Hostelería: muchas horas, pocos derechos

A pesar de las dificultades propias de un sector muy atomizado, el sindicalismo va logrando penetrar en un área económica que emplea a 1.300.000 personas en España.

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David García Aristegui
David García Aristegui
Autor de "¿Por qué Marx no habló de copyright?" y "SGAE: el monopolio en decadencia" juanto a Ainara LeGardon. Trabaja como analista informático.

La patronal OTEA, Hostelería y Turismo de Asturias reconocía recientemente que no podrá seguir bloqueando el convenio por más tiempo debido a la falta de personal. En estos momentos, nos encontramos con los efectos de una polémica Reforma Laboral cuyo impacto en muchos sectores como el de la hostelería han sido evidentes desde el principio.

Desde las patronales se proporcionan cifras que hablan de un sector que genera en torno un 6,4% al PIB nacional y emplea a casi 1.300.000 personas, muchas veces de manera estacional. Con la entrada en vigor de la Reforma Laboral, desde el 30 de marzo los nuevos contratos deben ser en la mayoría de los casos indefinidos, bien como fijo, bien como fijo-discontínuo, con el final de los abusivos contratos eventuales y por obra y servicio.

Pero independientemente del fin de la temporalidad y el refuerzo de contratos fijos discontínuos, el cobro en negro y las horas extra sin remunerar son un secreto a voces en el sector. Algunos escándalos en ese sentido han permitido llevar el tema a los medios y que se sacuda un poco a la opinión pública. El amago de paro patronal en la Feria de Abril de Sevilla fue un desastre comunicativo a todos los niveles, con empresarios que demandaban condiciones esclavistas en las casetas. Por un lado, quedaba claro que los caseteros deconocían lo más elemental en materia laboral. Por otro, afirmaban que su modelo de negocio no era sostenible con turnos de 12 o incluso 14 horas diarias.

“La Feria de Abril es la punta del iceberg de la normalización de todo tipo de abusos”

La Feria de Abril es la punta del iceberg de la normalización de todo tipo de abusos, con el mar de fondo del discurso empresarial del no se encuentran camareros o el prefieren cobrar un ERTE y no trabajar. @SoyCamarero es una cuenta de Twitter que está realizando una labor excepcional relatando la realidad del trabajo en hostelería: “El trabajo sería de martes a domingo de 12:00 a 16:00 y de 20:00 al cierre. 800 euros al mes. Contrato 10 horas”. Por no hablar de una oferta con 74 días seguidos sin librar.

Camarero en una boda. Foto: Alisa Guerrero

¿Y los sindicatos? Estamos en un sector donde los convenios provinciales son muy importantes y con situaciones de lo más dispares: patronal y sindicatos acuerdan una subida salarial del 4,5% en la hostelería de la provincia de Alicante, en los hoteles de Gipuzkoa es probable que haya una huelga este verano y en Huelva se ha aprobado nuevo convenio de hostelería pero sin unanimidad entre los sindicatos.

Héctor González Pérez es sindicalista de la CSI y recuerda que la hostelería de Asturies ha estado algo más movilizada que el resto del país en los últimos tiempos: hubo dos amagos de huelga general en el sector impulsados por CCOO y UGT, tanto en el 2008 como en el 2012. Héctor asimismo estuvo implicado en un conflicto próximo a la hostelería, el de la pastelería La Suiza, con condenas a sindicalistas, simplemente por hacer lo habitual en un conflicto: piquetes. “Ahora hay un recurso de casación ante el Tribunal Supremo ya que hay seis personas condenadas a tres años y medio” señala González.

Piquete frente a La Suiza. Foto: El Salto.

Pau Carreres, trabajador del ocio nocturno y delegado sindical por CCOO en la sala madrileña Wurlitzer Ballroom explica que “hay poca presencia en el sector”, pero a pesar de ello “se está entrando en la hostelería nocturna”. Tras 14 años en la empresa para la que trabaja “las cosas no solo no mejoran, si no que después de la pandemia empeoran”. Esa situación que define como “caos” le llevó a dar el paso y organizar sindicalmente un centro en el que no existía experiencia previa.

¿Cuál fue la respuesta de la empresa ante la convocatoria de elecciones sindicales? “Fue muy muy negativa. Intentaron boicotear las elecciones. Presentaron una candidatura alternativa con su delegado independiente, uno de los encargados. Empatamos en votos y se quiso mentir diciendo que teníamos la misma antiguedad. La empresa me pone trabas en todos y cada uno de los asuntos y mejoras que intento hacer” explica Carreres, que lamenta la falta de solidaridad de algunos compañeros que “se quejaban de los horarios, de que llamaran de un día para otro”, pero luego no le respaldaron. Con todo, se siente orgulloso de esta insólita experiencia de sindicalismo en un ambiente tan hostil como la noche: “yo me presenté para mejorar las condiciones de los trabajadores, aunque algunos trabajadores no lo entiendan. Hay que cumplir el Convenio de Hostelería, que se está incumpliendo”.

El sindicalismo en el sector de la hostelería, poco a poco y con múltiples dificultades, va abriéndose paso, de hoteles a restaurantes de comida rápida, de cafeterías a locales de ocio nocturno.

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