A pesar de los esfuerzos de decenas de organizaciones por preservar el patrimonio de Avilés, hoy se han empezado a demoler las chimeneas de las baterías de cok.
Graduado en Periodismo. Ha escrito en La Voz de Avilés, Atlántica XXII, El Norte de Castilla y El Salto. Fue coeditor y redactor en la revista de cortometrajes Cortosfera.
Avilés. Chimenea número 5 de la antigua ENSIDESA. Diez de la mañana. Sonido de alarmas. Una voz masculina da la orden: “Tres, dos, uno. Fuego.” Adiós a la primera de las chimeneas de las cinco de la fábrica que marcó toda una época en esta ciudad. Tras la explosión, se oyen algunos aplausos, que no parecen ni demasiado entusiastas ni generalizados, entre las más de cien personas que se encuentran cerca del lugar. Allí se ha instalado un cordón de seguridad detrás del cual la gente puede ver lo que parece un espectáculo. Móviles grabando. Humo y polvo.
❕❕Hoy a las 10 de la mañana se ha demolido la primera de las cinco chimeneas de Ensidesa que pronto desaparecerán. Decenas de organizaciones han luchado estos últimos años para preservar este patrimonio de Avilés. No ha podido ser. pic.twitter.com/Y0tsLutJ9s
“Me da pena que tiren las chimeneas”, dice alguien entre el público que atiende al derribo convertido en evento. “Llevan ahí toda la vida, podían dejar las chimeneas”, le contesta otra persona que no llega a los cuarenta años. “¿Van a hacer un parque?”, pregunta una niña que está junto a ellos. “No, cariño.”, dice sin más quien parece ser su padre.
“La alcaldesa reivindicó el derribo declarando que ‘hoy sobre todo hay que mirar al futuro”, insistiendo en que Avilés ‘necesita actividad económica y mantener población.'”
“Es un suelo absolutamente privilegiado”, ha afirmado la alcaldesa de Avilés Mariví Monteserín quien ha acudido unos minutos antes del comienzo del derribo. “No solo por la ubicación, por estar cerca del puerto, por el ecosistema industrial que tiene su entorno que es muy atractivo para determinadas empresas que hoy tienen que avanzar en ese sentido. Tenemos uno de los suelos más interesantes para ser tractor de industrias con mucha penetración.” La alcaldesa reivindicó el derribo declarando que “hoy sobre todo hay que mirar al futuro”, insistiendo en que Avilés “necesita actividad económica y mantener población”, y ha enmarcado lo sucedido hoy en un momento “de cambio del pasado hacia el futuro” en el que aclara que las industrias que lleguen serán “limpias y sostenibles.”
Decenas de personas empezaron a acudir desde las nueve de la mañana para poder ver el derribo en primera fila. Foto: Tania González.
Nieves Roqueñi, la consejera de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico, ha definido el momento del derribo como un hito, un éxito y también como “sobrecogedor y simbólico.” Reconoce que el derribo deja un sabor de nostalgia, pero al mismo tiempo ha querido poner en valor “el futuro que se abre en este entorno y que, sin duda, también es un símbolo de la transición ecológica.”
Rubén Domínguez, del Centro de Estudios del Alfoz de Gauzón (CEAG), organización que ha venido protagonizando “las acciones de defensa de este conjunto patrimonial”, lo ve de otra forma. “Nuestra valoración de lo que ha ocurrido hoy es absolutamente negativo porque las chimeneas estaban dentro de esos elementos básicos que nosotros consideramos de necesaria conservación”.
“Desde hace bastantes años ha habido una destrucción casi sistematizada del patrimonio industrial en esta ciudad.”
Según este investigador de la Universidad de Oviedo, dichos elementos “vienen recogidos en la propia Ley de Patrimonio como elementos susceptibles de ser protegidos. Se citan expresamente los gasómetros, las chimeneas, el almacén industrial y el taller mecánico, que son las cuatro tipologías que hay dentro del recinto de baterías” Y añade:” Lo que pasa es que es una protección que aquí en Avilés no se ha desarrollado.” Rubén Domínguez no ahorra críticas contra las administraciones en Avilés. “Desde hace bastantes años ha habido una destrucción casi sistematizada del patrimonio industrial en esta ciudad. Hay algunas excepciones, como el Parque de Bomberos de ENSIDESA, La Curtidora o la Factoría Cultural, pero lo que hemos vivido hoy es el fin de una secuencia que se inició con el derribo de los altos hornos a finales de los años noventa y que tuvo su momento más álgido en 2007 con el derribo de la central térmica.”
Instituciones contra el derribo
Pasada la media tarde del lunes 30 de septiembre de 2019 se apagó el último horno de las baterías de cok de la que una vez fue ENSIDESA. En ese momento comenzó un debate sobre qué hacer con esos 400.000 metros cuadrados de suelo industrial y con las diferentes edificaciones que desde distintos ámbitos se consideraron de relevancia cultural. Por un lado, la administración hablaba del aprovechamiento total del lugar para nuevos usos industriales y logísticos, mientras que otras voces apuntaban a la necesidad de conservar diversos elementos que entendían era patrimonio de Avilés. La Sociedad Estatal Sepides era quien tenía que tomar la decisión.
Segundos después del derribo que ha tenido lugar hoy a las diez de la mañana. Durante las siguientes semanas desaparecerán el resto de las chimeneas y uno de los dos dos gasómetros. Foto: Tania González.
