Antes de terminar la conversación Marco Antuña quiere asegurarse de que la posición de Corriente Sindical de Izquierda, el sindicato mayoritario en la red asturiana de oficinas de Unicaja, ha quedado clara. “¿Se entiende?”, pregunta. Es una pregunta con retranca, porque durante la media hora anterior ha desgranado con contundencia los motivos por los que desde hace dos décadas viene oponiéndose a la forma de gestionar de Manuel Menéndez, al que ha conocido como CEO de Cajastur, después de Effibank y Banco Base, luego de Liberbank y, ahora, de Unicaja Banco. “Nosotros venimos del futuro a decir a la gente de Unicaja y a la sociedad andaluza lo que os espera con Menéndez: privatización, liquidación y mucho palo y ninguna zanahoria para trabajadores o clientes”. Se entiende.
Junto con tres compañeros llegados de Asturias, Antuña asistió este jueves a una Junta General de accionistas de Unicaja para tomar la palabra ante los propietarios y los mandamases de la entidad. “Llevamos más de veinte años sufriendo este modelo tóxico, irrespetuoso con trabajadores y clientes. Si se impone este modelo desconectado de la realidad, buscando los intereses de la cúpula y los fondos, vamos a ver lo que vimos en Cajastur”, les dijo. Antes, se había manifestado a las puertas de la sede social con un cartel en el que se leía: “Menéndez liquidó Cajastur, ahora va a por Unicaja”.
“Menéndez liquidó Cajastur, ahora va a por Unicaja”
Tras la Junta, ese final está un poquito más lejos. Ya sin el control ejercido por Braulio Medel, la Fundación Bancaria Unicaja (máxima accionista del banco con el 30,2% del capital social) parece apartarse de Menéndez, como demostraría el rechazo a ratificar a los dos consejeros supuestamente “independientes”. De confirmarse, esto daría un vuelco a las mayorías en el Consejo de Administración, que en unos meses deberá evaluar la continuidad del asturiano como principal directivo de la entidad.
De Cajastur a Liberbank: “Un atraco neoliberal de libro”
“Creemos que es nuestra obligación y el compromiso con los compañeros y los trabajadores a los que con orgullo representamos, y con la región asturiana y los clientes”, cuenta Antuña recién aterrizado en Asturias. Trabajador de Cajastur desde 1989, conoció la llegada de Menéndez en 1995 (“venía para dos mandatos de cuatro años improrrogables, y mira hoy”), y lo que pasó después: la liquidación de Cajastur, una entidad con arraigo territorial y 130 años de historia y la sucesión de “experimentos y chiringuitos con nombre de banco [Effibank, Banco Base] que respondían al interés de Menéndez y sus aliados de la oligarquía rancia asturiana”, hasta llegar a Liberbank.
Si todo eso ocurrió, fue por el “silencio cómplice y financiado en Asturias y la complicidad viva de los aparatos sindicales y políticos”. “Hubo una permanente campaña sobre las virtudes profesionales y personales de Menéndez, pero nosotros desde hace años criticamos una deriva que iba a llevar a la privatización y liquidación de Cajastur”, relata: “Para nuestra desgracia, ocurrió todo lo que decíamos, lo que pasó en la Rusia soviética o con Thatcher: quienes ponen los medios para privatizar son los directivos que luego son los beneficiarios. Un atraco neoliberal de libro”.

Con ese bagaje llegó Menéndez a la cúpula de Liberbank. “No era el banco malo, era el banco peor. El más judicializado por trabajadores y clientes, el que tenía más condenas. Con un ERE que conseguimos tumbar [en 2013, ante la Audiencia Nacional] por vulneración del derecho a la negociación colectiva”. Pero ni siquiera las condenas sirvieron para corregir el rumbo. En una estrategia de judicialización de las relaciones laborales, Liberbank recurrió todo. “Ganábamos, y recurso”. Siete años después, no había ejecutado la sentencia. “Recurrió al Tribunal Supremo, e intentó llegar al Tribunal Constitucional, porque debe ser que recortar salarios es un derecho fundamental”.
