Más de 30.000 asturianos necesitan la subida del salario mínimo para afrontar la inflación

Yolanda Díaz y los sindicatos coinciden en la necesidad de elevar los sueldos más bajos, algo a lo que se opone la patronal.

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Diego Díaz Alonso
Diego Díaz Alonso
Historiador y activista social. Escribió en La Nueva España, Les Noticies, Diagonal y Atlántica XXII. Colabora en El Salto y dirige Nortes.

Entre 30.000 y 40.000 trabajadoras y trabajadores asturianos se beneficiarán directamente de la subida del SMI que plantea el Ministerio de Trabajo. Se trata de los asalariados y asalariadas, la mayoría son mujeres, con las peores remuneraciones de la comunidad. Trabajadores que perciben mil euros o menos, ya que están contratados a tiempo parcial. Empleados que trabajan en sectores con escasa fortaleza sindical y que necesitan que el Estado fije una retribución mínima por su empleo al estar escasamente protegidos por la negociación colectiva.

Este miércoles la ministra de trabajo ha vuelto a pedir a la CEOE que se siente a negociar  “por el bien de nuestro país”. Los empresarios llevan desde mayo fuera de la mesa de la negociación. Aunque este miércoles la la ministra Yolanda Díaz rebajaba el tono de sus críticas a la CEOE, la vicepresidenta ya ha anunciado que, con o sin el apoyo de la patronal, el SMI tendrá que subir en 2023. ¿Cuánto? La ministra plantea un alza fuerte, en consonancia con la subida de precios: por encima del 60% del salario medio. El viernes se reunirá la comisión de expertos que asesora al Ministerio, pero ya se habla de cifras. Entre 1.050 y 1.080 euros al mes en 14 pagas, una subida acorde a una inflación que en julio alcanzó el 10% y que está disminuyendo el poder adquisitivo de los asalariados. En UGT piden una propuesta más ambiciosa: 1.100 euros en 14 pagas. Es decir, 1.400 euros al año más de lo que percibe ahora mismo un trabajador o trabajadora que cobra el SMI.

“En UGT piden una propuesta más ambiciosa: 1.100 euros en 14 pagas”

Desde la patronal y el “sindicato” de Vox, Solidaridad, consideran inasumible esa subida salarial, sobre todo para las pequeñas empresas, y denuncian que afectará al empleo, algo que los críticos llevan prediciendo sin demasiado éxito desde la gran subida del SMI en 2018, cuando PSOE y Unidas Podemos pactaron elevarlo a 900 euros. El Banco de España anunció entonces que este incremento salarial destruiría 125.000 puestos de trabajo. La tendencia sin embargo ha sido la disminución progresiva del desempleo, que una vez superado el bache de la pandemia ha bajado hasta recuperar niveles previos a la crisis de 2008, a pesar del ligero repunte registrado este verano.

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