Silvia Federici puso la guinda a la IV Escuela feminista de AMA

La filósofa italiana analizó la situación actual de la lucha emancipatoria a nivel internacional.

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Christian Ferreiro
Christian Ferreiro
Graduado en Filosofía por la Universidá d'Uviéu. Esperando ser docente de secundaria en un futuro no muy lejano.

La IV Escuela de Pensamiento Feminista de AMA llegó a su fin la pasada tarde de la mano de Silvia Federici. La filósofa feminista, una de las autoras de mayor relevancia en el pensamiento y activismo feminista a nivel global, conversó con Melissa Cicchetti en Les Cigarreres, en una conferencia online titulada ‘El momento feminista a nivel internacional’. La charla se retransmitió en streaming a través del canal de YouTube de AMA, donde está disponible para su reproducción.

“La fuerza que construyamos será la fuerza de recuperar nuestra vida cotidiana”. Esta frase bien podría resumir el extenso análisis que Silvia Federici realizó en su intervención en la tarde de ayer. La filósofa italiana lleva décadas compaginando su militancia con la reflexión académica como dos formas de la misma lucha: la emancipación. Su conversación fue online, desde su residencia en Nueva York, donde es profesora emérita de la Universidad Hofstra. Melissa Cicchetti, integrante de la Asamblea Moza d’Asturies, condujo la charla introduciendo una serie de cuestiones del momento feminista actual en torno a las cuales Federici pudo reflexionar. “La lucha contra la devastación del capitalismo colonial y racista” es la tarea de fondo de toda lucha por la emancipación, según la filósofa. El camino a seguir, además, deberá dar “una alternativa a partir del presente, creando comunidad a partir de la capacidad de internacionalización de la lucha feminista”.

La “experimentación” fue uno de los conceptos clave de Federici en su análisis. La idea de fondo, que nace del “no podemos más”, consiste precisamente en ir más allá del momento impugnatorio, de protesta. “Decir ‘no’ es fundamental, pero necesitamos comenzar un proceso de construcción de formas de vida cotidiana y comunitaria a través de la experimentación de las luchas feministas”. Para ello, “socializar nuestro sufrimiento” es clave, sostiene la filósofa.

Federici llamó la atención sobre la ola reaccionaria antifeminista que se está viviendo a escala internacional. No obstante, señaló también que este hecho no es en absoluto nuevo, sino que tiene sus precedentes en décadas pasadas. En los años 70, siguiendo a Federici, tanto la ONU como los Estados y el capital internacional ya se dieron cuenta del potencial subversivo del feminismo, por lo que procuraron “apropiárselo para volverlo en nuestra contra”. Esto se vio muy bien con “la ideología de la emancipación a través del trabajo”. Según la filósofa, las nuevas generaciones feministas son más conscientes de estos peligros: “la presencia de las luchas feministas pasadas hace posible la solidaridad y la sabiduría, y nos hace ver que estamos embarcadas en algo más grande que nuestras vidas individuales”.

“Necesitamos una militancia alegre y gozosa”

La “fascistización” de la economía y de la política es uno de los elementos que definen nuestro presente, según el análisis de Federici. “Desde Meloni hasta Trump, la militarización de los gobiernos está siendo constante, especialmente desde la guerra de Ucrania. Históricamente, las guerras han servido siempre para una mayor transformación del sistema capitalista y sus correspondientes injusticias”. Es por esta razón que Federici, a la hora de establecer los objetivos principales del feminismo de cara al futuro, pone como clave fundamental “un movimiento feminista contrario a la militarización”.

La lucha por la emancipación, que es otra manera de entender la recuperación de la vida cotidiana y de la comunidad, sigue siendo el objetivo común de todas las luchas sociales a escala global. En este sentido, la cuestión de la reproducción se vuelve central. “La reproducción no ha de ser sólo del ámbito doméstico, sino que debemos pasar hacia la reproducción de la comunidad. ¿Vamos a producir más muerte y miseria? ¿O vamos a liberar el tiempo y a hacer posible los cuidados y la vida?”. Federici apuesta por un feminismo internacionalista que logre articular las diversas luchas en busca de la liberación, y que sea además a través de una militancia “gozosa y alegre”, como bien se refleja en proyectos como el del activismo de las trabajadoras del hogar liderado por Rafaela Pimentel. “Debemos buscar formas de organización y de movilización que nos fortalezcan emocionalmente, que nos permitan vivir la vida de manera más gozosa y alegre”.

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