La pasada semana la dirección nacional del PP citó en la sede de la calle Génova, en Madrid, a Teresa Mallada y a Pablo González. En reuniones por separado se les comunicó que no se cuenta con ellos para liderar el partido en Asturias ni tampoco en Gijón y están fuera de cualquier horizonte para encabezar candidaturas respectivamente a las autonómicas y municipales.
Ante la nueva situación y con vistas a la realización de Congresos regional y local, Mallada y González han comenzado a mover ficha. Este jueves, ultimo día de junio, se celebró una reunión de la Junta Local del PP de Gijón, en la que Pablo González declaró el alta a 82 nuevos afiliados, en un intento por fortalecer su posición ante la dirección nacional del PP.
Nada parece casual en las palabras de Teresa Mallada cuando ayer instaba ante los medios a convertir el PP asturiano en la casa común del centro derecha para demoler “décadas de socialismo”. Sin embargo, en Madrid no ven las cosas exactamente igual. La investigación que está llevando a cabo el Tribunal de Cuentas al PP de Gijón, las demandas a Pablo González por malversación y delitos contra el honor, sólo han conseguido oscurecer más aún el futuro político del Partido Popular desde Madrid. Hay que recordar que en medio de este caos judicial que se investiga en el Juzgado número 4 de Gijón, también se investigan los vínculos de Pablo González con la consultora, Asturbarómetro, peteneciente a un familiar y que, tras varias encuestas, ni siquiera está dada de alta.

En medio de un clima de tensión creciente, ya se ha producido la primera baja, la de José Luis Fontaniella, ex alcalde de Cangas de Narcea, que ha dimitido, tal y como adelantaba ayer La Nueva España, como vicesecretario general responsable de política sectorial del PP de Asturias después de que Mallada y su equipo comunicaran el nombramiento de dos nuevos coordinadores territoriales del partido en la circunscripción occidental: Emilio de Vicente y Diego Paredes.