Canteli toma posesión defendiendo la Ronda Norte: “No entiendo en qué pueden afectar al Naranco dos túneles”

Oviedo celebró la sesión constitutiva de la nueva corporación con intervenciones a favor del acuerdo y el desbloqueo de grandes proyectos.

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Xuan García Vijande
Xuan García Vijande
Comunicador, barman, músico. Redactor musical en Cuarto y mitad.

“Crónica anunciada”. Era imposible esquivar el cliché en una jornada cuyo resultado ya se conocía desde hace medio mes. La sesión constitutiva de la nueva corporación municipal en Oviedo/Uviéu se saldó con la normalidad y la calma propia de una mayoría absoluta. Quienes ganaron lo hicieron por lo alto y se saben ganadores; quienes no, aceptaron la posición en la que les habían colocado las urnas. Alfredo Canteli fue reelegido alcalde de Oviedo con 14 votos a favor, el mismo número que por primera vez le puso el bastón de mando en las manos hace cuatro años, aunque en aquel momento la suma incluyó a otro partido, Ciudadanos, y ahora ya no necesitan a nadie, flying solo.

Por detrás del regidor estuvo Carlos Fernández Llaneza. El candidato del Partido Socialista aglutinó los siete votos de su propio grupo. En tercer lugar, Sonsoles Peralta contó tres manos a su favor: la suya y las de sus dos compañeras de partido. Izquierda Unida, como ya había anunciado Gaspar Llamazares en la prensa, se abstuvo en pos de inaugurar una etapa en la que el acuerdo entre distintos sea la clave de bóveda de la acción política.

La jornada comenzó con la preceptiva toma de posesión de los 27 concejales y concejalas, quienes tuvieron que jurar o prometer el cargo. Como ya es habitual desde hace un tiempo, las fórmulas elegidas para ello ya denotan distintas visiones del mundo y de la política. Los concejales de IU y PSOE prometieron; los de Vox y PP juraron. Cristina Pontón hizo gala de valores republicanos, y omitió la referencia a la “lealtad al Rey”. Marisa Ponga quiso significar el término “concejala”, frente al uso globalizante del masculino “concejal” que emplearon las ediles populares. Sonia Fidalgo fue la única en enunciar la promesa en asturiano.

Un punto de sorpresa sobrevino cuando Sonsoles Peralta, nueva portavoz municipal de la extrema derecha, plantó sobre la mesa un crucifijo y juró cumplir con sus obligaciones “con la ayuda de Dios”. Y un giro cómico, porque en estos casos siempre hay nervios. A la popular Rosario Fernández, quien ocupa responsabilidades institucionales por primera vez, se le atragantó la fórmula y juró, juró y prometió para finalmente jurar.

Gaspar Llamazares con Alfredo Canteli. | Foto: Iván G. Fernández

Los discursos inaugurales de los portavoces, por lo general, tampoco sorprendieron. Recogieron en muchos casos lo dicho en campaña y tras conocerse los resultados electorales. Gaspar Llamazares aceptó el cargo con “honor y responsabilidad” y puso su grupo, al que se refirió por error como “parlamentario” —por “deformación profesional” como reconoció a renglón seguido entre la risa generalizada—, a disposición del “diálogo” y el “acuerdo” para desbloquear los proyectos prioritarios. El exdiputado fue el primero en mencionarlos, pero estuvieron presentes en varios discursos: La Vega, el Cristo-Buenavista, el Antiguo, el Naranco y la zona rural. Las claves de la gestión que deberá desplegar el equipo de Alfredo Canteli se entienden en el eje territorial.

La intervención de Sonsoles Peralta, quien sustituye a Cristina Coto en el liderazgo de Vox, fue la más beligerante de todas. Ella fue la única en recordar la operación de transfuguismo que acabó con el fichaje popular de ediles naranjas. “Va a gestionar una mayoría bajo unas siglas a las que no pertenece”, dijo la portavoz de extrema derecha en referencia al carácter “independiente” de Alfredo Canteli, todavía no afiliado al PP. “Un gobierno”, añadió, “formado por los restos de la voladura controlada” que supuso el desarme de Ciudadanos. Pidió al ejecutivo municipal un ejercicio responsable del poder, con una cita, buscada o accidental, de Spiderman.

Sonsoles Peralta. | Foto: Iván G. Fernández

Las posiciones ideológicas del partido de Abascal, que quedaron tamizadas en la campaña electoral por un discurso orientado a los problemas prácticos de la vida municipal, ganaron protagonismo en esta sesión. Según Peralta, el PP no contará con el apoyo de su formación cuando quieran “implementar políticas del Partido Socialista” que vayan contra sus valores o fomenten “la desigualdad entre iguales”.

