Cortinos: patrimonio casi único de Asturias

Una exposición fotográfica muestra un tipo de construcción rural única en la Península Ibérica y concentrada principalmente en Asturias.

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Ismael Juárez Pérez
Ismael Juárez Pérez
Graduado en Periodismo. Ha escrito en La Voz de Avilés, Atlántica XXII, El Norte de Castilla y El Salto. Fue coeditor y redactor en la revista de cortometrajes Cortosfera.

Desde el pasado 24 de junio está teniendo lugar una exposición fotográfica en Cerredo, Degaña, que busca dar a conocer un patrimonio casi exclusivo del mundo rural asturiano. “Cortinos. Colmenares tradicionales del occidente de Asturias” muestra imágenes de unas construcciones sencillas en piedra seca de forma circular con muros voladizos que durante siglos han servido para mantener y proteger a las colmenas a salvo de los osos. Unas construcciones que en la mayoría de los casos cuentan con varios siglos de antigüedad.

“En el occidente de Asturias los cortinos son muy abundantes, sin embargo, tal vez porque son construcciones metidas muy en el monte, alejadas de todo, han sido prácticamente ignorados en los manuales de etnografía y arquitectura tradicional y popular”, explica Ernesto Díaz, comisario de la exposición. “Cuando nos pusimos a inventariar y cartografiar los cortinos, guiados por la curiosidad, nos dimos cuenta de que no hay nada parecido en ningún sitio del mundo. Son unas construcciones únicas de la Península Ibérica y en el occidente de Asturias es donde más densidad de ellas hay.”

La exposición, con fotografías que muestran diferentes formatos de cortinos, así como paneles informativos con explicaciones sobre el tema, se inauguró el año pasado en el Museo del Pueblo de Asturias, en Gijón. Más tarde estuvo en diferentes museos etnográficos de la región hasta llegar recientemente a Cerredo a manos de la empresa Tormaleo.

Cortinos
Cortín en El Valledor (Allande). Foto: Ernesto Díaz.

¿Por qué hay osos en muchos lugares del mundo, pero no hay cortinos fuera de la Península Ibérica?, le preguntamos a Ernesto Díaz: “La respuesta la encontramos al hacer trabajos de ecología atrófica, de la alimentación de los animales. Parece ser que los osos ibéricos tienen una mayor inclinación al consumo de las larvas de las abejas. Y los osos cantábricos son los que más inclinación tienen de todos. Eso lo sabemos ahora haciendo análisis de excrementos o de daños, pero es algo que ya debían saberlo hace siglos cuando se pusieron a inventar los cortinos para evitar que los osos les comieran los colmenares. De hecho, donde más cortinos se conservan es en los lugares donde hay osos en la actualidad o donde hasta épocas muy recientes podían encontrarse. Pero también hay documentación que atestigua cortinos en otros lugares como Zamora, Salamanca o incluso Cáceres.”

Esta exposición, que es de entrada libre y cuyos objetivos “son contribuir a la difusión y conservación de este patrimonio único en el mundo”, viajará “hacia finales de agosto” desde Cerredo a Pola de Allande, para más tarde ir a Villablino, en León.

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