Javier Suárez Llana es el candidato de Convocatoria por Xixón, la confluencia de Izquierda Unida, Más País e Izquierda Asturiana con la que se presenta a la Alcaldía de la ciudad. Llana tiene la tarea de incrementar el espacio institucional que a lo largo de los últimos cuatro años, Aurelio Martín, concejal de Movilidad y Medio Ambiente, ha abonado transformando la ciudad con un nuevo Plan que busca una ciudad más sostenible, articulando un nuevo espacio pensado primordialmente para las personas, desplazando el coche de la centralidad y construyendo las bases para un Gijón que incorpore la economía azul y verde a los nuevos procesos productivos.

¿Qué elementos fundamentales tiene Convocatoria por Xixón de cara a las próximas elecciones municipales?
Hay tres elementos definitorios que tienen que ver con la apertura, las alianzas y la incorporación de una nueva generación a la política local. La apertura incluye en la candidatura a siete u ocho personas independientes que no están vinculadas a ningún partido político, pero sí al activismo o por su trayectoria profesional. Las alianzas cristalizan en un proceso de reorganización de la izquierda, un proceso liderado por Yolanda Díaz en Sumar, que no llegará para las municipales y autonómicas, pero en el que tenemos que ir caminando. Lo que no se construya ahora, paso a paso, no llegará hasta final de año. Por eso estamos haciendo un esfuerzo de sumar a diferentes actores políticos que ya operaban en la ciudad. En ese sentido, vamos en coalición IU, Mas País que se referencia en Mónica García o Iñigo Errejón, e IAS que ya venía siendo una fuerza aliada en los últimos procesos electorales. Hay algo que en Gijón está llamando la atención: la capacidad que hemos tenido para incorporar a gente joven en la lista municipal. Si observamos en el resto de candidaturas, en general, comprendemos que son caras conocidas, que ya estuvieron o que se mantienen en estas elecciones municipales. En cambio, la nuestra incorpora a gente que no tiene experiencia en el ámbito institucional pero sí en el ámbito político, fruto de su participación en asociaciones, colectivos, o que tienen la experiencia que les da su profesión.
IU es una organización que cumple ya 37 años de bagaje político y ha asimilado la capacidad de renovar sus listas, preservando las vigas maestras de su proyecto, longevo, veterano. Eso no ha sido suficiente para que pudiera confluir con Podemos, aunque su candidata Olaya Suárez, anunció su voluntad de confluir cuando fue nombrada. Eso no ha sucedido. Sería importante que se conozca este proceso, por qué Sumar no tiene en Gijón motor Podemos.
Cuando presentamos la candidatura, dijimos que no suponía una renovación sino un relevo de gente nueva y joven en un proyecto que lleva 37 años y es heredero del PCE. Nos sentimos muy orgullos de la contribución que hicieron concejalas y concejales del PCE y de IU a lo largo de la democracia para la construcción del Gijón que queremos, del que tenemos y que disfrutamos. Venimos a dar continuidad a un proyecto que no es nuevo, que se adapta a los nuevos tiempos y es consciente de dónde viene. El proceso, los acuerdos y las alianzas se llegan a fraguar desde IU de Asturias y aterriza en los municipios. No puedo hablar de un proceso de negociación con Podemos porque simplemente no tuvo lugar. No lo hubo.
¿No hubo una simple reunión para valorar posibilidades y potencialidades?
Como candidato nunca me reuní con Podemos para valorarlo como una opción. Podemos no estaba en su mejor momento debido a sus desavenencias internas, algo que lamento porque son malas para el conjunto de la izquierda.
Una de las cuestiones que me parece relevantes de esta candidatura es que tiene que defender una gestión de gobierno que no se corresponde con el candidato que se presenta y que, además, ha generado sustanciales polémicas. ¿Cómo afrontas la posibilidad y la necesidad de defender esa gestión?
No se trata tanto de defender la gestión de Aurelio Martín, que le corresponde al concejal y a su propio gobierno, sino de defender unos objetivos, unos planteamientos que definen un modelo de ciudad que es lo que, al final, conseguimos poner encima de la mesa durante estos cuatro años. Veníamos de cuatro años de inercia, de parálisis, de ciudad detenida, de la época de Foro con los gobiernos de Carmen Moriyón. Veníamos de otro modelo, el de Paz Fernández Felgueroso, que vivía de las rentas y que estaba agotado, y por lo tanto, ya no son ocho sino 12 años después, con una pandemia de por medio y una crisis derivada de una guerra de Ucrania. Fuimos capaces, con un concejal, de situar un modelo de ciudad en la agenda y que avanza y eso es lo que hay que defender. Un modelo de ciudad que se mueve, mira al futuro y se reinventa frente al modelo que, de alguna manera, representó Foro en el gobierno y que, además, es el que nos está vendiendo la candidata de Foro Asturias a la alcaldía: una ciudad que, con tal de no molestar a nadie, no quiere hacer nada. Ese modelo ya lo conocemos y nos trajo a donde nos trajo.