El 15 de enero de 2020 se presenta en el Ayuntamiento de Avilés el plan de la propiedad para los terrenos. No se contempla la conservación de ningún elemento. Deja escrito que no hay “elementos singulares”.
Los primeros en hacerse eco de la relevancia histórica, arquitectónica y paisajística de algunos de estos elementos de las baterías fueron la plataforma Monsacro y el Centro de Estudios del Alfoz de Gauzón (CEAG). Esta última llegó a celebrar un simposio sobre el tema en 2019 y editó un informe: “Baterías de cok de Ensidesa (Avilés): fundamentos para su conservación y protección”.
El apoyo a esta iniciativa que buscaba conservar este patrimonio continuó: el Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias, el Real Instituto de Estudios Asturianos, Save Industrial Heritage, Puente Bizkaia, Fundación Juan Muñiz Zapico, AVPIOP, Asociación minera Santa Bárbara, SEDPGYM, Vindonnus o la Asociación de Patrimonio Histórico Industrial de Trubia o Buxa son algunas de las organizaciones que se movilizaron.
“El Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial calificó la intención de demoler el conjunto sin un estudio patrimonial de un ‘grave atentado a la historia reciente de nuestro país”
Medio centenar de profesores de la Universidad de Oviedo, así como el sindicato Comisiones Obreras entendieron que sería un error la demolición de todos estos elementos para llevar a cabo nuevos usos industriales. Por otra parte, Cambia Avilés, el grupo municipal integrado por Podemos e IU, reclamaron la conservación integral de estos símbolos de la antigua ENSIDESA.
El Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial calificó la intención de demoler el conjunto sin un estudio patrimonial de un “grave atentado a la historia reciente de nuestro país” y “de “una preocupante falta de sensibilidad ante situaciones importantes en el futuro desarrollo de la ciudad de Avilés y su región.”
Mientras que Save Industrial Heritage recomendaba la inclusión del conjunto en el Inventario de Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA), la Asociación Profesional Española de Historiadores del Arte y la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero pedía la inclusión del conjunto en el catálogo de “Los 100 elementos de patrimonio industrial de España”.
Fue el Colegio de Arquitectos de Asturias el que puso el ejemplo de otras actuaciones paisajísticas donde lugares similares se habían rehabilitado con otros usos de forma exitosa en Centroeuropa: Zolverein (Essen) , Völklingen y Oberhausen. Tal es así que las dos primeras han sido declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO. La región alemana del Ruhr es uno de los lugares más invocados en los últimos años en los que Avilés podría haberse mirado para salvar al conjunto patrimonial que hoy se ha empezado a demolir. Zonas de Alemania con un pasado de industria del carbón y del metal que supieron transicionar hacia usos turísticos y culturales dentro de un modelo de éxito como motor económico y de empleo en esta región.
En la región alemana del Ruhr se ha creado un modelo turístico y cultural a partir del patrimonio industrial del carbón y del metal.
Al mismo tiempo los profesores e investigadores de los departamentos de la Historia del Arte y Musicología, Historia y Geografía de la Universidad de Oviedo suscribieron un documento donde mostraban su rechazo al derribo total y la Asociación de Arqueología Industrial presentó un documento donde se argumentaban los motivos por los que la conservación de los elementos condenados a la demolición podían ser positivos para la ciudad. Todos ellos remarcaban la importancia de estas estructuras como señas de identidad de Avilés y pedían la conservación de las mismas al estar incluidas en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial elaborado por el Instituto de Patrimonio Cultural de España.
Nada surtió efecto. Finalmente, solo se pudo salvar el gasómetro este y para cuyo mantenimiento el Ayuntamiento destinará 100.000 euros anuales. El resto del patrimonio no fue indultado.
Próximos derribos
Aunque la mayor parte de la gente fue a ver el derribo de la primera chimenea muy cerca de esta, en la calle de los Metalúrgicos, desde distintos puntos de la ciudad con algún tipo de panorámica de la fábrica se podían encontrar pequeños grupos de personas que no querían perderse este momento. “Es un momento triste e histórico”, sin paliativos y con el semblante serio, esto es lo que dice Manuel, un antiguo trabajador de ENSIDESA que ha querido ver el derribo con cierta lejanía desde el Puente Azud. Desde el barrio de Bustiello un grupo de pocas personas vio cómo de repente cambiaba el perfil de la ciudad que había estado así desde los años cincuenta. “Con lo que costó levantarlo y mira ahora”, dice otro antiguo trabajador de ENSIDESA que ha acudido con el coche a Bustiello a ver la noticia del día. Nada más terminar el derribo, aún con el humo asomando a lo lejos, se marcha cabizbajo hacia el vehículo y se va. No ha dado tiempo a preguntarle el nombre.
En las inmediaciones del polígono industrial de la antigua ENSIDESA hay avisos de las próximas fechas para los derribos de las otras cuatro chimeneas. El 30 de septiembre. El 7 de octubre. El 21 de octubre. Y el 5 de noviembre. Todas las fechas son sábados. El gasómetro se derribará un domingo. La cuenta atrás se ha iniciado hoy. Pronto todo habrá desaparecido. La niña que hace un rato preguntaba si habría parque donde ahora hay chimeneas sigue contemplando el lugar. Los adultos comentan entre ellos y ella saca conclusiones en voz alta: “y ahora ese humo se va al cielo.”