cuestionado. Pasó con Jardiel Poncela, con Gómez de la Serna. Esa es la conformación de un acto de justicia no solo con el tiempo, sino con la ruptura de las corrientes. Un acto de justicia.

Pero vosotros no habéis sufrido el veto ni la cultura de la cancelación

Hay cosas que pasan pero que tú ya sabes que te van a pasar. Nos pasó con Omega. Desde el mismo momento que llevamos la cinta a la compañía, ahí ya fue la primera hecatombe. Esto es una mierda, nos decían. Íbamos a los conciertos y sucedieron una serie de desastres tremendos. Y Enrique te decía ¿a ti te ha removido eso? No. A mí tampoco. Algo estará pasando. Vale, me estoy quedando fuera pero yo esto no lo puedo abandonar. En el grupo hubo entonces muchos conflictos, pero yo no podía soltar la mano de Enrique, porque esa experiencia tenía que ser hasta el final, porque esa experiencia sería la que diera sentido a todo lo demás.  Esto no se puede soltar. Vamos a empezar a llevar un proyecto muy famoso y con este tío tampoco lo vas a dejar, porque con este tío vamos a aprender. Siempre que te deje ciclonear estaremos acertando. Ahí había algo, un resplandor que te guía. Eso es lo que nos lleva a Val del Omar. Omega fue un caos. Val del Omar, la desintegración total.

Os planteasteis disolver la formación

Sí, claro. Pero aprendes que unos proyectos salen mejor y otros peor. Y que vivimos de nuestro oficio, no solo de nuestro talento. Y el oficio hay que ejercitarlo. Si toco todos los días tendré una relación con el instrumento y con las canciones distinta. Si eres capaz de aguantar el repudio de otras escenas, llega tu momento y te reconoces.

Hay un punto de referencia en 2004 cuando Sonic Youth se planta en el Conde Duque con Morente.

Esos eran raterillos de Nueva York. Vamos a ver. Ellos nos vieron en Brooklyn. Nosotros estuvimos en Brooklyn solo tres días, en diciembre del 2003. Un día, entre el público, estaba Laurie Anderson, Lou Reed, una hermana de Leonard Cohen y Sonic Youth. Vinieron al camerino a vernos. Entonces lo siguiente que veo yo es que van a tocar a Valencia. ¿Esos niñatos que venían a nuestro camerino? Es una broma, una buena broma porque te ríes de un grupo que es potente. Si es que no va de eso. Si no hay un tronco en el que todo el mundo pueda apostar algo. se convierte en un ejercicio de estilo que saldrá mejor o peor pero que no deja de ser un ejercicio de estilo. Antes hablaba de los rincones y los arrinconamientos. También hay un acto de justicia con mi hermano porque he recordado que él se murió con mucha pena y sin ver estrenarse este repertorio. Pero al mismo tiempo, estrenó otra obra, una cantata que tuvo mucho éxito en Granada, y él ya no vivía. El éxito…él no veía el éxito. A él solo le dolía la falta de reconocimiento de la escena y yo le decía «Jesús si es que tú no vuelves a ningún sitio, aquí se empieza todos los días. Como tú pienses que aquí… que se van a acordar aquellos…. Hombre, de esto se acordarán pero no hay una memoria, todo es una sombra.

FOTO: David Aguilar Sánchez

Como fue el encuentro con Lou Reed

 Yo tomé la actitud de “yo aquí no me meto”, no. Porque me decía Enrique, vente aquí con ellos. Y yo decía que no, yo estoy aquí con la banda. Como ahí teníamos salidas y entradas distintas. Viendo ya cómo iría la cosa, que prácticamente lo que ocurría ahí no iba tanto conmigo, me dije pues no voy a jugar a este juego y voy a jugar al mío.

Por qué no iba tanto contigo.

Porque yo veía que el acercamiento no iba conmigo. Ya nada más lo que ocurrió después, ya me lo confirmó. Enrique insistía y yo no, que me tengo que ir. Hombre, pero quédate un rato. Que no tengo un rato. Yo no sé si Sonic Youth sí.  Ya no me acuerdo, tío. Yo creo que no. Pero ya veías que eso se iba a convertir en un proyecto que si juntabas esto con esto, eso con eso, se iba a convertir en aquello otro. Pero nosotros no estábamos tan influenciados por Sonic Youth. El resto del grupo sí. A nosotros nos interesaba más Scott Walker y Joy Division. No éramos tan ruidistas. Éramos más académicos. No vamos al ruidismo, vamos a la atmósfera. Yo, por lo que me contaron, hubo muy buen feeling. El promotor era demasiado cercano a los flamencos. Y yo creo que estábamos un poco lejanos y eso creó una distancia entre nosotros. Lou Reed sólo estaba interesado en Enrique y fue Enrique el que se empeñó en llevar Omega a Nueva York y allí hubo esas cosas…Estamos en Nueva York pero ¿realmente estamos en Nueva York? ¿Era el Nueva York de Lorca o el que nos trae el mercado para montar este con el otro? Todo se parecía mucho a lo que viene siendo hacer la cama.

Has tocado con Fuerza Nueva (proyecto de J de Los Planetas y El niño de Elche) en algún bolo. No tengo muy claro si hay posibilidad de resignificar los símbolos franquistas. Quiero decir, que uno puede resignificar un espacio como el Valle de los Caídos, o sea una las arquitecturas, pero una bandera o un himno, me parece un fracaso. Lo digo porque musicalmente funciona, pero al tiempo que se te dibuja una sonrisa, inmediatamente le sigue una mueca.

Tienes razón. Me ha pasado cuando las he tocado con ellos. Pero ahí aciertan, porque ocurre algo en el oyente y en el discurso. Sería una mirada desde ahora hacia el pasado en ese repertorio. Yo entiendo el mensaje aunque a veces me pasa como a ti. No te alejas del todo del significado original. Suena muy bien, Paco canta de muerte, el grupo está en muy buena forma, pero me causa una desazón. Pero el otro día toqué con ellos y también lo disfruté muchísimo, sentí su aspecto sanador y lúdico del que no te puedes escapar. Lo mismo depende con quién te vas cuando acabas el bolo, con nosotros o con los que lo han visto.

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