Vuelven las Asambleas de Trabajadores en Lucha. El movimiento surgido durante la anterior crisis a partir de la confluencia de diferentes plantillas de empresas en conflicto regresó este jueves a la calle para manifestarse frente a la Junta General del Principado. Trabajadores de sanidad, Alsa, Delcom, Modultec, EBHI, Duro Felguera, Danone, Santa Bárbara Trubia, Vauste y el Matadero de Xixón, entre otras empresas, se concentraron frente al Parlamento para reclamar al Principado que atienda a sus conflictos, y en general, para pedirle al Gobierno asturiano un cambio en la política económica. “El consejero no tiene ningún tipo de política industrial” denuncia Fernando Álvarez “Zape”, uno de los afectados por el cierre de Vauste. Álvarez ha criticado que el Principado siga abriendo las puertas a “fondos buitre”, como Quantum Capital Partners, del que se ha vuelto a especular como posible inversor en la fábrica Danone de Salas. Aunque militante de CSI, este sindicalista gijonés señala la importancia de una coordinación entre plantillas en lucha, sin exclusiones y por encima de las diferentes siglas sindicales.

En la concentración los trabajadores estuvieron acompañados por los diputados de Podemos Asturies Rafa Palacios, Nuria Rodríguez y Daniel Ripa, que trasladaron al consejero Enrique Fernández Rodríguez diferentes preguntas relacionadas con los conflictos laborales que se manifestaban en la calle Fruela.
Recuperar un espacio de lucha intersindical
Aunque en los años 80 se produjeron en el Xixón de la reconversión algunas experiencias de coordinación asamblearia, y también en los conflictos de la industria del montaje asturiana en los 90, las actuales Asambleas de Trabajadores en Lucha se remontan al año 2014, cuando durante la anterior crisis económica la plantilla de la fábrica de amortiguadores Monroe, en Xixón, impulsó una confluencia de empresas con EREs o amenazas de cierre. La unidad de todos los sindicatos, las movilizaciones masivas y la solidaridad desde otro sectores impidieron el cierre de la factoría, posteriormente Tenneco y luego Vauste.
Marco Antuña, trabajador de Liberbank y sindicalista de CSI, señala que fue una de “las experiencias más gratificantes que tengo vividas en el movimiento obrero”. Al llamamiento respondieron empresas de sectores muy variopintos, desde la banca al metal, pasando por los servicios, la hostelería o la alimentación. Por el camino se fueron sumando otras. La CSI jugó un papel clave en impulsar el movimiento, pero también delegados de CCOO, UGT y trabajadores sin afiliación sindical se sumaron a las asambleas.

Antuña, que fue uno de los líderes de aquel movimiento, apunta que gracias a la unión se pudo “dar el aguante” a plantillas pequeñas, con muy poca “masa crítica” y sin apenas experiencia sindical, que con el apoyo mutuo pudieron resistir conflictos largos, de meses de duración, contra la Reforma Laboral del PP, muy desfavorable a los intereses de los trabajadores.

¿Cómo fue el estilo sindical de las Asambleas? Una combinación de acción directa, sindical y judicial con una fuerte tendencia a sacar los conflictos a la calle en forma de manifestaciones, concentraciones y escraches. Tampoco faltaron en el repertorio de acción colectiva los encierros, como el de Hotel León, el Matadero Central o la ocupación durante meses de un edificio propiedad de la constructora SEDES en plena calle Uría de Oviedo/Uviéu. “Hubo derrotas, porque siempre las hay, pero también victorias como el Hotel León, Burger King, SEDES o Liberbank” apunta Antuña, para el que fue “un movimiento sin banderas excluyentes, donde nos juntamos gente de todos los sindicatos, y en el que crecimos mucho en lo personal y en lo sindical”.
Tras varios años de parón, las Asambleas de Trabajadores en Lucha vuelven a revitalizarse en un nuevo contexto de crisis. Fernando Álvarez “Zape” anuncia que las próximas convocatorias estarán relacionadas con Delcom, Santa Bárbara Trubia y Danone.