Juan Garibi estuvo hace pocos días en Asturias para asistir en Llanera a la colocación de la primera piedra de Axuntase, el primer cohousing asturiano que constará un edificio bioclimático de 36 viviendas con huertas, bosque y espacios comunitarios. Se trata el proyecto de economía social más ambicioso de la historia de la comunidad, y no hubiese sido posible sin el crédito concedido por Fiare -acrónimo de Fundación Inversión y Ahorro Responsable. Garibi, director de desarrollo y estrategia de la entidad, explica en esta entrevista en qué consiste la banca ética y el funcionamiento de Fiare.
¿En qué consiste la banca ética, y en qué se diferencia de la convencional?
La banca ética es un movimiento que empezó en EE.UU con los fondos de inversión durante la guerra de Vietnam. Había gente que no quería que su dinero financiase a la industria del armamento. El objetivo inicial era empoderar a las personas y entidades ahorradoras y evitar que una entidad financiera, con el dinero de sus clientes, pueda hacer algo contrario a los valores de sus propios clientes. Ese movimiento, más centrado en el ahorrador y en el que no se haga algo, con el tiempo va trasladándose al crédito y más que a lo que no quieres que se haga, a lo que sí quieres que se haga con ese dinero. Aparecen así herramientas como el microcrédito, a finales del siglo pasado, y se empieza a apoyar a las comunidades empobrecidas a través de recursos financieros. Finalmente, sobre todo en Europa, pasa a otra evolución posterior que no es solo qué no hago, qué es lo que no financio en ningún caso, y qué sí quiero financiar, sino también elementos de gobernanza: generalmente, somos cooperativas que trabajamos de forma democrática para, entre todas las personas y organizaciones socias, decidir qué hacemos con nuestro dinero con un horizonte que es cómo se puede transformar la realidad hacia una sociedad más justa, tanto en la estructura social como en su relación con el ecosistema.
Cuénteme, por favor, qué es Fiare y cuál es su filosofía
Fiare es una acrónimo de Fundación Inversión y Ahorro Responsable, una fundación que se crea hace 20 años con la idea de trasladar a España estos elementos que ya existían en Europa. Esto pasa en un momento en el que se genera un agujero en el sistema financiero en España por la desaparición de las cajas de ahorros, que destinaban a la comunidad una parte de sus beneficios. El hecho de que estas entidades vayan entrando en operaciones que no encajan en su teoría fundacional hace que se empiece a generar ese vacío y la sociedad se pregunta por qué no existe lo que hay en otros países, y así se crea Fiare. Tenemos una característica, que es que creemos en el valor de lo colectivo y el lema es “el interés más alto”.
¿Qué significa que la banca esté controlada por sus socios?, ¿cómo funciona la gobernanza de Fiare?
Tenemos un sistema de gobernanza bastante complejo. En la es una persona, un voto; al margen del capital, al margen de que sea persona física o jurídica. Tenemos regulados en nuestros estatutos cláusulas de seguridad, por una parte de género, y por otra de identificación de los portadores de valor, es decir, todas aquellas partes de la sociedad que tiene intereses en el banco. Una son los grupos de socios territorialmente organizados, pues tenemos 20 grupos de socios en España que se ocupan de la dimensión del banco en ese territorio. En segundo lugar está la asamblea de socios trabajadores, porque la plantilla tenemos otro espacio en el que actuamos como socios. Y luego está lo que llamamos socios de referencia, que son entidades que juegan un rol específico en el proyecto de velar por el cumplimiento de los valores: Cáritas, la Red de Economía Solidaria, el Secretariado Gitano…Luego, esas entidades, la plantilla y los socios en el territorio podemos proponer candidaturas al consejo de administración. Esas candidaturas son votadas en asamblea, y se trata de cargos no retribuidos.

