El debate sobre la ubicación es una cortina de humo para ocultar el verdadero problema de fondo: la estación gijonesa costaría 400 millones de euros y no es una prioridad para Fomento.
EQUO Galicia, Asturias y Cantabria denuncian un recorte del 50% en los servicios regionales que conectan la cornisa cantábrica y piden más inversión pública en cercanías y transporte limpio.