La herida que sangra cumbia a borbotones

Alberto & García publican su sexto álbum, producido por Toni Brunet, y presentan en un show case en la emblemática tienda de discos Alta Fidelidad

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Víctor Guillot
Víctor Guillot
Víctor Guillot es periodista y adjunto a la dirección de Nortes. Ha trabajado en La Nueva España, Asturias 24, El Pueblo de Albacete y migijon.

Cantaba Andrés Calamaro a ritmo de reggae, en el legendario Honestidad Brutal, que “A las heridas, hay que dejarlas sangrar, a las heridas, let it bleed, sangre, mientras siguen abiertas, solamente hay veneno en las venas, a las heridas, mejor dejarlas ahí, ahí adonde están, si están abiertas, por algo será”. Y La herida es el nombre que también recibe el último álbum de Alberto & García, el maravilloso septeto ovetense que presenta este sábado en la casa de discos Alta fidelidad y en formato show case, algunas de las canciones que integran este tercer largo que sale hoy y se mueve entre el pop y los sonidos latinos, entre Nacha Pop y Drextler, entre Radio Futura y Pablo Lesuit, entre Los Rodríguez y Natalia Lafourcade y así en este plan. Alberto y García son, efectivamente, una maravillosa coctelera latina que abarca registros y sabores que resumen una tradición musical, el pop rock español.

La Herida arrana con Arde Paris, título que evoca una novela, una película, otra canción (interpretada por Ana Belén) e, incluso, un bar de Oviedo. El registro pop, alegre, romántico y templado, es también una manera de reivindicarse como un grupo desprejuiciado, en sintonía con el pop español de los ochenta, pero también con una visión rítmica más cercana a los Talking Heads, acolchados de guitarras, sintetizadores y arreglos de saxo, que otorgan un color y una producción menos ingenua, más estilizada, demostrando que los muchachos encabezados por Alberto García y Vicho perdieron la virginidad musical hace unos cuantos años y, por lo menos, hace seis discos. “La herida nos parecía que resumía bien lo que ocurre en el disco, tanto a nivel de letra como a nivel musical. Creemos que representa muy bien lo que se cuenta en el disco, el momento personal de todos, desde situaciones sociales que hemos vivido durante su gestación a otras situaciones personales. Vamos cumpliendo años y van ocurriendo cosas en nuestras vidas que no son muy agradables pero que implican una reivindicación de la herida, de intentar verla con optimismo y de sentirla con alivio”. A las heridas hay que dejarlas sangrar.

Alberto García, en los estudios Boomerang Disc de Oviedo. Foto de Alisa Guerrero.

La noche del 24 es el segundo corte incluido en esta herida que añade más dosis de pop, sin salirse de los cánones, a modo casi de manifiesto, con vocación clasicista, sin estridencias y con un sentido de la melancolía lenitiva para espíritus maltrechos, capaz de dibujar una sonrisa. Y con La Tribu se cierra, de algún modo, una visión más nocturna y redentora, del primer cuarto de un disco que se desvía inmediatamente después hacia horizontes latinos, como si de pronto, Alberto & García decidieran saltar el charco y colocarnos en territorios fronterizos, sin transiciones, sin tonterías.

Y es que el cuarto tema, Por el camino, nos conduce de la mano de Jairo o Depedro, hacia sonidos épicos, cercanos a las bases de un spaguetti western, para hablarnos de hombres caídos, derrotados y heridos que se levantan y continúan el paso. Elementos musicales fronterizos embarnecidos de guitarras folk y un peso más autoral en la letra, arrastrándonos hacia un nuevo escenario. “Respetamos muchísimo a Calexico y Jairo es parte de eso. La figura se amplía cuando se habla de Depedro y hemos estado compartiendo esta canción que es un regalo y esa fotografía con alguien a quien admiramos tanto y con el que tenemos vasos comunicantes.

