No habla con nostalgia en ningún momento. No se lo permite. Nunca se lo ha permitido. La política impregna siempre de entusiasmo sus palabras, incluso en los momentos más críticos, quizá porque la política consiste en afrontar retos, resolver con una imagen el horizonte, antes de actuar. A escasas horas de que apriete el botón ENTER de su ordenador y envíe su baja a Podemos, Nuria Rodríguez celebra a petición propia una entrevista con NORTES para comunicar su salida de la organización que fundó junto a otros compañeros, con los que pretendía dar respuesta a los anhelos y problemas de la ciudadanía organizada que irrumpió en los plazas de toda España tras el 15M. A lo largo de la entrevista, la todavía diputada de Podemos Asturies hará un breve balance de la legislatura, explicará las razones que justifican su salida del partido y las reflexiones que la empujar a unirse, con el mismo entusiasmo de siempre y toda la precaución que le otorga su intensa y dilatada experiencia política, al proyecto liderado por Yolanda Díaz, Sumar, una semana y unos días después de haber acudido a la proclamación de la Ministra de Trabajo como candidata a la Presidencia del Gobierno el pasado 2 de abril en el Polideportivo Magariños.
Antes de abundar en las razones que la empujan a cerrar un capítulo en Podemos Asturias, desde donde ha sido concejala en Gijón primero y diputada después, me gustaría que hiciera un balance de esta legislatura que ya termina.
Ha sido una legislatura marcada por la crisis sanitaria. No ha sido fácil para nadie. Creo que hubo momentos muy concretos en los que la mayoría del arco parlamentario, incluido el gobierno, supo estar a la altura. Sin embargo, hay montones de cuestiones que no se desarrollaron a tiempo. Ha sido una legislatura en la que le PSOE estuvo muy cómodo arrojándose a los brazos de Ciudadanos. Como ya predije entonces, un partido que iba a desaparecer que ahora está en absoluta descomposición y que, finalmente, desaparecerá. El PSOE no ha sido muy honesto y terminamos la legislatura con una situación muy compleja, con cuestiones relativas al medio ambiente. Organizaciones políticas y sociales de orden nacional o internacional están poniendo en la agenda como prioridad la relación de la humanidad con el sostenimiento y mantenimiento del medio ambiente que se nos presenta como algo irrenunciable. En cambio, el gobierno de Adrián Barbón ha aprobado una Ley de Calidad Ambiental que mira hacia otra parte. Esta ley ha signficado todo un reto por todo lo que se ha trabajado desde IU y desde esta diputada que han hecho lo que han podido para evitar que se aprobase. Pienso que es un ley por la que algún parlamentario, no tardando mucho, tendrá que pedir perdón, porque deja los derechos de la ciudadanía bastante maltrechos.
Una ley aprobada con la derecha que deja a la administración municipal bastante comprometida al no disponer de suficientes medios ni recursos para poder aplicarla. Una ley, por otra parte, sospechosa. Es llamativo que una empresa como Amazón mantenga, sin fecha anunciada de apertura, la actividad de la planta cuando, por otra parte, también ha anunciado que paraliza sus inversiones en el resto de plantas que tenía previsto levantar. Por otra parte, este gobierno mantiene un contrato de confidencialidad con la empresa. La Ley de Calidad Ambiental parece un colofón a la sospecha.
