La policía busca en los discos duros del director los 10 millones que se esfumaron de Vauste

Un sindicalista de CSI denunció al presidente de la empresa por los presuntos delitos de apropiación indebida y alzamiento de bienes

Recomendados

Bernardo Álvarez
Bernardo Álvarez
Graduado en psicología y ahora periodista entre Asturias y Madrid. Ha publicado artículos en ABC, Atlántica XXII, FronteraD y El Ciervo.

Un USB apareció en el buzón de la Corriente Sindical d’Izquierda. Sin firma ni remitente, el misterioso paquete contenía una copia del disco duro de la directora de finanzas de Vauste. Indagando en su contenido, los sindicalistas de CSI tuvieron acceso a una serie de extraños movimientos en las cuentas corrientes de la empresa y operaciones con tarjeta.

Fernando Álvarez, trabajador de Vauste desde el año 2009, fue quien llevó personalmente toda esa información al juzgado, en julio de 2020, para ponerle una demanda al director de la empresa por los presuntos delitos de alzamiento de bienes y malversación de fondos.

Ayer mismo, agentes del Delincuencia Económica y Tecnológica de Policía Nacional de Gijón irrumpía en las instalaciones de Vauste, ahora llamada Graham Corporate, con la autorización del Juzgado de Instrucción número 2 de Gijón, para intervenir el servidor de la empresa, los ordenadores del despacho del director y del departamento de contabilidad. Además, hace apenas quince días, otro auto de la jueza autoriza a los agentes a entrar en las cuentas de la empresa para rastrear las grandes transferencias de dinero que, presuntamente, habrían provocado la descapitalización de la empresa.

De no haber sido por el misterioso USB depositado en el sindicato y por la denuncia interpuesta por Álvarez, quien fue miembro del comité de empresa, la investigación no habría prosperado. “Estamos contentos”, reconoce Álvarez, “aunque ya sea un poco tarde, al menos sacaron el servidor. La cosa tiene buena pinta, y a ver si ahora consiguen saber a dónde se fue todo el dinero”.

Explica Álvarez que “todo empieza en 2016, cuando los 10 millones y medio que dio Tenecco para invertir desaparecieron. Se los llevó, parece Quantum, y hay una denuncia en Alemania por apropiación indebida de ese dinero”. Más tarde, durante el plan de liquidación de la empresa, “se iba a aportar una cantidad de dinero, pero al final no se invirtió nada”.

Desde el sindicato sabían “que había movimiento de dinero, pero no sabíamos las cantidades ni a donde iban”. Gracias al USB pudieron dar con “todos los movimientos de las cuentas de los bancos de la empresa y los movimientos de las tarjetas personales. Ahí aparecieron cargos a la empresa de gastos particulares, como viajes, y tres transferencias bastante altas, como de medio millón de euros, que se sabe de qué banco salen pero no a qué banco van”.

Además de esto, señala Álvarez que  la empresa, “en vez de hacer pagos e inversiones con dinero propio, empieza a pedir créditos. Fue algo que nos extrañó, porque el traspaso de la planta fue libre de cargas. La empresa paso en tres años de no tener deudas a tener casi 5 millones en créditos y los terrenos hipotecados”.

Actualidad