“‘Perra’ nació como un desahogo que yo necesitaba”

Rigoberta Bandini actuó el pasado domingo ante un teatro de La Laboral que la recibió con casi todas las entradas agotadas.

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Irene Sierra
Irene Sierra
Periodista. Sociedad, feminismo, cultura y todas aquellas cosas que me inquietan y sobre las que me dejan escribir: El País, Hearst, Eldiario.es y otros lares.

El pasado domingo el público de La Laboral coreó “quiero ser una perra” como nunca antes lo habíamos escuchado. Este himno feminista lo firma Rigoberta Bandini, la artista barcelonesa cuya popularidad comenzó a crecer durante el confinamiento y que hoy agota casi todas las entradas de los directos programados.

El éxito de Bandini es tan especial como paradigmático, entre otras cosas porque ha ido creciendo de forma paralela a la evolución de la pandemia. Así, mientras canciones como ‘In Spain We Call It’ llegaron en un momento en el que necesitábamos un poco de analgesia para digerir todo el hastío y la desesperanza que las nuevas olas del Covid traían consigo, otros como ‘Perra’ aparecieron como un balón de oxígeno para un movimiento feminista especialmente castigado por la crisis del coronavirus.

Ahora, con una media de 632.000 oyente mensuales en Spotify y dos premios de la Música Independiente (mejor canción y mejor artista emergente), Rigoberta Bandini arranca un verano repleto de conciertos en los que continuar creciendo y conociendo de cerca a su público.

  1. ¿Cómo surge Rigoberta Bandini y qué tiene este proyecto musical que lo diferencia de los anteriores que habías empezado? 

La verdad que no sé por qué ha funcionado más este proyecto que los otros. Creo que nunca lo sabes. Sí que es verdad que Rigoberta Bandini es un proyecto muy, muy personal mío, pero en realidad The Mamzelles también lo fue porque, aunque éramos tres chicas, las tres componíamos y cantábamos las canciones.

El grupo anterior a The Mamzelles fue un proyecto donde versionábamos canciones del verano de forma muy loca y eso hizo que acabase siendo más un divertimento que otra cosa. Al final, la ambición que tienes con un grupo de versiones tampoco es tan grande, pero en cualquier caso creo que nunca sabes exactamente cuál es la pieza que hace que un proyecto funcione de repente. Nunca sabes cuándo va a llegarle al público más una cosa que otra. Yo pienso mucho que las cosas pasan por algo y creo que en el caso de Rigoberta de repente hubo algo que se alineó en mi vida en muchos aspectos y esto entró dentro del mismo pack. 

  1. ¿Cuál es el proceso creativo que sigues a la hora de componer un tema? Por ejemplo, ¿De dónde parte ‘In Spain We Call It’? ¿Te pilló en plena pandemia?

No, no, que va. ‘In Spain We Call it’ la compuse en 2018. De hecho, fue una de las primeras canciones que compuse para Rigoberta, en una fase de mi vida donde estaba atravesando por muchas rupturas, ya no sólo sentimentales sino también a nivel de hogar y de muchas cosas más. Entonces, en aquel momento y como terapia, cogía la guitarra y me “pasaba todo el día componiendo cancioncitas sin parar”, de ahí que ‘Perra’ también sea de esa época. Fue un poco mi época dorada. ‘Too many drugs’ es de un poco más tarde, pero son casi todas de antes de la pandemia menos ‘Fiesta’ que fue la única de las que han salido que compuse en el confinamiento. 

  1. En ‘Perra’ dices al inicio de la canción “esto de nacer mujeres en el tiempo de Despentes es difícil, no sé por dónde empezar”. ¿A la hora de enfrentarte a componer este tema sentiste que era complicado abordar todas las cosas que vivimos y sentimos las mujeres?

Sí. Pero sí que es cierto que, cuando empiezo a componer (al menos en mi caso), no busco la reivindicación de manera voluntaria, sino que de alguna forma viene implícita en mi discurso porque es algo que me sale de dentro. Está claro que ‘Perra’ se ha convertido en un himno feminista y que es una canción que busca la liberación, pero la verdad que yo la compuse porque estaba encerrada en mi cuarto componiendo cancioncitas sin parar como bien dice la canción y tratando de comprender lo que me estaba pasando. No veía claro quién quería ser, qué papel ocupaba mi feminidad en mi identidad, si ser libre significaba no tener compromisos con nadie…Me estaba enfrentando a un conglomerado de emociones con las que muchas mujeres de nuestra generación también se han encontrado. Al final ‘Perra’ es una especie de canto a la duda que pretende acompañar a todas las mujeres que también están descubriendo quienes quieren ser. Es como desnudarme y decirles a todas ellas que yo tampoco tengo ni idea de quién soy, pero lo que sé es que no quiero que me censuren o que me pongan un bozal. Lo único que quiero es ser libre y que me dejen en paz.

  1. Aun así, creo que la canción puede ser leída desde varias perspectivas diferentes, lo que hace que lo mismo pueda verse interpelada una mujer de 40 años sobrepasada por los cuidados que una de 27 que lucha contra la presión y la hipersexualización que sufren nuestros cuerpos. Al final es como que todas demandamos “ser perras” desde el punto de vista de priorizar nuestras necesidades vitales más básicas.

