Helena Plaza es la responsable de Espacio Joven de CCOO de Asturias. En esta entrevista hace un resumen y recorrido necesario por los prejuicios y estereotipos que aquejan a la población joven desempleada en Asturias, los cambios del modelo laboral, el envejecimiento de la población y la migración incesante, la desigualdad de género que no hace excepciones con las mujeres jóvenes y las posibilidades y propuestas para el futuro desde la organización sindical.
Jóvenes y desempleo, un clásico en Asturias. Las cifras oficiales indican que el paro juvenil entre personas de 16 a 25 años aumentó de un 20% a un 43% desde 2008.
Las tasas juveniles de desempleo en España son muy altas y en Asturias son alarmantes. Mediante la reforma laboral hemos conseguido estabilizar principalmente los empleos de la gente joven que entra al mundo laboral en las categorías profesionales más bajas, con contratos más inestables. El hecho de que ahora por norma tenga que ser con un contrato indefinido garantiza algo la estabilidad, pero seguimos siendo una parte de la sociedad con mayor precariedad porque entramos al mundo del trabajo en sectores que generan mucho menos valor y eso directamente está relacionado con que las condiciones son peores en torno a salarios, descansos, conciliación… Todo esto obviamente afecta también en la motivación para la búsqueda de empleo y en la oportunidad de tener un empleo que te permita desarrollar un proyecto de vida. La consecuencia en Asturias es que muchísimas personas jóvenes acaban marchándose porque no encuentran la oportunidad, no vislumbran la posibilidad de poder quedarse aquí para desarrollar su proyecto de vida.
¿Y ese perfil de personas jóvenes que se van cómo es? ¿Regresan?
Los datos que nos constan a nosotras es que la vuelta no suele ser sencilla y, de hecho, no suele ser habitual, no retornan demasiados. Muchas veces se habla de sobrecualificación, no estamos para nada de acuerdo con este concepto. Es necesario generar un tejido económico que absorba el conocimiento, no al contrario: denostando el conocimiento u obligando a la gente a salir de Asturias por estudiar determinadas cuestiones. En general, la gente joven no quiere irse, quiere vivir en Asturias, en su entorno, quiere estar aquí.

Entre las personas que se quedan asumiendo trabajos muy precarios o desempleadas y en riesgo de exclusión social, y las que se van para mejorar su formación, regresar y encontrar un mejor empleo….¿Qué más pasa por medio?
Obviamente hay gente que se queda en Asturias, pero sabemos que hay una desbandada importante. En muchos casos también encuentras a personas jóvenes trabajando en ramas diferentes y más precarias de lo que han estudiado, porque aquí no se genera ese tejido económico. También hay algo de gente que vuelve y encuentra trabajo, pero en general quedarse en Asturias es tener que asumir un trabajo precario y no estamos hablando solamente de precariedad en ámbitos eh comercio, hostelería, etcétera. Hablamos también de precariedad incluso en ámbitos públicos. Yo soy personal eventual en la sanidad pública. Las condiciones son mejores que en la privada, tengo que reconocerlo, pero hay una precariedad relativa a los contratos que afecta principalmente a la gente joven porque somos los que entramos con puestos eventuales. No toda la gente joven se marcha, pero quedarte en Asturias no significa quedarte con una gran oferta de desarrollo para tu proyecto de vida. Puede ser más bien aguantar y tirar del carro para poder quedarte aquí.
“Quedarte en Asturias no significa quedarte con una gran oferta de desarrollo para tu proyecto de vida”
Estos datos de desempleo juvenil no están desagregados por sexo, pero se suele decir que la pobreza tiene rostro de mujer, supongo que no es una excepción en el caso de la juventud…
No es una excepción. Al final la juventud abarca franjas de edad amplias. En Comisiones Obreras hablamos de jóvenes hasta los 35. Entonces ahí se dan diferentes casuísticas entre las personas jóvenes y concretamente entre las mujeres. El hecho de ser mujer en esta sociedad actual nos genera más problemas que al resto de nuestros compañeros hombres y eso tiene que ver directamente con los cuidados. Pero cuando hablamos de cuidados no hace falta ni tener una familia numerosa ni hacerte cargo siquiera de una persona dependiente, estamos hablando simplemente del mantenimiento de un hogar, las tareas que se hacen fuera del trabajo reglado, los cuidados básicamente. En muchos casos, elegimos trabajos parciales que complementen porque, además, nos ocupamos de otras cosas dentro de nuestro núcleo familiar. Es lo mismo en el caso de la temporalidad. Por estas circunstancias nos ha costado más tiempo organizarnos. Pero lo hemos hecho en sectores muy feminizados, como son el transporte escolar, el ocio, los campamentos y comedores escolares, donde tenemos capacidad para organizarnos, defendernos y conseguir nuestros derechos en muchas empresas. El hándicap de estar pluriempleadas más las cuestiones de nuestro propio hogar al final te condicionan el tiempo para tú poder lanzarte a luchar y organizarte y destinar recursos a eso. La cuestión de género no entiende de edades, nos afecta a las mujeres jóvenes también.
Emigramos porque tenemos poco o mal trabajo, nos quedamos viviendo en otros países o regresamos aceptando cierta precariedad, y por si fuera poco, somos la población más envejecida de Europa.