Inmovilismo convertido en convivencia ciudadana. Esta imagen no invita a la reflexión de cómo se tienen que presentar los nuevos modelos a la ciudadanía. Independientemente de que se esté a favor o no, ha generado una controversia al propio votante de IU que le puede hacer dudar a la hora de votar a la coalición.
Son estilos de hacer política que, evidentemente, cada candidato tiene. No renunciamos al objetivo, no renunciamos al modelo de ciudad. Yo creo que es más que evidente que tanto el candidato como los miembros de la candidatura tenemos un estilo diferente de hacer política que tiene que ver más con la cercanía, la paciencia a la hora de explicar las cosas, que tiene que ver con la escucha activa que es a lo que nos hemos dedicado desde el 16 de febrero, desde que nos empezamos a reunir con las asociaciones y colectivos de la ciudad ,y eso contribuye a ser más flexibles a la hora de plantear las políticas sin renunciar a los objetivos ni al modelo que se quiere desarrollar.
Objetivos y modelos que suponen una implementación del que se ha querido llevar a cabo, interrumpido o potenciado desde la pandemia ¿qué características tiene, como lo percibirá el ciudadano si IU vuelve a ocupar carteras en el gobierno del ayuntamiento?
Tenemos un proyecto de ciudad muy claro que tiene que ver con la sostenibilidad ambiental, que tiene que ver con la generación de oportunidades, especialmente con el empleo y la vivienda, que combinan la sostenibilidad con el dinamismo. Todos esos factores lo que hacen es configurar la ciudad del futuro. Una ciudad que mira hacia fuera y se mira con ambición en otras ciudades europeas y no con pueblerismo, que es lo que se venía haciendo durante los ocho años del mandato de Foro. En la ciudad había una sensación de que en los ocho años de Carmen Moriyón hubo un ensimismamiento, como si la ciudad se estuviera mirando hacia dentro, viviendo de una suerte de nostalgia de lo que fue sin ser capaz de discernir hacia dónde quería ir. Nosotros estamos en el momento de plantear hacia dónde tiene que caminar Gijón, hacia un modelo más innovador en lo económico. Hablamos de proteger, potenciar y modificar los procesos productivos de nuestra industria tradicional, hay que mimar y asegurar un futuro para ella, pero hablamos también de la incorporación de los nuevos sectores productivos. Hablamos de la economía verde y azul desde que tenemos memoria, pero no hay ningún avance en esa materia.
¿Y a qué crees que se debe? Yo creo que no ha habido políticas decididas y valientes. Para que el votante se haga una idea más concreta, ¿cómo se reactivarían las medidas que asegurasen que el Gijón es un polo atractivo para la economía verde y azul?
Nosotros creemos que hay tres espacios fundamentales. Este Ayuntamiento deja uno en marcha que tiene que ver con la Milla del Conocimiento. Otro tiene que ver con el desarrollo de la economía azul en los terrenos de Naval Gijón y hay un tercero que tiene que ver con la economía verde que puede tener diferentes espacios, desde los terrenos de Mina La Camocha hasta un vivero de empresas que Foro, desde el Ayuntamiento compró en la Quinta de La Vega, en Jove, para capitalizar el puerto y que hoy se utiliza para todo menos para lo que fue comprado. Nosotros creemos que hay infraestructura y lo que necesita es ponerse en marcha. En Naval Gijón hace falta un hito tractor que permita el desarrollo de las empresas o la industria de la economía azul. Lo tenemos y nadie está hablando de él. Es el Acuario de Gijón. La empresa concesionaria que lo gestiona puso hace dos años encima de la mesa una ampliación, utilizando parte de los terrenos de Naval Gijón. Una ampliación que no tenía que ver sólo con un equipamiento turístico sino con la investigación, la innovación y las ciencias del mar. Eso fue hace dos años y con inversión privada. Lo único que exigió la empresa a cambio fue una prórroga de la concesión y que durante varios años no se abonara el canon, pero se paralizó porque la parte socialista del gobierno de Gijón no fue capaz de vincular o aceptar esa propuesta. Tenemos ejemplos. Tenemos un elemento tractor que permitirá desarrollar la economía azul con toda una serie de equipamientos de instituciones públicas y privadas que ya funcionan en esa materia, desde la Empresa Municipal de Aguas, el Oceanográfico, los propios astilleros o el Centro de Seguridad Marítima Jovellanos. Tenemos todo. Solo hace falta ponerlo en marcha y apostar por ello.
