Justificó el nombramiento de Oliver Sánchez como presidente de Divertia, legitimó su carrera empresarial (quebrada, empufada y empapelada en numerosos juzgados), negó que su permanencia fuera un caso de transfuguismo, acusó a la oposición de crispar a la ciudadanía, resumió el pleno extraordinario de este lunes solicitado a petición de PSOE, IU y Podemos en “un capítulo más de esa oposición bronca, que no está a la altura de esta ciudad y de los gijoneses. Una oposición desleal y con salidas de tono”. Así fue la intervención de Carmen Moriyón, Alcaldesa de Gijón, en la comparecencia que trató de dirimir la responsabilidad política de la Primera edil y de Oliver Suárez, concejal tránsfuga (ex-Vox) que permite a Foro y PP mantener todavía la mayoría absoluta en las votaciones de los próximos plenos.

Fue exactamente hace un mes cuando el acuerdo de Foro y Vox volaba por los aires como un puente, tras una rueda de prensa errática y descalabrante ejecutada por la concejal de Festejos, Sara Álvarez Rouco donde anticipaba que la siguiente edición del FICX se adecuaría a los valores morales de su partido, Vox. La dinamita ya estaba puesta, solo hacía falta que Rouco prendiera la mecha. Una vez encendida, esa misma tarde, Carmen Moriyón anunciaba la ruptura del acuerdo con el partido ultraderechista y tres días después consolidaba al otro concejal de Vox, fuera ya del partido, en la presidencia de Divertia, inaugurando el primer caso de transfuguismo dentro de un gobierno para solventar la mayoría absoluta en los plenos del Ayuntamiento de Gijón. Desde entonces, sólo se han conocido datos que ponen en cuestión la valía empresarial de Oliver Suárez, quien llevó a la quiebra a su empresa, Comunicalia, dedicada a la provisión de fibra óptica y la venta de terminales de telefonía móvil. Comunicalia S.L. llegó a deber más de un millón de euros a Hacienda, situandola entre las cien primeras empresas morosas de nuestro país entre los años 2020 y 2021.
La Alcaldesa comenzó su intervención destacando el informe de la Secretaría General que avala el papel de Oliver Suárez y rechazando su condición de tránsfuga por no tratarse de un concepto jurídico. “Solventado que se está dentro de la legalidad ahora hablan de moralidad y ética. No le encuentro falta a lo que se ha hecho ahora pero si a cosas que hicieron ustedes como que, en lo peor de la pandemia, cuando los cirujanos teníamos una mascarilla para toda la semana, su ahora secretario general (por Monchu García, del PSOE) firmaba un suculento contrato con una empresa municipal”, afirmó la Alcaldesa en referencia a un contrato con Emulsa firmado por Riquirraque-Emaus, una empresa social presidida entonces por el ahora Secretario del PSOE de Gijón, quien no tenía ningún cargo institucional en ese momento. Se olvidaba Carmen Moriyón o sólo quería olvidar que Ángela Pumariega, su Teniente de Alcaldía, trabajó como auxiliar administrativo de la empresa de su padre, Pumariega Gestión, entidad lucrativa que tiene firmados convenios con Emulsa para la recogida de residuos vegetales.

