La Fundación Gustavo Bueno es una “parodia de secta religiosa”, según el nieto del filósofo

Lino Camprubí ha denunciado públicamente el carácter "endogámico" y "despótico" de la institución filosófica radicada en Oviedo y dirigida por el hijo del célebre catedrático

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Redacción Nortes
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Te contamos lo ocurrido centradas en la periferia.

Lino Camprubí, nieto de Gustavo Bueno e investigador de filosofía de la ciencia en la Universidad de Sevilla, ha publicado un artículo, firmado junto al también filósofo Javier Pérez Jara, en el que cargan duramente contra la Fundación Gustavo Bueno (FGB), radicada en Oviedo. El texto, publicado en el diario digital The Objective, empieza afirmando que “algunos de los intérpretes y valedores” de la obra del filósofo, que ejerció como catedrático en la universidad asturiana durante décadas, no consiguen con su actuación sino “condenar al olvido a este gigante de la filosofía española”.

El artículo se dirige explícitamente a Gustavo Bueno Sánchez, hijo del célebre filósofo y tío del autor del artículo, a raíz de unas palabras suyas durante un curso de verano dedicado a la filosofía materialista de Gustavo Bueno y celebrado en la localidad riojana de Santo Domingo de La Calzada.

“Para sorpresa de todos, la conferencia fue fundamentalmente dirigida a la expulsión de los ámbitos de discusión vinculados a la FGB de varios de los participantes en este curso, especialmente los dos que firmamos esta carta, utilizando para ello insultos, tergiversaciones e insinuaciones difamatorias impropias del diálogo filosófico”, escriben Camprubí y Pérez Jara en su artículo.

Para los autores es un “secreto a voces” que “si no se hace nada por impedirlo, el rumbo cada vez más endogámico (por no decir explícitamente sectario) de la Fundación Gustavo Bueno puede llegar a poner en peligro la difusión y discusión de la obra de Gustavo Bueno, uno de los más grandes filósofos de nuestro tiempo”.

El hijo de Bueno acusó en su intervención a Camprubí y a Pérez Jara de escribir “gilipolleces”, de estar “absortos en la basura académica” y de trabajar “al servicio de intereses atlantistas”. En su réplica, los dos jóvenes investigadores le afean que “aproveche la autoridad del cargo de presidente de la FGB para dedicar toda una conferencia de clausura de un curso de filosofía a atacar y difamar a otros ponentes”.

Concluyen que “lo grave de esta actitud es que muestra la pretensión de guiar a la FGB según los mecanismos psico-sociales propios de una parodia de secta religiosa, con textos sagrados («el maestro puede criticar a los discípulos, pero los discípulos no pueden criticar al maestro», decía explícitamente Tomás García, secretario de la FGB, en una de sus intervenciones en los Cursos de Verano), binarismos tribales «dentro»/«fuera» (incluidas las crecientes demonizaciones y parodias de las filosofías no-hispanas), e incluso sus propias y peculiares excomuniones públicas”.

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8 COMENTARIOS

  1. El otro día estuve viendo una intervención de Bueno en un acto en el que se discutía la validez del término “nación de naciones”, sobre el que deduje que había hablado Beiras previamente, y quedé asombrado del galimatías que se arma el Sr. Bueno. Empieza el discurso como terrícola y acaba como lunático, convertido en un auténtico Groucho Marx, pero sin su gracia y su ingenio. Yo creo que este profesor tenía la cabeza un poco desatornillada. Esto, mezclado con su fascismo recurrente, dicho en su estilo diarreico: circular, lo convierte en un payaso, profesión digna y que a él, un autentico espectáculo mediático le debió proporcionar pingües beneficios, que su hijo no quiere perder. Otro bluff de nuestra cultura. En cuanto le corten las subvenciones oficiales a su hijo, la familia se reconciliará y la filosofía volverá a ser algo serio.

  2. Las maniobras sucias y macarras ya vienen de lejos. Santiago Armesilla explicó en un blog suyo cómo Gustavín se había inventado múltiples identidades para crear supuestas corresponsalías en Iberoamérica. Creo una web , “El Revolucionario” con un montón de pseudónimos con la pretensión de construir un “materialismo político” iberoamericano. Armesilla se sintió atacado por la secta y le dejó. Entre los pseudónimos de Gustavín parece ser que figuraba el de “Carlos Balmaseda”, o “Balmaseda” a secas, creado para hacer ataques de falsa bandera y hacer que los discrepantes entraran al trapo. Pero no le funcionó. Con Carlos X., que nunca fue un “buenista” ortodoxo, desde luego no le funcionó y no le siguió el rollo. Gustavín y sus becarios no lograron otra cosa que desacreditarse a sí mismos.

  3. Líos de familia. O de secta. Lo de considerar un gigante filosófico a Gustavo Bueno Sr. debe ser una contribución desinteresada a la parodia, porque don Gustavo no fue un gigante en ningún sentido. Su influencia fuera de este círculo ovetense es nulo. Nadie se lo tomaba en serio. Y no es que sus obras pierdan al traducirlas; es que nadie las va a traducir porque sería una pérdida de tiempo. Quizá habría que empezar por traducirlas al castellano para que se entiendan, porque Bueno escribía en buenense, un verdadero galimatías que se daba de morros con la sintaxis, y que muchos infelices confundían con la profundidad. Bueno era ininteligible. Así que toda la influencia del gigante filosófico del materialismo ovetense se queda en una querella familiar. De risa.

  4. Es habitual entre seguidores y mandatarios. Yo leo los originales de GB. No tengo interés en las descalificaciones ad personam. GB era un descalificador o calificador iuris tantum. No iuris et de iure.
    Por cierto. No divinicemos. Ahora están con Bolívar. Los dioses luchan en vano…contra la estupidez.

  5. A Don Gustavo siempre le gustó el debate acalorado; así que todos son dignos descendientes de este gran filósofo español, que estaría de acuerdo en que con la traducción al inglés se pierde parte del contenido ideológico de sus obras.

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