Una ceremonia religiosa oficiada por el sacerdote e historiador Javier Conde sirvió para despedir a la arqueóloga Gema Adán este jueves en la capilla de La Magdalena, en el casco antiguo de Oviedo.
Nacida en la capital asturiana en 1958, vivió toda su vida en el barrio del Campillín, hasta su fallecimiento ocurrido a principios de esta semana. Como arqueóloga trabajó en yacimientos de todas las épocas, destacando sus investigaciones junto a Juan Luis Arsuaga en Atapuerca, Burgos. De ahí saldría una monografía sobre la industria ósea en este emblemático enclave paleolítico. Al tener noticia de su muerte, el paleontólogo y divulgador se refería a ella en redes como “una gran científica y una gran mujer” y añadía “estamos destrozados todos los que tuvimos la suerte de conocerla”.

Junto a su trabajo arqueológico en periodos como la prehistoria y la Edad Media, destaca su lucha por la conversación del patrimonio industrial ovetense. Entre finales del siglo XX y principios del siglo XXI se implicó activamente en el movimiento ciudadano que impidió el derribo de la Fábrica de Gas de la capital asturiana.

La capilla de La Magdalena se quedó el jueves pequeña para dar el último adiós a una persona querida tanto en el mundo profesional como en la sociedad ovetense.