No hace falta viajar mucho por el mundo para ver señales en las calles que indican los trayectos de los caminos escolares o de entornos escolares seguros. Lo difícil es, precisamente, lo contrario: encontrar una ciudad sin ninguna de estas infraestructuras. En esta situación anormal se encuentra Uviéu, y por lo tanto especialmente relevantes son los actos celebrados este 6 de mayo de #StreetsforKids, donde tres centros educativos de la capital asturiana, los colegios públicos de La Ería, Jaime Borrás y Villafría, se han lanzado a la calle para reclamar este tipo de actuaciones. Desde Nortes nos ponemos el chaleco reflectante para escribir un artículo a medio camino de una explicación para carbayones sobre qué son los caminos escolares seguros y la intrahistoria de los motivos por los que estamos a la cola del mundo en esta materia.
La primera experiencia de caminos escolares seguros surge en los años 70 del siglo pasado en la ciudad danesa de Odense. El lugar ni la fecha son nada casuales. Mucha gente piensa que el sistema de transporte público modélico o los carriles bici de los países centroeuropeos son algo natural de estas regiones, como los molinos o incluso los drakars vikingos. Nada más lejos de la realidad. Quizás recordar la experiencia de países como Holanda o Dinamarca en la época de los 70 pueda servir para mucho más tras la escalada de precios de la gasolina que hemos vivido estos meses, pues es de ahí donde surge el proyecto de transformación nacional de movilidad. La guerra del Yom Kippur de 1973, desembocó en un cierre del suministro de petróleo de la OPEP a los países que apoyaban a los israelíes en la guerra, ocasionando la primera crisis del petróleo. El golpe en la economía es demoledor, todas las personas y materiales sustentaban su desplazamiento en el coche, y los gobernantes de países como Holanda o Dinamarca se dan cuenta de su excesiva dependencia del petróleo, producto que no solo no tienen sino que además, según todos los estudios, va encarecerse al ser un recurso finito. Deciden hacer una apuesta decidida, entre otras cosas, por la movilidad sostenible: A nacionalizar e invertir en las líneas de autobuses y trenes y en crear esa extensa red de carriles bicis que se convertirían en icono nacional. En ese contexto histórico nacen los caminos escolares.
¿Y qué son los caminos escolares seguros? Pues la creación de rutas para que uno de los sectores más vulnerables, los niños y las niñas, puedan desplazarse de forma segura y autónoma a los centros educativos, ya que el tráfico de coches es el principal peligro de los menores. Para ellos, cada cruce e intersección, se convierte en una peligrosa situación. Tanto en los años 70 como ahora los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte entre los jóvenes en el mundo.
Esta iniciativa centroeuropea no fue de pronta implantación, pasarían 20 años antes de que en otras latitudes comenzasen a desarrollar experiencias similares, expandiéndose inicialmente por el resto de naciones escandinavas, germanas y anglosajonas, para llegar hasta nuestras latitudes. En España se empezó a implementar paulatinamente en casi todas las ciudades pero, si hay que hacer alguna mención especial a alguna ciudad, es inevitable hablar de Pontevedra, que cuenta con la ventaja de estar diseñando en paralelo la peatonalización integral de la ciudad.
¿Qué pasa en Uviéu? Al igual que la mayoría de ciudades españolas comienza tímidamente en los 90 a aplicar políticas en pro de la movilidad sostenible, pero la ciudad decide apostar no solo por el coche, sino por un modelo de ubicación de centros educativos concertados que son la razón de los atascos cotidianos que sufren barrios como Ciudad Naranco. Quizás hay quien pueda argumentar las peatonalizaciones de Gabino de Lorenzo (PP) de principios de los 90, que en realidad la propaganda hizo olvidar que el proyecto de peatonalización en realidad había sido de Antonio Masip (PSOE) y que la derecha se hizo con la alcaldía esgrimiendo en campaña pestes sobre ese asunto. Pero de Lorenzo, quien se le puede acusar de muchas cosas pero no de tonto, lo que hizo nada más llegar a alcalde fue decir Diego donde digo, apropiarse del proyecto y quitar los coches del Antiguo, pues de lo contrario se arriesgaba a tener paralizado sin obras de importancia durante cuatro años la ciudad como le está pasando ahora a Alfredo Canteli (PP). El caso es que durante el gabinismo ni se espera ni aparece en la ciudad los caminos escolares seguros, sino al contrario, poco a poco se hace una ciudad mucho más hostil. Tenemos que esperar a la llegada de la corta etapa del caunedismo (Agustín Caunedo, PP) para ver el primer rayo de sol en la ciudad, y es cuando aparece una figura desconocida, un héroe anónimo, que se decide a intentar implantar este tipo de infraestructuras.
El primer valedor de los caminos escolares seguros en Uviéu es un funcionario municipal, un policía local del departamento de Educación Vial. Alfredo Rodríguez Friera era el encargado de enseñar en los centros educativos seguridad vial y se lanza en el año 2012 a hacer el ‘Plan Piloto para el establecimiento en el concejo de Oviedo de caminos escolares seguros’, donde desarrolla, con pocos recursos pero mucho tesón, un estudio para la implantación de los caminos escolares para cuatro centros educativos: el Dolores Medio, La Ería, Fozaneldi y Narciso Sánchez (Olloniego/Lluniego). Desde el departamento realizan una propuesta de actuación para estos cuatro centros, pero termina en un cajón sin ejecutarse ninguna actuación u obra de todas las que se planteaban en el proyecto, igual que otras muchas cosas, como la retirada de plazas de aparcamiento junto a pasos de peatones, aumento de aceras, señalizaciones, reducciones de velocidad o aumentar los tiempos para los peatones en los pasos de cebra.

Paseo escolar de 2013 en Oviedo
La llegada del tripartito no sirvió tampoco para poner en marcha los caminos escolares. No se recupera el proyecto desde la Policía Local, y tiene que ser el departamento de Urbanismo y Medioambiente quien se echa a la espalda continuar con el proyecto en dos vertientes. En la revisión del Plan de Movilidad Urbano Sostenible se encarga el diseño de los caminos y entornos escolares seguros para todo el concejo, de aparcamientos disuasorios para los centros educativos (kiss and go) y se crea la Escuela de Sostenibilidad que durante la Semana Europea de la Movilidad realiza acciones de sensibilización y algún recorrido escolar seguro. Desde este departamento se llega a realizar incluso el proyecto de peatonalización de la calle Jesús Arias Velasco, frente al colegio La Gesta, pero los departamentos con capacidad de obras, de distinto signo político, no acompañan y el mandato pasa sin ninguna actuación.
La llegada de Canteli no trajo nada bueno en este sentido. Paraliza el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) que definía los caminos escolares, y se lanza a la cruzada para facilitar lo máximo posible la entrada de coches en la ciudad, erradicando el resto de proyectos en pro de una movilidad sostenible. Estos tres años han resultado un nuevo frenazo a las políticas de movilidad que imperan ya no solo en Europa, sino en el mundo, dado que hace décadas que la derecha en otras latitudes, ya sea Dinamarca o Pontevedra, ha comprendido que el camino es otro. Pero Oviedo is different, al fin y al cabo en esta ciudad se pudo escuchar en boca de un concejal de la oposición en el anterior mandato, y actualmente con cargo en el gobierno, defender sin ruborizarse en un pleno municipal el derecho fundamental a poder llevar a los niños en coche hasta la puerta de los colegios.