Se dan situaciones coincidentes. No creo que han sido analizadas en toda su profundidad. Lo he manifestado anteriormente: creo honestamente que cuando una multinacional privada le marca el rumbo a un gobierno, es que hay algo no funciona bien. Los oligopolios que condicionan a la ciudadanía deberían hacernos reflexionar. Si un gobierno autonómico, estatal, europeo o local se pliega a los interese de una empresa privada porque se cree que trae riqueza y empleo, nos equivocamos gravemente. Otra de las cuestiones que ha marcado la legislatura es que hemos tenido un consejero de industria reprobado por toda la cámara, que se ha mantenido su puesto hasta el final, arrastrando una retahila de fracasos, de cierres de empresas, manifestando una seria incapacidad para gestionar. Al inicio de su legislatura, Barbón presentó a su equipo de consejeros como un equipo capaz de innovar, de cambiar. En cambio, todo me ha sonado a lo largo de la legislatura a vieja política. Con cada inversión, siempre se aducía que eran cuestiones privadas a las que podían entrar. Nada de eso no es cierto. Los gobiernos tienen capacidad de gestión para hacer cosas, para que, por ejemplo, una empresa como Duro Felguera, rescatada con dinero público, evite que se pierdan miles de empleos, para que se conserve el prestigio que tiene la ingeniería asturiana. Y todo esto tiene que ver con el hecho de que hubo una mala gestión porque los gobiernos dijeron que no se podían meter en la actividad de las empresa. Los gobiernos si se metieron cuando ha sido necesario. Esta retahíla de fracasos ha intentado ser borrada con el anuncio de Amazon que, de algún modo me recordaba a Berlanga y su Bienvenido Mr Marshall. Va a venir Amazon, pero seguimos sin saber en qué condiciones, ni qué puestos va a crear. El ejecutivo tiene que reflexionar y plantearse si Asturias se merece un gobierno dubitativo que piense en las elecciones de cada cuatro años o un gobierno que tome las decisiones correctas y tiene un plan B. Están en un permanente tira que libras.

Y ahora una nueva catástrofe medioambiental a partir de los incendios.
No es el momento de decir ya lo dijimos pero han pasado cosas que se lo dijimos a este gobierno mucho antes, como el expolio del occidente del norte o el sur con las eólicas y su afectación del sector pesquero asturiano. Entonces me dijeron que era una exagerada, que alarmar no estaba bien. Ahora veo como el presidente del gobierno, después de esta catástrofe natural y humana, presenta una cierta sospecha de que no habrá eólicos en el sur del occidente asturiano, a la vista de sus propias declaraciones. Por otra parte, el candidato del PP del occidente abraza estas teorías alarmistas que entonces no lo eran. Creo que el tiempo ha colocado a cada uno en su sitio.
¿Debería haber dimitido el consejero de ordenación territorial, Alejandro Calvo?
A lo largo de esta legislatura no he pedido la dimisión de nadie. Sí he solicitado la reprobación porque pienso que la dimisión es una decisión que debe de tomar el Presidente del Gobierno de Asturias. Creo que lo que tiene que hacer Adrián Barbó es escuchar más a quien más sabe. Y sobre todo, no quitarle importancia a lo que le digan. Cuando la fiscalía dice que el levantamiento de los acotamientos a pastos puede ser un incentivo para que se favorezca la provocación de incendios, debería escucharlo. Yo no creo que los incendios hayan sido obra de pirómanos. La piromanía es un trastorno mental muy concreto que representa un porcentaje mínimo de los incendios forestales. Cuando biólogos y biólogas, cuando las personas que están el terreno, cuando tienes experiencias de otros países, que nos dicen que estamos plantando cerillas…cuando se está diciendo que quitar los matorrales no es limpiar el monte porque tienen una función fundamental en la biodiversidad, lo que debemos hacer es escuchar. Estamos en un punto, no lo digo yo, pero si se lo escucho a quienes sí saben, los científicos de todo el mundo, estamos en un punto de no retorno. Lo que nos va a quedar es gestionar el mal. La caída hacia abajo. El punto de no retorno nos obligará a valorar otras formas de vivir, de relacionarnos, de producir. Lo que tiene que hacer el gobierno y el futuro gobierno es escuchar. El PSOE no está preparado para gobernar en soledad, tiene una tendencia a no tomar decisiones clave, a no analizar en profundizar las cosas. Desde la izquierda, nos decimos radicales que es todo lo contrario a ser extremistas. La radicalidad compromete desde el inicio a un razonamiento lento, pormenorizado, exigente, que conduce a conclusiones y no se ha hecho.