El portavoz de Foro, Jesús Martínez Salvador, se mantuvo callado. La Teniente de Alcaldía y portavoz del PP, Ángela Pumariega, se mantuvo muda. Oliver Suárez no apartó la mirada de la pantalla de su ordenador y tampoco dijo nada. El silencio de la derecha se compensaba con las palabras de Carmén Moriyón quien asumió la voz del gobierno y trató de esquivar, claramente nerviosa e incómoda, las acusaciones de mentirosa de una oposición que le reclamaba que volviera a gobernar en minoría como lo había hecho en el mandato de 2011 y en mandato de 2015, una minoría que logró acuerdos con el resto de las fuerzas políticas en diferentes planes y ordenanzas.
El portavoz de IU, Javier Suárez Llana, le recordó en su intervención cómo había sacado otras votaciones adelante durante aquellos dos mandatos, tanto con IU como con Podemos. IU ofreció una extraña impresión. Suárez Llana parecía querer posicionarse en ventaja frente a Podemos y PSOE como aliado circunstancial de un gobierno futuro sin Vox y sin PP. Suárez llegó a recordarle a Moriyón diferentes votaciones de aquellos dos primeros mandatos en los que contó con IU, entre ellas, varios presupuestos, y que la aprobación de su Plan General de Ordenación Urbana, muy dilatado en el tiempo, llegó a contar con el voto afirmativo de todas las fuerzas políticas y la abstención del PSOE.
La alcaldesa volvió a situarse en la plaza de Colón, la misma que había calificado de error. Y citó a otro socialista, Pedro Sánchez, al que negó legitimidad moral y política en el proceso de negociación de su investidura y su legislatura con la aprobación de una ley de amnistía. Moriyón quería denunciar la doble vara de medir de los socialistas en la política nocional, tras haber cerrado acuerdos con casi todas las fuerzas políticas periféricas, además de SUMAR, y estar a un paso, prácticamente, de la investidura. Moriyón regresaba a la foto de Colón, con PP y Vox, y no se estaba dando cuenta o no se quería dar. Y en ese sentido, la concejala socialista y portavoz adjunta, Carmen Eva Pérez Ordieres, anticipó en el Pleno extraordinario de este mediodía que Carmen Moriyón “había demostrado compartir con Vox un modelo político y social y que sus convicciones democráticas son poco sólidas al apoyarse en un tránsfuga ultraderechista para gobernar”.

Foro quiso, durante la última campaña electoral autonómica, ser el PNV en Asturias, pero la realidad ha demostrado que sigue siendo un colgajo del PP, un afluente conectado a un cantón milenario. La concejala Carmen Eva Pérez recordó que Foro había votado contra la tramitación de la ley de eutanasia; que también se posicionó contra la reforma laboral que generó un incremento sin precedentes de la contratación indefinida y también destacó que apoyaron la reforma de Rajoy, “la que abarataba el despido”.
Mucho más áspera que IU fue Olaya Suárez, quien tachó de tránsfuga a Oliver Sánchez y recordó, tal y como ha documentado NORTES, la discutible profesionalidad del ex-concejal de Vox al frente de la empresa municipal de festejos, Divertia. “Foro sólo ha roto contra el pacto antitransfuguismo, no con Vox” sentenció. Por su parte, la única concejal de Vox, Sara Álvarez Rouco, declaró que “Foro debe la alcaldía a Vox y que le ha pagado con traición”, tildando a la alcaldesa de “manipuladora sin escrúpulos” e instando a Oliver Suárez a marcharse porque en política “no caben oportunistas ni traidores”

“¿Qué he hecho? ¿Mantener a un concejal legítimamente elegido por los gijoneses?” se preguntaba la Alcaldesa de Gijon. En esas dos preguntas, sin embargo, se oculta la razón última de este gobierno. Podría afirmarse que Carmen Moriyón mantiene a un concejal tránsfuga para no romper su pacto con el PP. La clave en todo este caso de transfuguismo no es Carmen Moriyón, no es Oliver Suárez, es Ángela Pumariega. La Alcaldesa de Gijon vive rodeada de conseguidores que están conectados a una misma empresa de forma directa o indirecta.
Porque los favores recibidos deben ser siempre bien pagados. Oliver Suárez, como gerente de Comunicalia, patrocinó a Ángela Pumariega su carrera olímpica tras ser desposeída de la beca ADO en 2015. Puede verse a ambos en diferentes fotos con Jorge Gozalez Palacios, entonces gerente de Divertia y hoy concejal de Foro, junto a Jesús Martínez Salvador, Ángela Pumariega o la actual presidenta de la Federación de Empresarias de Directivas, Begoña Fernández-Costales Muñiz, también asalariada durante los años 2012 a 2015, dedicada al branding de Comunicalia y hoy titular de la empresa Bego Costa Africa Wordwide, una empresa contratista en el Sahel, con oficina en Yamena y Malabo. Pumariega trabajaba para Comunicalia ofreciendo charlas de coaching en distintas ciudades, entre ellas Ibiza, convertida en imagen de la empresa que buscaba vincularse de alguna manera al olimpismo, un buen escaparate para hacer negocios. Los dos concejales se han vuelto a encontrar en un mismo gobierno y Oliver Suárez se lo está cobrando caro. 58.000 euros al año y el bastón de mando de un Ayuntamiento con el que mantiene acorralada a Carmen Moriyón.
Y lo peor está por llegar.