La semana pasada, el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, junto a Nacho Cuesta y directivos de ALSA y TUA, inauguraron el primer autobús articulado eléctrico del concejo. Este es un paso más en el cumplimiento de las directrices comunitarias para que las ciudades neutralicen sus emisiones de carbono. Un “proceso” que, según Jacobo Cosmen, presidente de ALSA, “no tiene vuelta atrás”.
Hasta aquí todo bien. No obstante, la sorpresa llegó cuando el propio Ayuntamiento, en un comunicado y en sus perfiles en redes, presumió de inaugurar “el primer autobús eléctrico articulado de España”. Varios medios dieron paso a la noticia en los términos anunciados por el consistorio, pero fue rebatido inmediatamente por varios usuarios de Twitter, que recordaron que otras ciudades ya han inaugurado este tipo de vehículos con anterioridad. Es el caso de Zaragoza, Vitoria o Barcelona. La Ciudad Condal adelantó a Oviedo por tres años de diferencia.
Respecto a la financiación para alcanzar la renovación completa de la flota, el regidor ovetense confirmó los “fondos totales” para los cargadores, aunque también reconoció no tener cerrada la vía para adquirir los vehículos.
También en Valladolid, y desde hace tiempo.