Esta entrevista tiene lugar mientras el comité de empresa de EMTUSA ha anunciado una huelga que puede parar el transporte público durante la campaña electoral. No es, desde luego, el mejor contexto para que la izquierda, defensora de los servicios públicos, se presente y trate de convencer al votante. Presento este contexto tan áspero porque invita a reflexionar sobre ese cogobierno de PSOE e IU donde ambos se siente comprometidos en la gestión.
Creo que este gobierno, en términos generales, ha funcionado bien. No es un gobierno caracterizado por el ruido, lo que no quiere decir que no haya habido discrepancias, visiones diferentes de las políticas, los proyectos y los momentos, pero que se han resuelto internamente. En ese sentido, el gobierno no ha sido un gallinero, a diferencia de otros. Yo creo que eso es algo que debe ser puesto en valor. La ciudadanía espera de nosotros que tengamos capacidad para entendernos, alcanzar acuerdos y colaborar en proyectos lo más amplios posibles y que miren por la ciudad. El gobierno ha sido ejemplar en esa materia. Eso no quiere decir que, en un gobierno de coalición de dos partidos, estemos de acuerdo en todo y más cuando tenemos a un concejal frente a once. La correlación de fuerzas es importante a la hora de analizar la gestión de un gobierno de coalición. Hablábamos de servicios públicos y Gijón es un ejemplo. Hay pocas ciudades de su tamaño que tengan los servicios públicos de Gijón. Y basta con mirar ciudades gobernadas por el Partido Socialista, como Vigo. Hace poco nos visitaban unos sindicalistas de Vigo. Gijón tiene 13 bibliotecas públicas mientras Vigo tiene una externalizada. Este modelo de ciudad de los servicios públicos es heredero de todos los gobiernos que ha habido en Gijón desde el año 77 hasta aquí. El PCE primero, e IU después, participó en muchos de ellos y si no directamente, al menos condicionó políticas. Estamos celebrando los 20 años del Jardín Botánico que fue fruto de una iniciativa de IU tildada por los socialistas de entonces como una idea loca. Ese modelo, durante doce años se agotó y no hubo una reinvención, no hubo alternativa, no hubo hoja de ruta. Efectivamente ahora tenemos a tres empresas públicas, la EMA, EMULSA y EMTUSA. Esas empresas necesitan financiación, estabilidad, un nuevo modelo de gobernanza, necesitan renovar y digitalizar todos sus procesos, servicios e incardinarse en el proceso productivo de Gijón. No puede ser que tengamos empresas de su tamaño y no contribuyan a la dinamización económica de la ciudad. Ya no basta con que ofrezcan un servicio público. Hay que pedirles algo más. EMA, EMULSA y EMTUSA tiene todavía mucho recorrido.
Hace unos días, con Ovidio Zapico, hablaba de redefinir los servicios públicos y creo que se puede trasladar la misma reflexión a Gijón con sus servicios municipales. ¿Qué servicios queremos y como queremos financiarlos?
