Las encuestas otorgan a Foro entre uno y dos diputados en el parlamento asturiano a menos de un mes de las próximas elecciones autonómicas. Algunas otras proyecciones insinúan, incluso, un resultado peor, contemplando la desaparición de la formación regionalista fundada por Francisco Álvarez Cascos. Es una mala noticia para Foro que tiene, entre sus objetivos, incrementar la influencia y la representación de su grupo parlamentario, encabezado por su secretario Adrián Pumares.
Foro se enfrenta a una anomalía electoral. Es posible que gane las elecciones en Gijón pero tenga una presencia testimonial en Asturias. Los analistas le otorgan entre 7 y 9 concejales en el municipio más relevante en términos electorales de toda la comunidad. En cambio, ese crecimiento no se corresponde con las expectativas electorales de la formación en la Junta del Principado. Algo entorpece, obstruye, distrae la circulación del voto local de Gijón hacia las urnas autonómicas en el gaseoducto FORO, donde la estrategia de la transversalidad no funciona de un modo tan eficaz como en Gijón. En el gaseoducto FORO, hay una fuga que conviene definir para explicar porque los votos que le llegan a Gijón no continúan en el tubo que les llega hasta el Principado.

Adrián Pumares, Jaime Paíno, Cachero y la propia Carmen Moriyón han encontrado en la transversalidad el marco político desde el que propiciar ese crecimiento que no acaba de cristalizar en la plataforma regional pero funciona en la ciudad de Jovellanos. En Gijón, su estrategia se sustancia en la apuesta por políticas medio-ambientales y la concentración de una parte del programa en el territorio oeste, zona de conflicto, donde se dirimirá una buena parte del futuro político local y regional. En ese sentido, esta fin de semana conocimos que la compañía belga Umicore, especializada en la fabricación de baterías para Wolkswagen, se interesa por una superficie de hasta 40 hectáreas en El Musel. También sabemos que la planta de pirólisis moverá votos en el barrio de Portuarios. Foro se ha posicionado en contra y ha reducido a cotas mínimas el protagonismo de sus representantes más “ultras”, diseñando una campaña perfectamente programada desde hace dos meses y hasta el 28 de mayo, medida al milímetro en cada propuesta, hegemonizando con éxito hasta la fecha la agenda local.
En el marco regional, la intensidad transversal pierde intensidad pero trata de transmitir mensajes con la incorporación en sus listas municipales de miembros del PP, de Ciudadanos e, incluso de Podemos, nombres que no superan lo anecdótico pero que tratan de apuntalar el relato de la transversalidad. Todo va según el plan diseñado pero las encuestas no respaldan la estrategia regional.
La pregunta es, por lo tanto, si esta transversalidad es un elemento programático suficiente para aumentar el número de diputados de su grupo parlamentario frente a una fuerza electoral como el PP que empuja a los de Pumares hacia el abismo político. En términos electorales, hay una anomalía que presiona a FORO a responder a Canga, a ir a su rebufo, abandonando el flanco de Barbón, que queda a merced de IU, lo que resta al secretario general de Foro relieve político. No es lo mismo disputarse un gobierno que disputarse el espacio ocupado por el PP. Todo esto sólo tiene sentido si analizamos el crecimiento de los conservadores que, en el peor de los casos, logran crecer hasta los 13 diputados y en el mejor lo sitúa en los 17 con una lista encabezada por candidatos que, paradójicamente, no están haciendo una gran campaña electoral, están siendo investigados o las dos cosas.

Es posible que el PP crezca como consecuencia de la desaparición de Ciudadanos y se alimente de esos votos. Ciudadanos fue la escisión españolista de la misma manera que FORO fue la gran herida infligida por Cascos convertida en la semilla de un nuevo regionalismo después. Pero el crecimiento del Partido Popular en Asturias parece estar más relacionado con la forma en que la vida política nacional está influyendo en la política autonómica asturiana. Dicho de otra manera, el peso de lo que se transmite en Génova condiciona más en el devenir del PP asturiano que su propia candidatura. La campaña electoral planificada desde Madrid eclipsa la agenda de FORO y le impide a Pumares liderar el centro derecha en Asturias.
Leninismo de derechas. En 1922, la Komintern celebró su IV Congreso. Los comunistas llamaban a construir la unidad del movimiento obrero en los centros de trabajo y en las luchas, “frente único”, pero “por la base”. Al margen de los dirigentes socialdemócratas. De algún modo el PP de Núñez Feijóo ha lanzado el mensaje a los votantes de Vox y de Cs de que es necesaria una reunificación del espacio de la derecha en torno a sus siglas si realmente se quiere desalojar a las izquierdas de La Moncloa.

Como afirmaba Enric Juliana este domingo, dentro de tres semanas se sabrá si pesan más los factores locales o las grandes corrientes de la política. Quizá se esté reconfigurando un frente único por la base en la derecha, sin que Diego Canga o Álvaro Queipo en el PP asturiano tengan mucho que decir o influir al respecto. Su genius loci está demediado frente al espíritu del siglo. Eso explicaría también la escasa relevancia de FORO fuera de las fronteras de Gijón. De la misma manera que una izquierda a tres bandas puede restar votos debido a los juegos maquiavélicos del señor D´Hont , una derecha a tres (PP, Foro y Vox) también puede ver alterado su horizonte . El votante de derechas es visceral pero también pragmático y funcional. En Asturias, la armonización por la base del voto de derechas, el frente único de la derecha desde el voto, excluye en estos momentos del sistema electoral a FORO. El regionalismo retrocede en esta sugestiva anomalía.