Se lo diremos al mundo en tu nombre, compañera Heba Abu Nada

“Si morimos, díganle al mundo en nuestro nombre que somos personas justas”, escribió la escritora feminista palestina, asesinada anteayer por una bomba de la aviación israelí

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Paco Álvarez
Paco Álvarez
Periodista, escritor y traductor lliterariu d'italianu. Ye autor de les noveles "Lluvia d'agostu" (Hoja de Lata, 2016) y "Los xardinos de la lluna" (Trabe, 2020), coles que ganó en dos ocasiones el Premiu Xosefa Xovellanos.

El pasado día 8, con los primeros ataques indiscriminados sobre población civil en Gaza, Heba Kamal Abu Nada puso a salvo algunos de sus últimos versos allí donde no podría destruirlos la aviación de guerra del régimen racista y genocida de Israel ni siquiera con su más potente bomba: en las redes sociales. Su último tuit data de hace justo dos semanas: “La noche en la ciudad es oscura, excepto por el brillo de los misiles; silenciosa, excepto por el sonido del bombardeo; aterradora, excepto por la promesa tranquilizadora de la oración; negra, excepto por la luz de los mártires”. Heba Abu Nada seguramente hubiera continuado contándole al mundo, con el arma incruenta pero demoledora de la palabra, lo que estaban padeciendo ella y su pueblo, pero el régimen racista y genocida de Israel dejó sin comida, sin agua y sin luz a dos millones de personas en Gaza, y el simple hecho de cargar un teléfono móvil o un ordenador portátil resulta imposible.

Heba Abu Nada nació hace 32 años en la ciudad saudí de La Meca, a la que fue a parar su familia tras la Nakba y la creación del Estado de Israel en un territorio que en términos geográficos y políticos nunca se llamó Israel, siempre fue Palestina, pero del que los israelíes fueron apropiándose y del que fueron echando, con la connivencia de la comunidad internacional, a la población palestina mediante sistemáticas operaciones de expulsión y de exterminio (eso que eufemísticamente se llama ‘limpieza étnica’). Por las venas de Heba Abu Nada corría sangre palestina y regresó a la tierra de los suyos, a su tierra, y se licenció en Bioquímica en la Universidad Islámica de Gaza, e hizo un máster sobre nutrición, y se convirtió en profesora universitaria, y presumió de su feminismo. Y compaginó la docencia con la literatura, y escribió una novela en árabe titulada El oxígeno no es para los muertos, y cultivó la poesía, y colaboró como voluntaria de la enciclopedia virtual y universal Wikipedia corrigiendo textos.

A Heba Abu Nada la asesinó anteayer en uno de sus bombardeos el régimen racista y genocida de Israel. Es una más de las miles de víctimas civiles del conflicto y, hasta donde sé, NORTES es el único medio de comunicación del Estado español que, con este artículo, se hace eco de su muerte, que en cambio han recogido numerosos medios de Iberoamérica en castellano y en portugués.

“Si morimos, díganle al mundo en nuestro nombre que somos personas justas, que estamos del lado justo”, dejó escrito la escritora palestina. Compañera Heba Abu Nada, tuya es mi palabra de escritor (aunque seguramente no será tan certera, ni tan cercana, ni tan valiente como la que tú defendiste como combatiente de la causa palestina) y tuyas son nuestras palabras de gente solidaria para contarle al mundo que nosotras y nosotros también estamos del lado justo: con el pueblo palestino.

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