Mieres, naturaleza minera

La promoción cultural de 'Mieres va prestate' incluye paisajes para disfrutar mientras se repasa la historia del concejo

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Toño Huerta
Toño Huerta
Trabaja como geógrafo autónomo en temas relacionados con el patrimonio natural y cultural. Cuenta con varias publicaciones en ese campo que compagina con su labor de activista patrimonial en diferentes movimientos cívicos en defensa del patrimonio industrial asturiano.

Mieres va prestate es la marca de destino que recientemente ha presentando el Ayuntamiento de Mieres para su promoción turística y cultural, ofreciendo un destino inclusivo y auténtico donde la tradición se combina con la modernidad, tomando como principios la innovación, el desarrollo sostenible y la identidad de sus paisajes y paisanajes. Con ese cóctel, a lo largo del año la oferta cultural es variada y extensa combinando música, teatro, literatura, visitas guiadas, cine y un largo etcétera.

Tras una dramática reconversión industrial con el cierre de la minería, Mieres camina hacia un futuro donde su pasado tiene mucho que decir. Evitando toda visión romántica pero sin olvidar la identidad de un pueblo minero, los vestigios de ese pasado, tan numerosos en cada valle del concejo, son una de las llaves de desarrollo de esta comarca a la que le dan un alto valor añadido. Elementos de un patrimonio industrial que conviven con la gran riqueza etnográfica, arquitectónica y monumental repartida por cada pueblo, en una relación simbiótica con una naturaleza generosa que forma parte del Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras. Un territorio que también invita al senderismo, a la BTT o al ciclismo en ruta, donde hay gran afición. Y para reponer fuerzas, que mejor que tomas unas botellas en la sidrera plaza de Requejo o probar la rica gastronomía de la zona.

  • Pozo Santa Bárbara

Este viejo pozo ejemplifica muy bien el camino que Mieres quiere recorrer. Situado en pleno corazón del valle del río Turón, sus dos castilletes extrajeron el carbón de sus entrañas desde 1913 hasta 1995. Todo un símbolo de la minería asturiana, fue el primer pozo minero declarado Bien de Interés Cultural en España. En un futuro que ya es casi presente, sus instalaciones serán un referente cultural a través de las diversas programaciones que desde el ayuntamiento mierense se está preparando. Las viejas lámparas mineras seguirán dando luz en este espacio emblemático.

  • Senda Verde de Turón

La creación de la Sociedad Hullera de Turón en 1890 supuso un cambio drástico del valle del río Turón, convirtiéndose en un territorio eminentemente minero; tres años después de su fundación ya comenzaría a funcionar un ferrocarril minero que enlazaría los distintos grupos productivos, en funcionamiento hasta la década de 1960. Hoy en día ese antiguo trazado se ha convertido en el P.R. AS-100.1 Senda Verde de Turón, una ruta cómoda y fácil que recorre todo el valle y sus grupos mineros en forma de pozos como Figaredo, San José, Santa Bárbara o Espino, o minería de montaña como La Rebaldana, Fortuna o La Molinera; también poblados mineros como La Cuadriella. Viejos túneles y puentes metálicos en zonas boscosas harán las delicias de cualquier visitante.

  • Pozo Espinos

Uno de los castilletes más singulares de Asturias es el de este pequeño pozo cuya vida comenzó en 1927. Se encuentra en el centro del valle del río Turón y, tras su cierre en 1967 estuvo décadas cerrado hasta su conversión en equipamiento cultural y social por parte del Ayuntamiento de Mieres. El conjunto lo conforman varios elementos, como la lampistería, el polvorín o un puente metálico que enlaza las instalaciones con el ferrocarril de Hulleras de Turón. Pero el elemento más llamativo es el castillete, una estructura de hierro roblonado con cuatro pies en cuya parte superior está la máquina de extracción, protegida por una caseta de madera con tejado a dos aguas. La zona del embarque está cubierta y es utilizada para organizar diversas actividades culturales.

