El “metro” de Oviedo ya tiene vías y estaciones

El concejo suma 13 paradas de tren, que con otras frecuencias y tarifas podrían convertirse en una alternativa real de movilidad sostenible dentro de la capital asturiana.

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Diego Díaz Alonso
Diego Díaz Alonso
Historiador y activista social. Escribió en La Nueva España, Les Noticies, Diagonal y Atlántica XXII. Colabora en El Salto y dirige Nortes.

Cuenta la leyenda que allá por el año 1991, tras derrotar a Antonio Masip en las elecciones locales y pactar su investidura con el CDS, Gabino de Lorenzo, planteó en su primer día como alcalde que la capital asturiana tuviera un metro. El político ovetense se puso manos a la obra, pero tras algunas reuniones iniciales con técnicos y empresarios, descartó el proyecto, como la playa del Parque de Invierno, el teleférico al Naranco y tantas otras grandes ideas salidas de su chistera mágica. Sin embargo, y a pesar de todo, Oviedo, un enclave ferroviario en el centro de Asturies, ya está en la práctica atravesada de este a oeste y de norte a sur por las infraestructuras de un metrotren. Y es que la capital asturiana suma en el interior del concejo cuatro paradas de Renfe-Cercanías: Les Segaes, Llamaquique, la estación de Uría y la de La Corredoria. A estas se suman otras diez de la antigua FEVE: Trubia, San Claudio, Las Mazas, Las Campas, Argañosa-Lavapiés, Vallobín, la estación de Uría, La Corredoria, Colloto y Parque Principado.

Al cabo del día pasan 185 trenes por La Estación de la Corredoria

¿Con trece apeaderos en total podría convertirse esta red ferroviaria que recorre la capital asturiana en una suerte de metro a la ovetense? En cierta medida esto ya sucede con las líneas de Renfe-Cercanías. El trayecto entre Llamaquique y La Corredoria es de 7 minutos, y en las horas punta del día las frecuencias son de un tren cada 9 minutos. En total, al cabo del día pasan unos 185 trenes por la estación del barrio más poblado de la capital asturiana.

La estación de La Corredoria, inaugurada en 2004, es todo un logro en materia de movilidad sostenible, que no obstante dejó un importante cabo suelto: el HUCA. El cercano hospital central, principal centro generador de movilidad en Asturies, con 32.473 viajes diarios, carece de apeadero. Sorprendente error de planificación teniendo en cuenta que el complejo hospitalario fue inaugurado en 2014, cuando el cambio climático ya era una evidencia comprobada científicamente, y administraciones de todo el mundo concebían sus infraestructuras atendiendo a criterios de movilidad sostenible. Desde CCOO de Asturies reclaman desde hace meses un servicio de bus lanzadera con frecuencias de diez a quince minutos desde la estación de La Corredoria hasta el hospital. El sindicato ya alegó en este sentido en el Plan para la Movilidad Multimodal en el Área Metropolitana elaborado por el Gobierno asturiano.

Si la red de RENFE-Cercanías, con una vocación más metropolitana que puramemente local, presenta unas frecuencias modélicas que la convierten en un competidor real del autobús y del vehículo privado, no puede decirse lo mismo de la antigua FEVE, que conecta núcleos de menor población, como son Trubia, San Claudio y los barrios de Las Campas, Vallobín y La Argañosa.

Desde las asociaciones de vecinos de Trubia y Las Campas señalan que aunque las frecuencias no son del todo malas, los habituales retrasos del tren lo convierten en un medio poco fiable para quien va con poco tiempo y necesita llegar puntual al trabajo o al centro de estudios. Toño Huerta, geógrafo e integrante de la Federación de Asociaciones de Trubia, se declara partidario de potenciar el tren, “un medio sostenible y de futuro”, pero matiza que la gestión debería ser autonómica, como sucede en el País Vasco o Catalunya, para así adaptar la red a las necesidades asturianas y “articular el territorio a partir del ferrocarril”. En Bilbao, con una malla ferroviaria también muy densa, la red de cercanías se integró a finales de los años 90 en un potente metrotren que da servicio a todo el área metropolitana de la ciudad vasca: 980.000 habitantes. En total 49 kilómetros y 49 estaciones, 31 subterráneas y 18 en superficie.

