El coronel de la afamada novela de Gabriel García Márquez no tenía quien le escribiera, las partisanas italianas sí. Benedetta Tobagi acaba de ganar el Premio Campiello, uno de los más prestigiosos de la literatura italiana —algo así como el Premio Nadal en castellano— por su libro La Resistenza delle donne (Einaudi, 2022), en el que la escritora y periodista milanesa respalda con sus textos, trufados de ternura, dolor y sororidad, las fotografías históricas de mujeres que combatieron al régimen «nazifascista» de Benito Mussolini; en Italia las principales fuentes históricas lo definen así, no se andan con medias tintas como en España, donde al bando que arrasó con la vida y la libertad sus afines ideológicos y los quedabién que no se quieren mojar siguen llamándolo «bando nacional» o «bando sublevado». Joder, era el bando franquista, el bando fascista, no merece otro nombre.
Algunos de los premios literarios más importantes de Italia están patrocinados por organizaciones empresariales nacionales o regionales (lo que aquí llamamos la patronal, la CEOE a nivel estatal o la FADE en el caso de Asturies). No es fácil que se alcen con los máximos galardones libros políticamente correctos, ni es frecuente que premien a autoras y autores que cultivamos la literatura que reivindica las luchas y los derechos sociales, cualquiera que sea el escenario, la circunstancia, la coyuntura, el momento…


«Nunca antes se había visto que las mujeres fueran protagonistas. No de forma tan numerosa ni representando a mujeres de toda condición social», cuenta Benedetta Tobagi sobre la historia de las partisanas en las primeras páginas del libro con el que ha logrado el prestigioso Premio Campiello 2023. Benedetta cede su palabra para devolverles la voz a esas mujeres (anónimas casi todas, ninguneadas la mayoría en el escenario posterior a la derrota del régimen nazifascista) que se jugaron la vida, y que en muchos casos la perdieron, por hacer de enlaces de la guerrilla, por echarse al monte como Prosperina Vallet (su nombre de combate era Lisa, cada partisana o partisano asumía un nombre ficticio para que no supieran su verdaderra identidad y evitar así que tomaran represalias con sus familiares) o por salir a barrer los últimos reductos de fascistas en las calles de su ciudad con la gabardina en los hombros, el fusil en las manos y una sonrisa desafiante, cargada de esperanza y de rebeldía, en los labios.
Benedetta Tobagi es la hija menor de Walter Tobagi, historiador y periodista asesinado en 1980 por Brigata XXVIII Marzo, un efímero grupo ultraizquierdista que buscó su momento de gloria acribillando a tiros al articulista de Corriere della Sera, un hombre que posiblemente en ese momento caminaba tranquilamente por la calle con las manos en los bolsillos, convencido de que no debía temer por su vida por ejercer el derecho a exponer su palabra y sus ideas, gusten o no. Benedetta rindió homenaje a su padre en su primer libro, Come mi batte forte il cuore. Storia di mio padre, y después empezó a documentar, con mirada zurda y lúcida, vidas e historias oscurecidas y que merecen la luz de la verdad; entre ellas la masacre de Piazza Fontana en Milán, donde en 1969 murieron diecisiete personas en un atentado que trataron de endosarles a militantes anarquistas pero detrás del cual está cantado que andaban los servicios de ¿seguridad? del estado italiano.
Onore a tutte le donne partigiane.