La herida nos entrega la médula de un Lp que se sumerge en la cumbia, que más que un género, es un universo expandido por Jorge Drextler, Andrés Calamaro, Zoe y al que han sucumbido figuras emergentes como el delicioso Pablo Lesuit, Los Mejillones Tigre o los propios P&G. Alberto García confiesa que “son todo músicas que de alguna manera más o menos evidente, llevamos haciendo desde el primer disco. En el primero, los sonidos latinos estaban muy velados”. Y lo cierto es que en La herida ya, por familiaridad con ese sonido y ese lenguaje, es una constatación y también como una especie de reclamo o reivindicación de que hay muchas músicas para bailar y la cumbia es una de ellas. “La canción nos parecía que resumía bien lo que ocurre en el disco, tanto a nivel de letra como musical. Representa lo que se cuenta en el disco, un poco el momento personal de todos, desde situaciones sociales que hemos vivido durante la gestación del disco, y situaciones personales. Vamos cumpliendo años y van ocurriendo cosas en nuestras vidas que no son muy agradables pero que son una reivindicación de la herida, de intentar verla con optimismo y de verlo con alivio”.

Portada de La herida, el último Lp de Alberto & García. Foto de Alisa Guerrero.

Quizá La herida tenga un tempo más lento. Más que para bailar, parece un tema para ser escuchado y dejarse llevar por la calidad del género “Así es como está concebido. Muchos se acercan a nuestras canciones para buscar una letra, otros por la instrumentación y otros porque simplemente quieren disfrutar y bailar un poco. Es importante intentar combinar esas tres cosas y estamos muy contentos con el resultado porque aúna todo eso que estamos hablando” Y es que La herida ofrece una cumbia más pausada, más templada que otras anteriores, casi con una dimensión más crepuscular y erótica. “todos los sonidos y el lenguaje del folclore, en general, y del latino, en particular, incitan al baile y al erotismo. Hay un movimiento que nos gusta aunque no es lo que hicimos aquí llamado cumbia rebajada, sobre todo en Bolivia, Colombia, que simplemente son grabaciones de cumbia con el tempo rebajado, queda más arrastrado. Nosotros, sin rebajar el tempo a nada, está inspirado en eso. La herida no deja de ser una cumbia un poco arrastrada”.

Toni Brunet venía de hacer Sur en el valle de Quique González y ha contagiado mucho de aquel lenguaje a La herida. El productor y guitarrista ha estado detrás de este cuarto álbum de estudio, después de haber manejado los mandos de la mesa de mezclas en el laboratorio de esa joya que exuda sabrosura y latinidad titulado Flores negras. La mano de Brunet ofrece registros más arrancherados y norteños deslizándose hacia un folk americano sin sobreescrituras. El disco esta tomado por tempos más lentos como Medicina que reverberan el espíritu lacónico de Los Rodríguez o Calamaro e, incluso, en Paloma Blanca se extienden hacia nuevos y latinos sonidos ofreciendo una mirada más country y tranquila del Angel Stanich incluido en Camino ácido. Que el productor de Quique González está presente se encuentra planeando en el sonido que gravita en temas como Jacques Cousteau o Caer rendido con el que se cierra esta herida. Alberto reconoce que a parte de ser un magnífico productor “es un guitarrista fuera de serie y, al contrario de lo que el 99% de los guitarristas de serie hacen, él procura estudiar muy mucho las guitarras sin que haya excesos. El dominio sobre ellas es tal que nos ofrece el caviar de lo que hubiera sido si las hubiéramos metido de principio a fin”.

Pablo García durante la entrevista en las oficionas de Boomerang Disc. Foto de Alisa Guerrero.

El próximo sábado, Alberto & García ofrecerán un show case en la tienda de discos Alta Fidelidad de Oviedo. A veces las heridas ofrecen días de celebración, con artillería de guitarras y metales dispuesta a que sangre la herida, incluso si se acaba el mundo y, como decía el maestro Calamaro, ya saben, a las heridas, mejor dejarlas sangrar, si están ahí, por algo será

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