Liberbank era la improbable catapulta a la jefatura de la nueva Unicaja, pero con el 40% de las acciones consiguió la posición más golosa: CEO. En la Junta de Accionistas, Antuña ha vuelto a poner en cuestión la realidad de las cifras del canje. “No tenemos ningún problema en decirlo, porque hay sentencias que reconocen que Liberbank usaba la contabilidad creativa: podía decir que estaba muy mal para recortar, o muy bien para resaltar al consejero delegado”.
El aterrizaje en Unicaja: ERE, huelga y reordenación de oficinas
Desde que en julio de 2021 se consumó la fusión, Menéndez ha implantado su modelo de negocio y unas relaciones laborales que los sindicatos, al unísono, tildan de “autoritarias” o “tóxicas”. Empezó con un ERE que generó una huelga sin precedentes en Unicaja, y ha continuado con una reordenación de oficinas y del modelo de negocio que está generando decenas de bajas laborales por causas psicosociales. Sin embargo, en Andalucía se ha generado a nivel político y sindical un movimiento de oposición que acabó con la caída de Medel (aliado esencial de Menéndez) y que podría haber cuajado en la Junta de este jueves.

De la antigua Liberbank quedan 1.500 trabajadores, aunque la cifra es cambiante a medida que se va ejecutando el ERE, para el que hubo más solicitudes que plazas. Algunos de ellos llevan veinte años con el salario congelado, en aplicación de un acuerdo de 1999 suscrito gracias a “sindicalistas corruptos”, asegura el portavoz de CSI. Ahora, pide una actualización salarial que aquilate aquello de “igual trabajo igual salario”. Una homologación salarial contemplada en el ERE que resulte en una Unicaja única. “Nosotros queremos ser Unicaja, porque Liberbank es lo que nunca quisimos ser”.
Antuña insiste: no es un problema de diferencias territoriales – “no hay intereses asturianos defendidos por Menéndez”-, sino de modelos contrapuestos. “Hay uno que intenta rescatar la banca honesta, y otro fracasado, inmoral y que hay que liquidar sí o sí”. Por eso, la marcha del CEO es condición necesaria, pero no suficiente, y cree que deberían revertirse parte de las decisiones que ya se han tomado: “Unicaja debe ser la misma en todo el territorio. Que los de Asturias, Extremadura, Castilla La Mancha no nos sintamos de segunda, que se vuelva atrás el modelo de cerrar oficinas en pueblos y barrios, que provoca enfrentamientos con los clientes, y se abandone este tipo de relaciones laborales”.
“Va a intentar hacer todo lo posible”
Este jueves, ese modelo se llevó un severo correctivo de todos los accionistas que tomaron la palabra, incluyendo el representante de la Fundación, antes aliada en sus planes. A nivel operativo, lo más relevante fue el rechazo de los dos consejeros independientes (a quien se suponía alineados con los intereses de Menéndez) y la ratificación de los cuatro propuestos por la Fundación, lo que augura una nueva mayoría en el Consejo. Pero Antuña advierte contra las maniobras del CEO. “Va a intentar a hacer todo lo posible para mantenerse”.
Por eso, pide la intervención externa. “Las autoridades bancarias no pueden seguir mirando a otro lado. La ambición personal del CEO y de los grupos de interés ¿pueden poner en solfa el equilibrio del quinto banco de España? Lo lógico era que el regulador bancario le enseñase la puerta de salida”.
Antuña advierte de que no le gusta “vender la piel del banquero neoliberal antes de cazarlo”, pero admite que este jueves ha sido un buen día porque acerca el final de Menéndez como máximo responsable del presente y futuro de Unicaja Banco. “Cada minuto que siga como CEO es un minuto perdido para volver a una banca honesta y comprometida, que además es el futuro”.