Otra de las características de la banca ética es la transparencia: todos los socios y clientes saben en qué ha invertido el dinero la entidad
Sí. Del dinero que nos llega en ahorro, evidentemente, protegemos la confidencialidad. Por normativa interna no admitimos clientes no residentes, ni buscamos atraer capitales, sino trabajar con gente de cercanía. No decimos cuánto dinero tiene cada uno en el banco, pero sí decimos a quién le hemos prestado. Antes de conceder un crédito hacemos una evaluación socioambiental, un proceso de análisis para garantizar que hay una coherencia de valores entre ese proyecto y la entidad financiera. En ese proceso de análisis se escucha a la base social del territorio en el que se realiza el proyecto. Si nos dicen que sí, que el proyecto responde a nuestros valores, tiramos adelante. A partir de ahí lo que hacemos es publicar. No lo hacemos si son personas físicas o particulares, pero sí publicamos cuánto es el importe total de nuestros préstamos individuales, que es bajo, menos del 5%. La mayoría de nuestros créditos son para entidades o autónomos. Ahí sí publicamos qué es lo que hacen y cuánto dinero les hemos dado. Trabajamos solo con personas y organizaciones que cumplen determinados valores.
A la hora de conceder créditos, ¿qué tipo de sectores y actividades económicas tienen preferencia para Fiare?
Intentamos financiar aquello que creemos que es útil, y esto varía en el tiempo. Cuando empezamos había una necesidad muy fuerte de trabajar con anticipos de liquidez para entidades que trabajan con la inclusión social, trabajo CON colectivos desfavorecidos, capacitación de personas desempleadas…Estas entidades trabajaban muchas veces con fondos públicos, por lo que no tenían tesorería para anticipar esos fondos. También cuando empezamos ayudamos a reforzar las estructuras de comercio justo, que trabajaban en tiendas que eran propiedad de las mismas entidades de comercio justo. Esto ha cambiado, y ahora las entidades de comercio justo venden sobre todo en supermercados y grandes superficies y tienen otras necesidades distintas. Han aparecido otros sectores en los que antes no estábamos, como las energías renovables. Esto tanto en préstamos personales para vehículos híbridos eléctricos o instalación de infraestructuras, como la constitución de comunidades energéticas como fórmula de autoconsumo colectivo. Otro sector que ha crecido mucho son los supermercados cooperativos, economatos se llamaban antes, para dar acceso a las clases populares a productos de buena calidad a precios contenidos. Y también, y aquí entra Axuntase, el acceso a la vivienda de manera colectiva. Nos encontramos ante una democratización al acceso de los servicios básico: energía, vivienda y alimentación, pero también de educación cooperativa, de comunicaciones éticas, seguros éticos…Cada vez más en los productos del día a día se quiere consumir con responsabilidad en favor de una economía más justa.

¿Cómo ve la evolución de la banca en los últimos años, desde la liquidación de las cajas de ahorros y la transición a un sector de un carácter mucho más especulativo?
Se han dado de forma simultánea dos elementos que no benefician a la economía social: la tecnología y el Euríbor. En los últimos diez años hemos estado con tipos de interés negativos, y esto es algo inédito: que el dinero no cueste significa que hay más dinero del que realmente se puede utilizar. Eso ha sido así hasta hace un año, que han cambiado el Euríbor, que ha vuelto a tasas históricamente razonables y que permiten que las finanzas sean sostenibles. El hecho de que no se pudiera ganar dinero solo recogiendo el dinero y prestándolo, porque no era rentable, ha hecho que todo se basara en la reducción de costes a través de la tecnología, que todo fuese banca por Internet y no presencial, y en desplazar el interés de los bancos de venderte préstamos a venderte productos como fondos de inversión, que son productos con riesgo y de carácter más especulativo, además de productos que no tienen nada que ver con la actividad bancaria, como televisiones o alarmas. Eso ha generado mucha distancia con la banca y que la sociedad no lo vea como un servicio necesario ni cercano. Nosotros contra eso trabajamos con el valor de la implicación, desde la comprensión y no desde utilizar sistemas de rating típicos en la finanzas en donde tu valoración depende de cuánto vales, de ganar lo máximo a corto plazo. Estamos haciendo un esfuerzo en pasar de la medición del resultado económico a la medición del impacto social y ambiental.