“La nueva reforma laboral es un buen punto de partida para acabar con la precariedad”

La periodista Alejandra de la Fuente presenta con la Cultural Gijonesa su libro "La España precaria", el retrato de las generaciones que no han conocido otro modelo de empleo.

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Víctor Guillot
Víctor Guillot
Víctor Guillot es periodista y adjunto a la dirección de Nortes. Ha trabajado en La Nueva España, Asturias 24, El Pueblo de Albacete y migijon.

Desde que comenzara a recopilar ofertas de trabajo basura en su blog Mierdajobs, conceptos como salario emocional, falsos autónomos o coliving ya no resultan tan extraños. Al contrario, la periodista Alejandra de la Fuente (Madrid, 1994) logró que se divulgaran y hoy formen parte del sermo vulgaris de cualquier trabajador precario. Colaboradora de CTXT, Diario 16 o la cadena SER, acaba de publicar “La España precaria”, un lacerante reportaje/ensayo sobre la precarización del trabajo en nuestro país que desnuda el modelo laboral español que los trabajadores herederon tras la reforma laboral del PP aprobada en 2012. Desde entonces, los millenialls y, por qué no, tambien la que se llamó Generación X han vivido la romantización de la precariedad. Este viernes presenta en la Escuela de Comercio su libro invitada por la Sociedad Cultural Gijonesa a las 19.00 horas.

En tu libro hablas de la romantización de la precariedad  laboral como un fenómeno  estructural que reviste nuestro modelo ecónomico. Sin embargo, al tiempo que, efectivamente se ha romantizado, no crees que sigue siendo un tabú en la vida cotidiana que resulta incómodo de expresar o, al menos, de oir

Creo que sí, porque confluyen dos cuestiones. El individualismo ha hecho que nos carguemos la culpa a nosotros mismos y no al sistema que nos explota. En segundo lugar, creo que existe una normalización. Al final la gente joven y no tan joven ha crecido con esa precariedad desde que terminaron sus estudios y se han incorporado al sistema laboral sin conocer otro modelo. La mitad de la población que trabaja o está trabajando está marcada por una cultura de la precariedad.

Centras una gran parte de la crítica a la reforma laboral de 2012 del PP y me gustaría saber qué valoración haces de la última reforma de Yolanda Díaz.

Creo que es un buen punto de partida para intenta acabar con una de las patas de la precariedad, pues no es la única, que es la temporalidad. Pero creo que falta mucho por hacer

La subida del SMI sigue poniendo de manifiesto que nos conformamos con muy poco. Al final 1000 euros, tal como está la situación económica hoy, siguen siendo escasos para poder vivir

Yo vivo en Madrid y un piso en un barrio humilde como Usera para una pareja o un soltero cuesta más de 750 euros al mes. Ya no solo tenemos que centrarnos en el salario minimo sino en el incremento de los salarios en general. El pago del alquiler, la alimentación y lo básico para vivir dejan muy poco margen para vivir, porque vivir es mucho más que pagar lo que tenemos que comer. También es socializar.

“Todos tenemos amigos que cobran 700 euros y viven con sus padres”

Cierto. Hoy comprar un libro o un disco se ha convertido en un lujo.

Al final, el hecho de tener recursos económicos para culturizarnos o socializarnos no debería ser un privilegio. No puede ser un privilegio ir al cine, al teatro, a un concierto o viajar como no lo debería ser ir a un dentista, a un psicólogo o a un fisioterapeuta. Pero al final, el salario medio en España es de unos 1.254, 1.258 euros brutos. Con ese dinero es muy dificil invertir en cultura.

La escritora Belén Gopegui, hace unas semanas, coincidía contigo al detectar que hemos romantizado la precariedad. De algún modo, las redes sociales y los medios de comunicación forman parte de esa trama en la que vivir en condiciones indignas se ha convertido en el consuelo de los pobres y la admiración de los ricos.

Hay una corriente cultural que insiste en ello. Un ejemplo está en la llamada vocación. Nos han metido en la cabeza que si trabajamos en nuestra vocación profesional somos unos privilegiados y que, por lo tanto, es normal soportar la precariedad. Obviamente, la vocación está muy bien pero queremos hacer otras cosas, vivir entre otras. En ciertos discursos se ha justificado el salario emocional. ¿Y eso qué es? En muchas ocasiones, en el marco de la romantización de la precariedad, un derecho se convierte en un privilegio. Dicho de otro modo, salario emocional ya se encuentra incluido en el Estatuto de los Trabajadores.