Por su parte, Carlos Llaneza, quien estaba llamado a ser la alternativa a Alfredo Canteli como primer edil, lamentó que su candidatura no sumara los apoyos suficientes para cumplir con su “vocación irrenunciable” de gobernar. Tocaba aceptar la tozuda realidad que los había colocado en el liderazgo de la oposición, una posición que quieren desarrollar de forma “constructiva”, por lo que esperan que la mayoría absoluta de los populares no sea ejercida “como un rodillo ciego”.

El discurso de Llaneza recorrió los distintos proyectos que formaban parte de su programa electoral, un fallido programa de gobierno, como un frustrado discurso de aceptación. Los socialistas apostaron por reconvertir El Cristo en un barrio universitario y reivindicaron La Vega o el Naranco como oportunidades de futuro para Oviedo. Las palabras de Llaneza saltaban de referencia a referecia: Aristóteles, Oscar Wilde, el Papa Francisco —Fernández forma parte del sector cristiano del Partido Socialista—… para finalizar con unos versos del poeta Gamoneda.

A su vuelta al sillón, recibió la enhorabuena del alcalde Antonio Masip, quien asistió a la sesión plenaria junto al saliente Wenceslao López y Agustín Iglesias Caunedo. Gabino de Lorenzo fue el único alcalde vivo del concejo sin presencia en la jornada, aunque fue mencionado por Canteli en su intervención final. Pocos miembros de la pasada corporación asistieron al evento inaugural del mandato 2023-2027, quien sí fue visto fue el popular Gerardo Antuña, desplazado de la lista tras servir cinco mandatos consecutivos.

Wenceslao López, Agustín Iglesias Caunedo y Antonio Masip, tres de los últimos alcaldes de Oviedo. | Iván G. Fernández

En sus dos discursos, el primero como concejal y el segundo como alcalde, Alfredo Canteli comenzó leyendo el agradecimiento al gesto de IU de abstenerse, en lugar de presentar su candidatura, votar a la lista más votada de la izquierda o emitir directamente un “no”. Entre las atribuciones que el regidor esgrimió para hacer valer su idoneidad destacó la “sensatez, seriedad y sosiego”, como gran acierto de su gestión que tuvo delante a un “frente del no”. Ese movimiento de negatividad a los proyectos del gobierno municipal parece ahora más lejano a ojos del regidor, quien vio en los discursos de los portavoces, un tono más amable que el que tuvieron los partidos del periodo previo.

Canteli se propone en este mandato ejecutar las obras pendientes del anterior mandato, según el alcalde, por los problemas derivados de un sistema legal que lastra la actividad administrativa, y potenciar la “capitalidad” asturiana de Oviedo. Para ello, expuso algunos objetivos. El primero de ellos es el turismo, afectado por un AVE que “no llega directamente a la capital de la comunidad autónoma”, un ataque dirigido al Gobierno de España.

También hubo fuego político contra el ejecutivo de Adrián Barbón, con quien Alfredo Canteli siempre demostró una gran cercanía durante los últimos años. Para Canteli, “El Cristo es la representación palmaria de un fracaso político del Gobierno asturiano” y coincidió con la idea de Carlos Llaneza para llevar ahí grados universitarios, pero contando con la Escuela de Minas. El alcalde reedita su postura categórica contra el traslado de Minas a Mieres y propone la creación de una “Politécnica” que agrupe las ingenierías impartidas en el concejo y atraiga “otras nuevas”.

Alfredo Canteli se pone la medalla de alcalde. | Foto: Iván G. Fernández

Otros proyectos que mencionó fueron La Vega o la Ronda Norte y el Naranco. Sobre estos últimos, el primer edil no entiende “en qué pueden afectar al Naranco dos túneles que comuniquen la ASII con Las Campas y San Claudio, con una salida y entrada subterráneas en Ciudad Naranco“. A esto añadió que “hay que proteger el Naranco, pero también hay que ponerlo al servicio de los ovetenses”. Reprochó al gobierno asturiano que perdiera “aquél entusiasmo por nuestro monte” que conllevó “anunciar un gran parque periurbano en el Naranco”, aunque, según dijo a continuación, no es que “quiera” ese parque.

En definitiva, el discurso de Alfredo Canteli se movió entre la oferta de diálogo y la denuncia del famoso “cerco a Oviedo” aplicado desde las administraciones autonómica y estatal para marginar al concejo. La oposición ha puesto sobre la mesa su disposición a llegar a acuerdos sin renunciar a la firmeza de sus convicciones. Como diría Julio Iglesias, “la vida sigue igual”.

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