Mientras un proyecto similar para Asturies, el metrotren proyectado por el ex ministro de Fomento Francisco Álvarez Cascos, naufragaba entre sobrecostes, retrasos y finalmente una paralización total, su homólogo del Gran Bilbao es ya la tercera red de metro de España en número de viajeros transportados.

A finales de los 90 Bilbao integró sus cercanías en una red de metroten: Hoy es la tercera más usada de España

David Cabal, de la Asociación Vecinal de Las Campas, uno de los barrios periféricos del noroeste de Oviedo, apunta que el tren tiene la ventaja de la velocidad, cinco minutos hasta la calle Uría frente a la casi media hora del autobús urbano, pero el inconveniente del precio, las frecuencias y la impuntualidad. Además, para ir hasta La Corredoria o Parque Principado es necesario hacer un trasbordo. Conclusión: muy poca gente lo usa. A eso se suma otra circunstancia negativa, la distancia del apeadero a las casas que conforman el barrio de Las Campas. “Para la gente mayor que es la que más usa el transporte público es más cómodo el autobús, que para en el centro del barrio, que andar subiendo y bajando las escaleras del apeadero” señala Cabal, que considera positivo en todo caso que se fomenten el tren y en general la movilidad sostenible.

La semana pasada Somos Oviedo/Uviéu y Podemos Asturies presentaron precisamente en la parada de FEVE de Las Campas su plan para hacer de la malla ferroviaria que atraviesa Oviedo una suerte de metrotren de la ciudad. El proyecto ya había sido acariciado por Somos durante el tripartito, cuando gestionó la concejalía de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad. Para el ex edil de gobierno entonces, hoy en la oposición, Ignacio Fernández del Páramo, “este apeadero está totalmente desaprovechado, si se mejorase su relación con el barrio, y se crease un intercambiador que combinase con TUA y un aparcamiento disuasorio no solo conseguiríamos reducir el número de coches y la contaminación, sino también muchos vecinos ahorrarían tiempo y dinero dejando sus coches en la periferia y entrando hasta el mismísimo centro de Oviedo en transporte público”.

El 51% de los viajes en Oviedo son de personas solas y distancias de poco más de dos kilómetros

Desde Ecoloxistes n´Aición también ven con buenos ojos la apuesta por la movilidad dentro de Oviedo en tren. Un modelo que tiene en ciudades europeas como Copenhagen, Viena, Berlín o Zurich ejemplos, y donde se ha integrado en la misma red tren en superficie y metro subterráneo. Para Beatriz González de Ecoloxistes hay barrios que carecen de conexión a la red ferroviaria, pero para los que están en las inmediaciones de las vías del tren podría ser una alternativa “más rápida y cómoda que el autobús de moverse al centro o a otras partes de la ciudad”. González añade otro factor disuasorio a día de hoy, además de las frecuencias o los retrasos: el precio. “Cuando sacas un billete suelto, sin bono, hay una diferencia muy grande entre el autobús y el tren, que es mucho más caro”, señala esta activista que defiende el abaratamiento de los precios del transporte público.

En plena carrera de las ciudades de todo el mundo por acercarse al objetivo de una movilidad más sostenible, Oviedo sigue suspendiendo en esta asignatura. La capital asturiana persiste en un uso del coche muy elevado. No solo por los viajes que soporta a diario de personas procedentes del resto de Asturies, sino también por el exceso de viajes internos en una ciudad que se lo sigue poniendo demasiado fácil al vehículo privado, por ejemplo con una gran red de aparcamientos en el centro. Según datos del propio Ayuntamiento, el 51% de los viajes en coche dentro de la ciudad son de vecinos y vecinas de Oviedo que viajan solos, y a distancias de no más de dos kilómetros. El tripartito elaboró un Plan de Movilidad Sostenible que ha quedado guardado como aquel proyecto de metro de Gabino de Lorenzo en un algún cajón del Ayuntamiento. El Gobierno de Canteli no parece por ahora con mucha prisa por sacarlo de ahí.

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