Alejandra de la Fuente, autora de “La España Precaria”.

Como consecuencia de esa precarización del trabajo, tengo la impresión de que la cultura se ha convertido en un privilegio destinado para aquellos que son ricos. Pienso en una generación que tiene capacidad para hacerse una ruta de festivales, irse de vacaciones. Esa cultura orientada en otra época hacia la “progresía” y que se ha convirtido en un paraiso para gente muy conservadora, incluso para votantes de VOX.

Tengo una doble percepción. Por una parte está la gente que se permite ese modo de vida y por otra parte está la gente que es precaria y no tiene dinero para alquilar un piso y lo invierte en eso. Creo que están esas dos caras. Yo lo veo en mi instagram. Todos tenemos amigos que cobran 700 euros y viven con sus padres. No tienen dinero para tener su propia vida pero sí para invertirlo en ese tipo de ocio.

En tu libro desvelas cómo las drogas se han incorporado al mundo trabajo. Al leerlo no he podido dejar de pensar en un escanciador  de sidra puesto de coca hasta las cejas, levantandose jornadas de 12 horas día tras día. Es algo muy evidente en la hostelería “intensiva” como las sidrerías, que los clientes “deján pasar”.

Creo que no se conoce lo suficiente. De hecho yo no conocía este fenómeno. Nunca me había planteado que habría camareros drogados hasta que lo descubrí en una investigación para un reportaje. Ahí sí que hay un tabú. La droga es muy cara y no piensas que haya gente que tenga que meterse algo para aguantar la jornada. La primera persona que entrevisté para ese reportaje fue, precisamente, un camarero que reconocía haberse drogado. Tampoco conozco estadísticas. Hablamos de cocaina o de microdosificación. Pero más grave aún, quizá, es el hecho de que los trabajadores nos estamos metiendo otras sustancias que no son consideradas drogas. Pienso en las camareras de hotel a las que les duele el alma y que ingieren cada varios días nolotiles para hacer su trabajo.

Hablamos antes de la reforma laboral aprobada recientemente. ¿Por dónde crees que debe continuar el cambio?

Es urgente prestarle atención seria a la prevención de riesgos laborales. Es imprescindible acabar con la externalización de la prevención en las empresas. En España se mueren dos personas al día en su puesto de trabajo. Son peronsas que se van a trabajar y no vuelven. Para mi eso es fundamental. El año pasado se registraron 1.560.000 accidentes laborales. Todos los trabajadores estarán de acuerdo si afirmo que el curso de prevención de riesgos laborales es un papel que se firma y ya. España tiene un ratio de inspectores mucho menor qu en el resto de la UE. Dicho de otra manera, la inspeccón de trabajo en nuestro país se basa en la buena fe de todo el mundo y de las empresas. Por lo tanto, es importante que haya un pacto para avanzar de forma real en la prevención. 

No se hasta que punto hay una cultura de la prevención. Cuando te pregunté antes, daba por hecho que la indemnización sería la segunda pata. Fue una de las críticas de Podemos a la reforma de su ministra.

Estoy de acuerdo con que hay que volver a los 45 días por mes trabajado de indemnización, pero creo que es prioritario que la gente se deje de morir. Y sí, la segunda parte  de los avances tiene que ver con la indemnización.

Desde que reventó la burbuja inmobiliaria y comenzó la Gran Recesión, la de periodista es una de las profesiones más precarizadas en el modelo laboral español. Hemos perdido 10.000 empleos que no se han recuperado. ¿Crees que hay que repensar el oficio, que los sindicatos se tienen que poner las pilas?

No hay que repensar el oficio. Lo que está mal es la forma de contratación de los periodistas, en su mayoría falsos autónomos. Quien no conoce a gente de la profesión que es un falso autónomo. Más que repensar la profesión, en mi opinión hay que cumplir con la normativa y los sindicatos se tienen que poner las pilas. El famoso free lance no puede seguir cobrando entre 45 o 50 euros por cinco horas de jornada para una crónica. Es una vergüenza. Al final, hablamos de la economía de plataforma, de la humanización del trabajo, cuando son algunos medios de comunicación los que tienen la precarización dentro de su propia empresa.

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