  • Bustiello

La recientemente restaurada escultura del Marqués de Comillas, impulsor de la Sociedad Hullera Española en 1892, preside el poblado de Bustiello; situada frente a la iglesia, primer edificio construido, refleja fielmente la idea de un paternalismo industrial de base cristiana con el objetivo de controlar a los trabajadores ofreciéndoles viviendas y equipamientos como escuela, sanatorio o casino. En 2017 fue reconocido con la figura de Bien de Interés Cultural y en él se encuentra el Centro de Interpretación del poblado de Bustiello, que también funciona como centro de gestión de los Equipamientos Turísticos de Mieres.

  • San Justo

En pleno cordal de Urbiés, a 720 metros de altitud, San Justo es el pueblo más alto del concejo; y también el datado desde más antiguo, como así constata un documento del año 857, aunque posiblemente sus orígenes sean mucho anteriores. Su pequeña iglesia dedicada a los mártires Justo y Pastor recibe al visitante e invita a pasear por esta pequeña aldea compuesta por medio centenar de casas tradicionales, muy bien conservadas en su mayoría, de piedra y corredores de madera, junto con hórreos, cuya función fue fundamental y hoy son un referente etnográfico. A la salida del pueblo una fuente y lavadero invitan a refrescarse y seguir paseando por algunas de las rutas senderistas de la zona.

  • Yana’l Pumar

Esta pequeña aldea, cuyo guardián es su único habitante, es uno de esos lugares mágicos que pasan desapercibidos, a pesar de ser un tesoro etnográfico. El hecho de que no tenga acceso rodado y se deba llegar a través de un camino empedrado incrementa más esa sensación de llegar a un lugar especial. Forma el conjunto varias casas de piedra, con corredores de madera y barandilla torneada, casi todas ellas del siglo XVIII. Varias cuadras anexas y una gran panera en el centro de la población completan este conjunto situada en una ladera a cerca de 700 metros de altitud, ofreciendo unas amplias vistas del valle del río Turón.

  • El Llosoriu

Con sus casi mil metros, el pico Llosoriu hace de frontera entre los concejos de Mieres, Riosa y Morcín. Es un excelente mirador de la Montaña Central Asturiana, con la vecina sierra del Aramo al frente, pudiendo incluso contemplar la famosa subida al Angliru. Es un entorno de media montaña que ofrece excelentes oportunidades para la práctica del senderismo y la bici de montaña, pero también para visitar pueblos que conservan su sabor más tradicional, como Gallegos, o recorrer viejas calzadas romanas como la que va hacia la Pandiella, aldea abandonada. En las inmediaciones, el mirado del pico Siana ofrece una de las mejores vistas de la villa de Mieres.

  • La Colladiella

Una de las subidas clásicas de las pruebas ciclistas es el Alto de La Colladiella, que separa los concejos de Mieres y San Martín del Rey Aurelio. Es un punto neurálgico para realizar diversas rutas, tanto montañeras como de BTT, destacando la fácil ascensión al pico Tres Concejos. Cuenta con una pequeña área recreativa y una escultura metálica que es un monumento a los mineros, inaugurada en 1972. Hoy cerrada al público, también existió una pequeña “mina imagen” de la que se conserva la bocamina. Y para abrir boca, muy cerca, en la población de Urbiés, aún se produce un queso ancestral elaborado con leche de vaca, textura pastora para untar y no apto para todos los paladares por su sabor intenso, ácido y picante.

  • Cementerio protestante

A la salida de Mieres, en La Rebollada, al margen de la carretera N-630, llama la atención la presencia de un pequeño cementerio, el único calvinista que existe en Asturias. Su ubicación no es casual pues está situado frente al solar que ocupó Fábrica de Mieres, una de las grandes siderurgias asturianas creada por el empresario francés Numa Guilhou en 1879. Este empresario levantaría este cementerio para su familia, pero también para otras personas protestantes de la región, como lo demuestran los nombres de las lápidas. Es un pequeño recinto de planta cuadrada y doble cerramiento que fue restaurado gracias a la labor de la sección de Arqueología Industrial de la Asociación Santa Bárbara de Mieres.

