Pongamos que hablamos de cine. Impera el silencio entre algún que otro murmullo y la oscuridad tiñe de negro la sala. Da comienzo la película y los espectadores se relajan acomodados en sus butacas, donde cada pequeño problema cotidiano se diluye y es sustituido por una gran historia de misterio, terror, amor, locura… Ellos, los personajes, son entonces el verdadero nosotros. El poder del séptimo arte parece inabarcable.
Días de frío enmarcan este año el inicio, en el Teatro Filarmónica, de la programación de RADAR; los ciclos de cine organizados por SACO (Semana del Audiovisual Contemporáneo de Oviedo) y promovidos por la Fundación Municipal de Cultura. Su director, Pablo de María, nos presenta el primer bloque trimestral de películas proyectadas en enero, febrero y marzo, protagonizado por sendos homenajes a Angelo Badalamenti, compositor de multitud de obras dirigidas por David Lynch y fallecido a los 82 años el pasado 11 de diciembre, y al director alemán Robert Siodmak, maestro del cine negro, exiliado en Estados Unidos a causa del nazismo, y que dirigió películas como “La escalera de caracol” o “A través del espejo”.

Lo clásico y lo contemporáneo se mezclan, como seña de identidad, en RADAR. Pablo de María explica que “el cine es un conjunto global y todas las películas están interconectadas”. Nos preguntamos por el nexo entre Badalamenti y Siodmak. El director de SACO no duda y el juego para el espectador está servido con esta propuesta conjunta: “Lo valioso es descubrir conexiones entre lo clásico y lo contemporáneo, y la propuesta funciona.”
“Lo valioso es descubrir conexiones entre lo clásico y lo contemporáneo”
Los universos oníricos y ambiguos, por ejemplo, forman parte de las aportaciones cinematográficas de ambas figuras, desde sus distintas disciplinas. Las atmósferas y la proyección de los personajes se plasman tanto en lo visual como en lo sonoro, aspectos en que los cuales tanto Badalamenti como Siodmak destacaron, sin olvidar a Lynch. Según de María, “Robert Siodmak y David Lynch tienen en común el surrealismo, lo onírico, los sueños, el psicoanálisis, la forma en que el bien y el mal conviven en la misma persona, nadie es absolutamente bueno o malo. Siodmak buceaba en la psicología de los personajes, en cómo se desdoblan”.
El crudo invierno es el aliado ideal de este arranque de ciclo, oscuro y bello, donde realidad y ficción tienen mucho que ver. “Twin Peaks: Fuego camina conmigo” es una de las proyecciones programada para el 5 de febrero a las 19.00 horas. En la cinta, precuela de la afamada serie, “Lynch retrataba muy bien un maravilloso pueblo lleno de luz”, nos cuenta Pablo de María, “tras lo cual se vislumbra una terrible verdad”. Lo mismo ocurre hoy día en la sociedad, más si cabe si hablamos de redes sociales, donde las apariencias priman y suele venderse una imagen falsa. “El buen cine rasca debajo de la superficie aparente que nos rodea y nos hace enfrentarnos a lo terrible. Ambos, Lynch y Siodmak escarban en la psicología que hay más allá”.

Sobre la relación entre los grandes del cine, Pablo de María recuerda una anécdota que nos hace valorar la importancia de las conexiones personales a la hora de crear. “Cuentan que Badalamenti se situaba al teclado mientras Lynch le describía aquel pueblo del drama criminal, su clima, cómo era Laura Palmer, la chica desaparecida, como si se tratara de un cuento. Al tiempo, el compositor iba improvisando, buscando generar esa atmósfera y creando así la banda sonora de Twin Peaks.”
En estos jueves y domingos borrascosos ir al cine se convierte en refugio. Incluso si ya las hemos visto: “Cuando vuelves a ver una película piensas que no era como la recordabas, es más de lo que recordabas, ya sabes por qué te gustó tanto.”

Como tarea pendiente, queda disminuir esa brecha que existe entre el público muy joven y el adulto. De María explica que “desde los 13 años y hasta los 30 están más centrados en youtube y las redes sociales, conciben lo audiovisual de otra manera, como consumo. No son espectadores, son consumidores. A veces nos olvidamos de que somos ciudadanos”, subraya el organizador.
Hablando ya de todas las edades, remarca también que en ocasiones solo buscamos que nos ofrezcan aquello que sabemos previamente que nos gusta y delegamos en las plataformas la próxima elección. El cine, si nos liberamos de prejuicios, se convierte en instrumento de defensa vital: “Un espectador ha de tener un sentido crítico. Estamos muy acomodados, por ejemplo, nos asustamos cuando alguien dice que hay una crisis. Nos rodeamos de cosas que nos agradan y cuando falla algo estamos desprotegidos. El arte ayuda a conseguir herramientas para vivir y relacionarse con el mundo.”
Nos sobran los motivos para llenar las salas, en especial la del Filarmónica, y por ello a las dos primeras sesiones acudieron, con acceso gratuito, alrededor de 400 personas. Pablo de María pone en valor así las propuestas minoritarias y la versión original: “Se debe fomentar el acceso a todo tipo de oferta cultural. En 2023, la V.O.S. debería ser mayoritaria. ¿Isabella Rossellini doblada?”

A la propuesta de RADAR, hay que sumar la apertura de los cines Embajadores Foncalada en la capital asturiana. Pablo de María nos cuenta que “toda iniciativa que acerque el cine al público, manteniendo las mejores condiciones técnicas y cuidado la programación, es estupenda”. Tanto las salas de cine como las plataformas de visualización en casa “se complementan perfectamente y son herramientas maravillosas para disfrutar del cine y seguir manteniendo la hermosa costumbre de ver películas”, afirma el director de SACO.

Durante estos tres meses se proyectarán además películas de cine contemporáneo como la alemana “La puerta de al lado”, de Daniel Brühl, que aportará el toque de comedia el próximo jueves 2 de febrero. El cine francés estará presente con “Petite maman” el 2 de marzo, premio del público en el Festival de Berlín. Y la española “La voluntaria”, de Nely Reguera, es parte también de la programación. Gira entorno a la importancia de los cuidados en nuestra sociedad y la podremos ver el 9 de marzo.

No importa elegir la octava fila o la segunda, pasillo central o lateral izquierdo. Una vez se entra en el teatro, guarecidos de la lluvia, la rutina pasa a un segundo plano y es momento de sumergirse en los mundos ficticios del cine, conectando con el arte que enfrenta a lo terrible y ayuda a vivir mejor.
Jueves a las 20.00 y domingos a las 19.00 horas en el Teatro Filarmónica de Oviedo. Acceso libre hasta completar aforo.