Se ha declarado la guerra a muchas cosas: al covid, a Putin, a la burocracia y ahora a los pirómanos. El lenguaje destapa la manera de entender el mundo. Creo que en el caso de Barbón, su manera de transmitir mensajes oculta la incapacidad que ha tenido para comprender y alcanzar acuerdos con la izquierda. La soledad con la que ha gobernado, se ha manifestado después en su acción política cotidiana, que se cierra con una ley votada con la derecha
El PSOe ha tenido el apoyo de ciudadanos en las leyes más polémicas. Si tengo una izquierda parlamentaria totalmente en contra de un determinada ley, de una forma concreta de hacer, de unas declaraciones en concreto, el PSOE se lo tiene que hacer mirar.
Analicemos ahora el papel de Podemos a lo largo de este mandato y, particularmente, el punto de inflexión que supusieron las primarias en las que fue derrotado Daniel ripa y ganó Sofía Castañon.
Creo que he sido muy explícita en al guna ocasión y me mantengo firme. Sofía Castañón es la Secretaria General de Podemos Asturies. Hay unas elecciones que así lo dicen. Cualquier apelativo orientado a desmerecer ese triunfo de los inscritos e inscritas y de los militantes es un error y no lo comparto. A partir de ahí, lo que tiene que hacer una dirección política es dirigir. Una dirección política no debe pensar en victimizaciones ni en dolencias. Hay personas de esta organización que, por falta de experiencia política o por una experiencia política anómala, confunde tener cargos orgánicos con el poder. Tener cargos orgánicos no es tener el poder, es sólo una responsabilidad. Si asumimos que los cargos conllevan una responsabilidad, entonces podremos hablar de una dirección, de una organización. Si en la primera reunión no se dan las situaciones adecuadas, los incentivos para llegar a una reunión, se comprende que hay que hacer otra y si, en esa segunda reunión es fallida, es que hay que hacer otra y otra y otra y modificar, flexibilizar y hablar. Así entiendo una dirección. Creo que ha habido una ausencia de dirección y una confusión entre los cargos orgánicos y los cargos de poder. Si estructuramos una organización en términos de poder, en cambio, se darán unas dinámicas imprecisas, dinámicas que se van pudriendo y replegando en sí mismas, dejando un terreno absolutamente yermo para cualquier gestión política.

¿Cómo ha logrado gestionar esta crisis de dirección e, incluso, de legitimidades, su grupo parlamentario?
Creo que el grupo parlamentario ha hecho un trabajo prolífico. Hemos dedicado mucho tiempo a trabajar pero hemos debatido muy poco políticamente. No hubo una estrategia común. Lo he dicho y lo mantengo: no he estado en esa línea política en ningún aspecto ni en ningún ámbito social en el que he participado. Las sanciones o el intento de acallar a un diputado es algo que políticamente me resulta inaceptable. Desde la moral política es inaceptable que se pretenda algo así. En todo ese tiempo, ha habido una ausencia de diálogo que no es de ahora y que está basado en esa confusión de responsabilidad con poder. En el grupo parlamentario lo hemos resuelto con dignidad hasta el final pero ha sido una anomalía, visibilizada públicamente en la ausencia de sintonía y el desequilibrio evidente entre la proyección pública de algunos diputados con respecto a otros y creo que es un error si se piensa en una organización que actúa como tal, como un grupo de personas que trabaja coordinadamente en la persecución de unos objetivos.
Decía Daniel Ripa en la entrevista que celebramos hace dos meses que toda estrategia de acoso y derribo a su figura o a Covadonga Tome entre otros, venía de una reflexión más profunda. De como la dirección estatal trataba de evitar contrapesos territoriales en otras organizaciones, transformando la horizontalidad de Podemos de sus inicios en una organización eminentemente vertical.
Ripa y yo hemos tenido posiciones diferentes a lo largo del tiempo del mismo modo que estos cuatro años nos ha dado tiempo para darnos cuenta de que también podían ser convergentes. Es obvio lo que dice y Asturias es un ejemplo. Cuando Podemos Asturies nace y yo fue parte fundadora de esa creación, había un círculo en cada plaza, en cada pueblo, en cada barrio y hoy en día estamos hablando de una organización que expulsa gente. Y no voy a entrar en bondades o maldades. Hago crítica política. Aquí se ha expulsado a quien fuera secretario general de la organización. Creo que hay un repliegue hacia dentro importante a nivel estatal. Me parece muy legitimo que las organizaciones se replanteen cosas, que cambien, pero este no es el Podemos que yo conocí, con el que yo comencé a caminar en esta nueva aventura y es evidente que en este Podemos yo no encajo. No puedo obligar de ninguna de las maneras a una organización política, como tampoco pueden obligarme a mi, a asumir un planteamiento político, insisto, legítimo, pero que no comparto en ninguno de los aspectos.
