“El foco del Orgullo 2021 tiene que estar en la comunidad trans”

El coreógrafo asturiano Manu Badás será el encargado de clausurar el festival de cine LGTBI este domingo con una pieza dedicada al universo travesti.

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Irene Sierra
Irene Sierra
Periodista. Sociedad, feminismo, cultura y todas aquellas cosas que me inquietan y sobre las que me dejan escribir: El País, Hearst, Eldiario.es y otros lares.

El coreógrafo asturiano Manu Badás (Gijón, 1985) será el encargado de clausurar el festival de cine LGTBI este domingo 27 de junio en Avilés. Tras una intensa semana de proyecciones y conversaciones en torno a los retos que tiene por delante el colectivo para seguir luchando por sus derechos, el bailarín afincado actualmente en Barcelona pondrá el broche final con una pieza inspirada en el universo de las travestis.

Bajo el nombre de ‘Crisálida’, Manu Badás pretende “llevar la identidad de la travesti a una situación escénica que no es la habitual y jugar desde ahí con la tecnología del género clásica de la que habla Teresa de Lauretis en sus teorías”, explica el propio bailarín.

El debate en torno al género está muy presente en esta pieza de baile contemporáneo porque actualmente Badás se encuentra realizando una investigación académica en torno a la teoría de Teresa de Lauretis que introduce la idea de que “el género no es algo existente en los seres humanos, sino el conjunto de efectos producidos en los propios cuerpos, los comportamientos y las relaciones sociales”.

‘Crisálida’ nace así con el objetivo de trasladar esta búsqueda de la tecnología del género al cuerpo del bailarín y a través del diseño de vestuario: “La pieza arranca con la construcción de una travesti que tiene varias capas en su cuerpo que se van quitando. Primero la capa larga que cubre el cuerpo desaparece, después la montera y también la máscara que oculta parte de la cara. Los zapatos que son altísimos también desaparecen. Es decir, a través del movimiento y el vestuario os presento una primera idea de la travesti construida desde esta imagen de la crisálida y que, poco a poco, se va abriendo más y más. Así, desde esta identidad travesti tan marcada por tecnologías del género como los zapatos, el maquillaje y todas estas cosas, busco desprenderme de todos estos elementos físicos para encontrar desde el movimiento una identidad no binaria. Una vez que la crisálida se abre por completo, aparece un cuerpo más descompuesto y más extraño”, explica. 

De este modo, Badás reivindica desde el baile que el género no es algo natural que nos venga dado, sino una construcción cultural y social más. Un tema que, en pleno debate sobre la ley trans, no puede estar de más actualidad: “Si el borrador actual sale adelante estaremos igualmente ante una ley que no está completa ni es suficiente porque no recoge a las personas migrantes ni a las identidades no binarias. Sin duda el foco del Orgullo 2021 tiene que seguir estando en lo trans, porque básicamente es que no está. De hecho, ante la reciente oleada de agresiones que el colectivo LGTBI está sufriendo este último mes, al final, vemos que quienes están respondiendo con más fuerza y poniendo por delante su propio cuerpo son las personas trans o las identidades travestis que a su vez son también personas migrantes y racializadas. Lo que quiero decir es que, al final, la parte más marginalizada de todo el colectivo siempre es la más combativa y reivindicarlo es simplemente una cuestión de honor y justicia”, subraya.

Así, la pieza de baile buscará también rendir homenaje a iconos LGTBI, que al igual que hará Manu Badás en el Centro Niemeyer, pusieron el cuerpo al servicio de la lucha. Una proyección de imágenes de Silvia Rivera o Steven Cohen entre otros muchos dialogarán este domingo 27 de junio con el movimiento en torno a la identidad travesti diseñado por el bailarín asturiano.

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