Un feminismo en busca de nombre

La Escuela Feminista de la Asamblea Moza d´Asturies se consolida como uno de los principales nodos de una red que en otoño volverá a reunirse en Madrid.

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Diego Díaz Alonso
Diego Díaz Alonso
Historiador y activista social. Escribió en La Nueva España, Les Noticies, Diagonal y Atlántica XXII. Colabora en El Salto y dirige Nortes.

¿Feminismo popular? ¿Feminismo de clase? ¿Feminismo plural? ¿Inclusivo? ¿Alternativo? ¿Alternativo a qué? La Escuela de Pensamiento Feminista de AMA concluyó este domingo sin una etiqueta común, pero con unas cuantas ideas claras de lo que este vector del movimiento aspira a ser, y sobre todo de lo que no aspira a ser: centrado en las mujeres de clase alta, vedado a las personas transexuales, hostil a los hombres, victimista, defensor a ultranza del castigo como herramienta pedagógica, censor, aliado a las políticas racistas de la UE fortaleza

En un contexto marcado por la deriva conservadora e identitaria de una parte importante del movimiento, la Escuela organizada por la Asamblea Moza d´Asturies volvió a abrir sus puertas a trans, putas y hombres, así como a debates que fueron desde la economía y el sindicalismo hasta la masculinidad, el trabajo sexual y la libertad de expresión, reafirmándose en la idea de que es necesario construir un “feminismo para todo el mundo” o “feminismo del 99%”.

Diferentes visiones de la sexualidad, de la participación institucional o de la estrategia política confluyeron en cuatro jornadas que reunieron a un público mayoritariamente joven, pero no sólo, y mayoritariamente femenino, pero no sólo. Estamos hablando sin lugar a dudas del evento político, que, fuera de las campañas electorales, logra reunir a más personas en Asturies. Este año se ha vuelto a demostrar.

Las organizaciones sociales y políticas asturianas deberían tomar nota del trabajo de AMA y de su envidiable capacidad, tanto de convocatoria, como para generar una cierta atmósfera. Una atmósfera en la que el debate, la fiesta y la convivencia se entremezclan con una naturalidad y ligereza envidiable. No abunda por estos lares.

Foto: David Aguilar Sánchez
Foto: David Aguilar Sánchez

Foto: David Aguilar Sánchez
Foto: David Aguilar Sánchez
Foto: David Aguilar Sánchez
Foto: David Aguilar Sánchez

Frente a un feminismo preocupado por los techos de cristal de “las mujeres que están en el quinto piso, pero quieren llegar al ático”, como explicó Laura Pérez, la Escuela Feminista de AMA reivindicó el potencial del movimiento para impulsar transformaciones socioeconómicas profundas. Y es que reivindicar un sistema público de cuidados obliga a hablar de fiscalidad progresiva para financiarlo, erradicar la pobreza femenina a tocar el salario y las pensiones mínimas, y dignificar las condiciones laborales de las trabajadoras domésticas a reformar la Ley de Extranjería y acabar con las redadas racistas.

Un programa feminista que poco tiene que ver con el decálogo ofrecido estas elecciones por Amelia Valcárcel al PP. Centrado en la pornografía, la prostitución, la transexualidad y la gestión subrrogada, la agenda de la filósofa asturiana es totalmente compatible con la agenda económica neoliberal de las derechas.

Feminismo para cambiarlo todo

Con la vista puesta en la huelga general de cuidados convocada para el 30N en el País Vasco y Navarra la sindicalista Maddi Isasi destacó que “el feminismo se ha convertido en el principal elemento politizador de la sociedad” y un movimiento que está llevando a muchas mujeres a los sindicatos. “El feminismo no es una lucha sectorial, sino una puerta abierta al pensamiento y la acción política”, explicó la filósofa Clara Serra.

Para Serra el feminismo no es un antídoto mágico contra la ultraderecha, y por eso llamó a no dar nada por hecho ni por ganado, sino a pensar y buscar el feminismo más eficaz frente a una ola reaccionaria que hace bandera de “las mujeres empoderadas de la derecha” y las presenta como alternativa a un feminismo progresista que ha caído en un discurso de victimización permanente. Para la autora de “Leonas y zorras: estrategias políticas feministas” el feminismo no debería hooliganizarse, cerrar filas de manera acrítica y cambiar el convencimiento por la coacción y la cancelación.

Unas jornadas en Madrid este otoño seguirán pensando ese feminismo todavía sin nombre que consolida en la Escuela de Pensamiento Feminista de AMA uno de los principales nodos de una red activista todavía en construcción.

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