¿La pregunta obligada es si continuará afiliada a Podemos o en su horizonte está abandonar?
Hay que saber hacer crítica y saber encajarla también. No encajo y es evidente que no, porque hay diferencias notables que yo he transmitido. Mi obligación y mi honestidad para con las personas que siguen confiando en Podemos y están en la organización es no entorpecer este nuevo devenir que ha tomado. Pero yo no me olvido de la gente ni de los círculos, hay un nuevo prisma que hay que observar con detenimiento y precaución
Entiendo que ese prisma es Sumar con Yolanda Díaz a la cabeza. Sumar es una plataforma con muchas organizaciones, sin estructura política, sin implantación territorial. ¿Cómo abordas ese fenómeno con tantas aristas y facetas y como encajarías tu en Sumar desde Asturias?
Sumar es un proyecto que está emergiendo, que reconoce que no solamente hay una realidad política, sino que hay varias dentro de la izquierda, en un momento en el que no es nada extraño que la derecha y la extrema derecha se unan y que eso tenga consecuencias como, por ejemplo, las mujeres que quieren abortar y antes tienen que escuchar el latido fetal. Y Castilla y León está aquí al lado. En un momento como este, que haya un reconocimiento entre sí de diferentes fuerzas políticas de izquierdas es lo que toca. Y yo espero que todas estén en esa clave, incluido Podemos. Efectivamente, yo comparto con la ministra Yolanda Díaz parte de los análisis que hace, pero creo que es un proyecto que aún está por configurarse.
Y liderado por primera vez por una mujer.
Es una muy buena noticia que haya una lideresa porque las lideresas en todo el Estado español, incluida Asturias, han sido duramente castigadas. Desde mi discurso feminista comprendo que no todos los liderazgos femeninos son iguales, pero que haya una lideresa de izquierdas es muy importante. Creo que el proyecto necesita tiempo para madurar, pero también creo que hay que tener memoria y evitar caer en la fe. Me preocupa la dimensión psicológica de la fe. Y creo que con Podemos, más que con otras organizaciones políticas en las que yo haya podido estar u otras que conozca de una forma más superficial, ya digo, con Podemos creo que se da un fenómeno inspirado en la creencia, como si la relación del proyecto tuviera lugar mediante la fe entre personas que se consideran netamente ateas, agnósticas o rechazan de facto la religión. La política inspirada en actos de fe no es sana. Esa identificación fan con una organización política sobremanera evita que la razón actúe. Me sorprende que la ministra que más veces se nombró por parte de todos los cargos públicos de la organización, incluida Asturias, porque trajo los ERTE´s que evitaron que, ante una crisis sanitaria y humanitaria, el país acabase roto, la que ha subido el SMI varias veces, esa ministra que hace una reforma laboral para que haya contrataos indefinidos, de repente se esté valorando de otra manera. Si la razón cambia respecto a lo que era defendible hace unos meses porque emerge de pronto un liderazgo femenino, nos obliga a reflexionar. Lo que toca es diálogo. No entiendo que no haya un acuerdo entre las fuerzas políticas de izquierdas de cara a las próximas elecciones de cualquier tipo. Yo voy a estar en esa parte en lo que pueda aportar porque estoy absolutamente convencida de que el PSOE y las extrañas sumas que hace con diferentes grupos políticos puede volver a hacerlas otra vez y porque ha llegado el momento para la vida de las mujeres, de los empleados y las empleadas, para el sostenimiento de la sanidad y la educación pública, el avance. Blindar la sanidad y la educación pública para que no haya otros intereses y especulaciones pasa por un proyecto como SUMAR.

