“Leer es torcer el texto y llevarlo a tu terreno”. Llorián García comenzó con esta idea, propia de su compañero de conversación, Amador Fernández-Savater. Ambos introdujeron diversas reflexiones en torno a la militancia en los movimientos sociales, las relaciones entre el pensamiento y la acción, o la impotencia de “los débiles” para la transformación en nuestro presente. El público de El Local Cambalache escuchó y conversó durante más de dos horas con los ponentes, que se acercaron a la librería en la tarde de ayer.

Llorián García comenzó lanzando varias de las ideas que, posteriormente, se debatieron en el corrillo. La batalla por la independencia del pensamiento sobrevoló en todo momento la conversación. El gaitero solista integrante de Dixebra relacionó esta cuestión con la “batalla por convertir el mundo en algo homogéneo, que sea lo más cercano posible a la circulación del dinero”.
Los “débiles” constituye uno de los elementos centrales del pensamiento de Amador Fernández-Savater, especialmente en uno de los últimos libros que presentó en Cambalache, La fuerza de los débiles(Akal, 2021). Esta obra, como expuso ayer el filósofo y activista, le da pie a diferenciar a “los débiles” de “los esclavos”. Estos últimos, por su condición de subordinados, utilizan su situación para la “victimización” propia y, así, generar “culpabilidad” en los otros: las mujeres, los migrantes… Los débiles, sin embargo, son fuerza afirmativa. Los débiles logran construir otra realidad, pues no se basan en la venganza por el daño sufrido.

La pregunta es: ¿cómo? Es decir, ¿de qué manera se podría reconducir el malestar del subordinado, de los débiles, para convertirlo en una fuerza afirmativa? ¿Cómo salvar la impotencia que caracteriza nuestro presente, en el que la revolución parece no ser ya comprendida como posible? Acudiendo a una analogía psicoanalítica sobre el duelo, el filósofo señala el camino: “Freud entiende el duelo como un trabajo de reconstrucción, desde el momento de la pérdida hasta la vuelta del deseo. Si no se logra, uno se queda enganchado a la melancolía de los fantasmas del pasado”. Esta situación parecería que vive actualmente la izquierda. Y ante esta melancolía, que puede verse también en su otro libro presentado, Habitar y gobernar (Ned ediciones, 2020), Savater propone un cambio radical: “los débiles no tienen nada más que una forma de vida. Su fuerza pasa por convertirla en una forma de lucha: activar los afectos, los vínculos y los territorios de los débiles es el camino para la transformación”. De nuevo, ¿cómo es esto posible? Con la “capacidad de atención de lo que ya hay”, un “tacto” que reconstruya la capacidad de amar y de convivir con nuestros semejantes y con los diferentes, y que respete “el tiempo del proceso” frente al “tiempo de la inmediatez, de la comunicación, del relato y la lucha por la hegemonía”.
“Pasan cosas cuando se encuentran los diferentes”
Estas reflexiones podrían entenderse como el fruto de un largo proceso de pensamiento ligado a la acción por parte de Amador Fernández-Savater. El filósofo vivió en primera persona el 15M en las plazas, una experiencia que le llevó a la convicción de que “pasan cosas cuando se encuentran los diferentes”. Para Savater, la política tiene como momento fundamental el desarrollo de la propia potencia, de lo que cada cual puede llegar a ser. En clara línea spinozista, “uno no es solo su identidad, sino también una potencia de cambio. No solo lo que uno ya es, sino lo que cada uno puede llegar a ser”.

Quedó por dibujar uno de los temas que más polémicas ha suscitado en el pensamiento político español en los últimos años: las relaciones problemáticas entre el 15M y Podemos. “Lo peor que le puede pasar a la izquierda en el gobierno es que la calle no empuje, pues ahí surge el peligro de enquistarse y simplemente gestionar lo que ya hay”.