La batería de medidas y actuaciones que proponen el resto de candidatos parecen una tómbola. Suman millones pero a la vez afirman que lo harán bajando impuestos, a pesar de la escasa capacidad financiera y recaudatoria que tiene un ayuntamiento. Das en la clave cuando afirmas que hay que repensar los servicios públicos, cuáles necesita una ciudad del tamaño de Gijón y, a la vez, repensar cómo los financiamos. ¿Tiene sentido que el autobús cueste 37 céntimos, cuando estamos reclamando para EMTUSA más conductores? Falta renovación de flotas, faltan frecuencias y falta servicio. Creo que es algo que debemos reflexionar. Lo que sabemos es que no lo podemos tener todo. No podemos tener servicios públicos gratuitos, bajada de impuestos año tras año y, al mismo tiempo, tener servicios de calidad. Es algo que deberíamos tener claro en la izquierda. Gijón tiene una presión fiscal media inferior a la de Oviedo y sólo hay que comparar los servicios públicos que tiene Gijón y los que tiene Oviedo. En Oviedo no existen. En Gijón tenemos el agua pública, el servicio de limpieza público, el transporte público, la red de bibliotecas y museos es pública. Equipamientos turísticos y sociales…Gijón es la ciudad pública por excelencia. Y lo soportamos con una presión fiscal por debajo de la media, lo que debe conducirnos a una reflexión. Además, es algo heredado de los ocho años de gobierno de Foro. En ese tiempo, se eliminó la diferenciación entre el IBI rústico y el IBI urbano, cuando la extensión de los servicios públicos a la zona rural, a las zonas menos densas, a la zona periurbana de Gijón, es más costosa. Se bajó el tipo en un acuerdo con el Partido Socialista de entonces. Se congelaron las tarifas y precios públicos durante esos años. El ahorro neto, la diferencia entre los ingresos ordinarios y los gastos ordinarios del ayuntamiento tiende cada año a cero. Es casi imposible mantener lo que hay.

Afirmaba Aurelio Martín y el tiempo lo ha demostrado, que un Plan de Movilidad es tan importante como un Plan General de Ordenación Urbana. Si tiene que haber un gobierno de izquierdas será de coalición. Quiero saber si en ese gobierno continuará IU asumiendo las tareas de movilidad y medio ambiente para seguir desarrollando el Plan de Movilidad.
Yo creo que planteabas tres cosas. La movilidad, la sostenibilidad, transformar el espacio público y las ciudades. Eso ya no lo duda nadie. Lo fue en Gijón y otras ciudades españolas. Lo fue en Oviedo. Allí están hablando todo el día de peatonalizaciones, de incorporar nuevos carriles bici, de restricciones al tráfico rodado, de zonas de bajas emisiones, pero en Oviedo no se montan las polémicas que se montan aquí. No pasa nada. También se montan en Valladolid, en Barcelona e, incluso, en Madrid. Estamos en un cambio de paradigma de las ciudades que deben estar preparadas para una nueva fase en la que deben adaptarse a la emergencia climática, que pocos negacionistas dudan, y a la protección de las personas. Las personas son el centro de las ciudades. Las urbes de los años 50, 60 y 70 pensadas para el coche ya no funcionan. Yo tengo 34 años y no tengo carné de conducir. En una ciudad como Gijón, una persona joven ya no necesita coche y ese es el futuro de las ciudades. Tenemos que ir hacia nuevos sistemas de movilidad y el reparto de espacio debe ser otro. El 70% del espacio urbano de Gijón se dedica al coche. En muy pocas aceras cabe una silla de ruedas. Eso hay que cambiarlo. Nosotros impulsaremos nuestro modelo de ciudad desde donde estemos y la fuerza que tengamos. Si me preguntas si vamos a volver a gestionar carteras como memoria histórica o cooperación, ya te anticipo que conmigo no va a pasar. Venimos de gestionar una parte importante de las políticas de transformación urbana de la ciudad y es a lo que aspiramos, a tener capacidad de incidencia real en el cambio de vida de la gente de nuestra ciudad. Las ciudades con una movilidad sostenible van a ser más competitivas que ciudades ancladas en el modelo de movilidad actual. La movilidad aprobada en el reciente plan está perfectamente conectada a las exigencias y objetivos de la UE. Este gobierno, a diferencia de otros anteriores, ha retomado la conexión con las políticas comunitarias. Ahora vemos cómo después de estos cuatro años siendo el azote de las políticas de movilidad, su concejal ultra Pelayo Barcia lleva tres semanas proponiendo peatonalizaciones, creación de zonas estanciales, restricción al tráfico en zonas como el puerto. Todas esas medidas se impulsaron en el gobierno o están incluidas en el Plan de Movilidad. Y es algo que llama mucho la atención porque no sucede solo con la candidata de Foro. La candidata del PP lleva anunciando, sin ningún rubor, la creación de aparcamientos, infraestructuras ciclistas y plataformas únicas que ya están incluidas en el Plan de Movilidad. Esto nos indica que el conjunto de los partidos han asumido las políticas de movilidad de este gobierno y que hay muy poco margen para ir en otra dirección. Podremos definir los ritmos, actuaciones concretas en unas u otras zonas, pero el horizonte es ese, no hay otro. Lo que hay en los partidos de la derecha es una sobreactuación.