Yolanda Díaz logra que la izquierda acceda a la centralidad institucional y esto se traduce en la ruptura del cliché en virtud del cual la izquierda no sabía gobernar. Esta legislatura ha permitido demostrar que sí sabe gobernar y mejorar la vida de las personas y que el BOE es la mejor campaña sin necesidad de actos de fe cada vez que se impone un liderazgo en el marco político de la izquierda.
Yo creo que es lo natural. El proceso debería ser natural. Si mantenemos la misma perspectiva antes y después de entrar en un gobierno y después de haber gestionado en un gobierno, es que algo se ha hecho mal. Las organizaciones están hechas por personas. Probablemente, no modifiquemos las estructuras que lo sostiene. Podemos y debemos valorarlo, pero los modos sí, las reflexiones y experiencias nos modifican. Ser madre es una idea antes de serlo. La experiencia nos enfrenta a una realidad diferente y de ahí sale otra cosa. Con Sumar sucede lo mismo. Qué ocurre una vez que se ha gestionado. En principio se acaba con las profecías autocumplidas. Cuánto daño nos han hecho algunas de ellas como la que citabas en tu pregunta. La izquierda no sabe gestionar. Pues esa autoprofecía ha sido por fin eliminada. Y habrá más: algunas reflexiones no son capaces de desembarazarse de la idea de una izquierda confrontada que si logra aliarse, entonces no convencerá a nadie. La izquierda debe ser siempre combativa, pero hay muchas maneras de combatir y en la institución debe serlo blindando la sanidad publica, la educación, el empleo.
La derecha y la izquierda se presentan, respectivamente en tandem, en las próximas generales. Sumar sin motor, como dice Ivan Redondo, inclina hacia la derecha el resultado. ¿Conviene respetar a Podemos?
Volvemos al debate entre el poder y la responsabilidad. La izquierda es responsable de llegar a acuerdos. Discutir por delante el método es estéril. Enrocarse en el metodo para llegar a acuerdos significa que hay otras cuestiones más enconadas. Pues que se aborden esas cuestiones. Y no volvamos a hacer autoprofecías cumplidas. Espero que haya un acuerdo y que si hay metodologías y análisis distintos, que se respeten, que no se digan barbaridades de los proyectos políticos de los demás porque, finalmente, se harían un flaco favor. Creo que debemos obviar esto porque ya tenemos una experiencia de gestión. He hablado de Yolanda Díaz pero no me quiero olvidar de Irene Montero que ha traído desde mi punto de vista, desde mi análisis feminista, ha traído la mejor ley para la vida y la independencia de las mujeres de toda la democracia. Creo que ha sido criticada en exceso de una manera muy torticera. Pienso que el espíritu fundacional de Podemos está hoy en Sumar. Podemos ha tomado otra dirección legitima pero tiene que llegar un momento en el que no se hable de lo que está por encima, de lo que se ve, sino que se trate desde una intimidad responsable aquello que no se ve e impide que pueda llegarse a acuerdos. Espero que Podemos esté dentro de Sumar y que Sumar lo esté en Podemos para que tengamos ese referente político que necesitemos.
¿Será Covadonga Tomé ese referente a la hora de votar el próximo 28 de mayo?
Creo que ya lo es y pienso que el atropello político y democrático es inadmisible desde una organización amparada por los círculos y la democracia. Covadonga Tomé está en una legítima y dura pelea. En ese proceso en el que Sumar está emergiendo hay una serie de incógnitas que habrá que resolver. Espero que la democracia resista en Podemos. La opción de Tomé de permanecer me parece legitima, respetable, valiente, tanto como honesta y responsable es la mía para no darme de bruces o contra una pared por las diferencias que mantengo. Mi energía y mi granito de arena debe estar a partir de ahora en otro sitio.
¿Dónde te vamos a encontrar?
La política es una parte vital. Creo que me voy de esta legislatura con una sensación de haber intentado y peleado hasta la extenuación y no haber conseguido el objetivo. Estaré en los proyectos políticos orientados a enfrentarse contra la derecha y la ultraderecha. En esos espacios donde haya unidad, crea que el proyecto se abre y no se cierra y la democracia sea un principio que no se soslaye, ni verbalmente, cuando haya un secretario general o una candidata, en ese sitio donde eso esté claro, yo estaré en el lugar que me corresponda.