Sí, totalmente. Por un lado está la parte de la canción que reclama que nos dejen ser perras en el sentido de pedir que cese la criminalización y la sexualización de todo lo que son los adjetivos femeninos y que deje de tomarse desde el punto de vista peyorativo la parte femenina de los animales porque es asqueroso. Todo este juego lingüístico me interesaba mucho desde el punto de poder generar cierta controversia. Pero por el otro lado, hay un relato mucho más simple que habla de poder no hacer nada sin sentirnos culpables. Es también una canción que aboga por dejar de obligarnos a producir sin parar. 

Y obviamente hay más matices, pero muchos de ellos los he hecho a posteriori porque realmente la canción nació como un vómito, como un desahogo casi espontáneo que yo necesitaba. Lo más guay sin duda es que la canción ha llegado en un momento en el que creo que todas necesitábamos mucha liberación.

  1. ¿Qué ha sido lo más especial que te ha pasado con alguna de tus canciones o con Rigoberta Bandini en general?

Los conciertos. Ver que la gente se sabe las canciones de pe a pa, que la gente llora, ríe, ver incluso que pueden bailar ahora en algunos conciertos… Como el proyecto nació en pandemia, antes de los directos, yo veía que subían las escuchas, los seguidores de Instagram, que más periodistas querían hablar conmigo, pero al final eso no era tangible. Cuando realmente te das cuenta del impacto de lo que haces es cuando estás frente a las personas que escuchan tu música y esa es la sensación más bonita porque al final, ves que algo que ha salido de tu corazoncito ha llegado a otros corazoncitos a los que les ha cambiado algo y entonces lo cantan. 

  1. ¿Cómo vives la realidad de la pandemia a través del público que acude a tus conciertos? Supongo que el clima en marzo no era el mismo que el de ahora.

La verdad que es muy guay y a la vez muy curioso porque, por ejemplo, el Vida fue el primer festival donde tocamos con la gente de pie. Es muy guay porque es como si estuviésemos creciendo juntos. Al final como el proyecto nació en pandemia, me siento muy conectada a la gente. Que ellos de repente puedan estar de pie hace que para mí sea el primer concierto donde veo a la gente bailando mis canciones y no cantándolas sentados en una silla. Es como que vivimos la normalidad de la mano y ahora es muy positivo porque sólo se ve luz al final del túnel. 

Incluso desde el punto de vista más profesional también ha sido positivo porque nos ha permitido primero trabajar el directo de una manera más intimista y desde ahí ir creciendo. Empezar haciendo conciertos más pequeños me ayudó a centrarme en afinar, focalizarme en que todo sonase bien y ya conforme el bolo fue estando más dominado yo me he ido sintiendo más libre y puedo jugar más con el público.

  1. ‘En fiesta’ hay un verso en el que te diriges a tu hijo que nació en la pandemia y en el que le dices que nacerá “en un presente en el que el mundo es un regalo”. ¿Qué es lo que más te preocupa del mundo que dejamos a los niños que están naciendo ahora?

Me preocupa mucho todo el tema de los residuos que estamos generando sin parar y el cambio climático. Sin embargo, me he dado cuenta de que antes de ser madre era como mucho más egoísta. Es decir, reciclaba y hacía como las típicas cosas que la gente de nuestra generación tiene ya integradas, pero ahora mismo es un tema que realmente me preocupa y por el que quiero hacer más.

También me preocupa bastante la relación que estamos construyendo con la tecnología. De alguna forma me gustaría que todo fue más lento, como que nos quedásemos diez años en esta realidad tecnológica y que después avanzásemos de nuevo. Pero es que cada año sale un móvil nuevo, nuevas aplicaciones, nuevas redes sociales…Que igual simplemente hay que asumir que ya somos post-humanos y que el teléfono es una mano más de nuestro cuerpo que necesitamos para vivir, pero me entristece mucho. Si ya estamos enganchados nosotros que crecimos sin ello ¿Cómo no se van a enganchar las nuevas generaciones por mucho que les limitemos las pantallas si nos van a ver a nosotros todo el día pegados al móvil?

Aun así intento darle la vuelta y pensar que a nuestros padres les pasó lo mismo con nosotros cuando nos veían viendo una película de Disney tras otra. Quiero pensar que nos iremos dando cuenta de que esto hay que compensarlo de alguna forma. De hecho creo que ya está empezando a pasar.

  1. ¿Crees que los álbumes de música han dejado de tener sentido en este circuito de consumo musical centrado en canciones y videoclips?

Pese a que va en contra de mi recorrido hasta ahora porque todo ha sido muy espontáneo y he ido sacando single tras single, me sigue pareciendo muy bonito que existan los álbumes, que el artista piense un concepto concreto y lo explore a través de las canciones. Aunque ahora mismo no está en mis planes a corto plazo es algo que sí me gustaría hacer. 

  1. Por último ¿Si pudieses colaborar con cualquier hombre o mujer vivo o muerto con quienes te quedarías?

Franco Battiato y Jannete.

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