Es compleja esta situación y la reducción de población tiene diferentes factores a analizar. Las personas jóvenes salen de Asturias y tienen a sus hijos y a sus hijas fuera. Por lo tanto, eso no revierte en que la tasa de natalidad aquí pueda cambiar de datos. Por otro lado, las personas que nos quedamos aquí y que se supone que estamos en edad de poder conformar un proyecto de vida o tener una familia en el formato que nosotras queramos, nos replanteamos mucho la reproducción porque dices: si es que necesito una ayuda para pagar mi casa. Es decir, soy una persona trabajadora, trabajo habitualmente y sin embargo necesito una ayuda para pagar una vivienda donde meterme yo con mi pareja, si la tengo, o si no con mi perro… ¿Cómo puedo tener unas garantías y una seguridad para traer al mundo a unas criaturitas y darles lo que necesiten? El tema de la vivienda es algo que agobia muchísimo, y está directamente relacionado con las condiciones económicas. También se trata de la ausencia de mecanismos sociales que amparen en el ámbito de los cuidados, y que me permitan que mis hijos o mis hijas pues puedan estar bien cuidados, un mecanismo social que sea para todos y para todas en igualdad de condiciones mientras yo puedo desarrollar mi trabajo.

En relación a la vivienda, ¿cómo recibís desde Comisiones Obreras la nueva ley que promueve la vivienda pública y la regulación del precio de los alquileres?
Tenemos clarísimo que el tema de la vivienda hay que regularlo porque afecta al total de la población. Creemos que el parque de vivienda pública puede ser muchísimo más ambicioso, no estamos hablando ni siquiera de construcción sino de recuperación. En otros países de Europa han conseguido regular los precios del alquiler, por ejemplo, en el caso de Austria se ha conseguido adquirir un número tal de viviendas por parte del ámbito público, que de esa manera, al regular y al plantear unos precios de alquiler asequibles, la parte privada de alguna forma, por la propia competencia, tiene que regular sus precios del alquiler. Alternativas está claro que las hay, es esencial que garanticemos un derecho constitucional. No debemos tardar más si pretendemos que nuestro país tenga una orientación progresista, con menor desigualdad social.
Se victimiza mucho a la gente joven por la época de crisis que les ha tocado vivir, mientras también se la critica por no hacer lo suficiente para buscar trabajo, formarse u organizarse. ¿Qué opinas al respecto?
Creo que no hay que ser escuetos a la hora de analizar la problemática de la juventud en torno a la situación del trabajo, a cómo nos organizamos socialmente para ciertas cosas. Ya no te hablo de la precariedad, sino de cómo está de atomizado, es decir, tú anteriormente te encontrabas a un montón de personas trabajando juntas en una fábrica o empresa determinada, donde tenías relación con tus compañeros y compañeras, igual que lo tenías para las cosas buenas, también podías apoyarte con ellos en las cosas malas, replantearte situaciones y sentirte apoyado. A día de hoy, muchísimos modelos laborales son individuales, se ha individualizado a las plantillas, eso al final implica en muchos casos que haya una desesperanza por encontrarte solo ante las problemáticas. No aprendes a desarrollarte y a organizarte colectivamente para las cosas y eso en general crea muchísima desazón, inseguridades y fronteras para poder caminar hacia adelante. Es un mundo del trabajo completamente distinto al que existía cuando los sindicatos se inician en la historia. No es tan sencillo como decir: pobrecitos, los hemos sobre protegido; hay que cuidarlos, o son unos vagos que no quieren hacer absolutamente nada. Centrémonos en qué experiencias de vida han tenido y en qué alternativas les están planteando para tomar un camino distinto por el que están rodando.
¿Faltan liderazgos juveniles o son problemas para organizarse entre jóvenes?
Las personas jóvenes no es que no sepamos organizarnos colectivamente, es una particularidad del mundo del trabajo. En realidad, nos organizamos con el tema ecológico. En Asturias el liderazgo lo tienen las personas jóvenes en muchísimos sentidos, con la cuestión del feminismo también. No es que las personas jóvenes no sepamos la fuerza que tiene organizarte de forma colectiva, es que no lo asociamos directamente al mundo del trabajo y es una tarea que tenemos las organizaciones sindicales, conseguir generar las rutas para esto.
¿Qué mensaje os gustaría transmitir a la juventud para este 1º de Mayo?
Desde Comisiones Obreras tenemos clarísimo que las cosas se pueden cambiar. Independientemente de lo oscuro que puedas ver tu situación. Nuestro mundo laboral es muy distinto al que había hace cincuenta años, pero somos capaces de organizar ese mundo del trabajo. Las cosas se pueden cambiar ayudándote de un grupo de personas que tenga unas problemáticas parecidas a las tuyas y que pueda darte mecanismos para resolverlo. La precariedad que venimos sufriendo por ser jóvenes puede aminorarse en base a la organización sindical. Queremos participar en las decisiones sobre cuáles van a ser nuestras condiciones de vida. A las personas jóvenes les diría que no tengan la menor duda a la hora de quedarse con nuestros contactos cuando vamos a los centros de estudio a dar charlas sobre derechos básicos, y de poder preguntarnos y asesorarse sobre lo que necesiten. El sindicato va mucho más allá de las condiciones laborales. Estamos hablando de vivienda, de condiciones de vida, de prestaciones sociales, de sanidad. Estamos hablando de educación. Que no duden en pensar que fuera de la oscuridad que tenemos en la cabeza en ese momento, hay personas dispuestas a ayudar.