  • Senda de Lloreo

La Senda Verde de Lloreo aprovecha parte del trazado del antiguo ferrocarril que la empresa Hulleras de Riosa puso en funcionamiento a partir de 1923 con el fin de enlazar sus minas con el Ferrocarril Vasco Asturiano. Son apenas cuatro kilómetros y medio que ofrecen un paisaje de hoces y cortados calizos sobre el río Caudal, manchas boscosas y diversos elementos patrimoniales como varios puentes, cinco túneles o caleros. La zona más agreste es la Peñamiel, donde existe una fuente y, en la ladera, si nos fijamos, podremos ver la conocida como “catañarona”, un gran y solitario ejemplar de castaño.

  • Plaza del Requexu

Aunque su nombre es la plaza de San Juan, al situarse al lado de la iglesia parroquial de Mieres que lleva ese nombre, este emblemático lugar es conocido por el nombre del barrio, Requejo. Se trata de un espacio popular, con viviendas tradicionales de corredor cuyos bajos están ocupados casi íntegramente por sidrerías, creándose un espacio de ocio y gastronomía que es un referente a nivel regional. En homenaje a esta historia, dominando la plaza existe una escultura de bronce que, de manera realista, representa a un escanciador.

  • Pozo Polio

El valle de la Güeria de San Juan es uno de esos espacios donde la minería lo significó todo. Con los inicios de la producción de montaña en la segunda mitad del siglo XIX, el verdadero auge llegaría mediada la siguiente centuria, cuando se profundizan los pozos Tres Amigos y Polio, lo que implicó un aumento demográfico que hizo que se construyesen diversas barriadas obreras como Murias o Returbio. El pozo de los castilletes gemelos, como también se conoce a Polio, inició su explotación en 1962, cerrándose en 1992. Junto con sus castilletes, sala de máquinas o tolvas, uno de sus aspectos más destacados fue el ser un espacio muy reivindicativo, con continuas luchas por las mejoras sociales y laborales de los trabajadores.

  • Santuario de los Mártires Cosme y Damián

En el valle de Cuna, zona de gran valor paisajístico, se encuentra el Santuario de los Mártires Cosme y Damián, un complejo levantado en la primera mitad del siglo XVIII y compuesto por un templo con planta de cruz latina, una torre campanario y la “Casa de la Novena”, donde se conserva un limosnero popular de esa misma época. Cada 27 de septiembre se celebra una romería popular de gran tradición cuyo colofón es una comida campestre. Esta festividad, declarada de Interés Turístico Nacional en 1969, inspiró la conocida canción de Víctor Manuel que lleva por título “La Romería”.

  • Valle del río Turón

En pleno Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras, el valle del río Turón es uno de los espacios más destacados de la Montaña Central. Es un valle profundo, angosto, donde el desarrollo minero de los últimos 150 años ha conformado un paisaje cultural único con la presencia de media docena de castilletes, cientos de bocaminas de montaña o poblados mineros, todo ello recorrido por una Senda Verde que aprovecha un viejo trazado ferroviario. Sus aldeas más soleadas, en las laderas, ofrecen elementos etnográficos de gran valor, todo ello rodeado de bosques y sierras que superan los 1.000 metros de altitud.

  • Área Recreativa de La Teyerona

Mieres cuenta con varias áreas recreativas dispersas por todo el municipio; son espacios de descanso y ocio, lugares idóneos para pasar en familia o con los amigos realizando, por ejemplo, una parrillada, tan frecuente en los veranos asturianos. Una de esas áreas es la de La Teyerona; situada a 650 metros de altitud ofrece unas espectaculares vistas del entorno del Paisaje Protegidos de las Cuencas Mineras, la sierra del Aramo o el Llosoriu. Andando, en bicicleta o en coche, merece la pena disfrutar de estos equipamientos y descubrir los rincones que ofrece Mieres.

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