“El CBD ayuda a estar mejor, pero no es milagroso ni te cura nada”

Paula González y Wilfredo García montaron en 2018, mucho antes del boom de estos productos de CBD, la tienda online Grupo Asturnani

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Bernardo Álvarez
Bernardo Álvarez
Graduado en psicología y ahora periodista entre Asturias y Madrid. Ha publicado artículos en ABC, Atlántica XXII, FronteraD y El Ciervo.

Del mismo modo que, según se dice, la censura obliga a los artistas a esforzarse por más concisos y creativos en sus obras, también sucede que las prohibiciones o las trabas legales dan lugar a ideas geniales entre los emprendedores. Así les sucedió a Paula González y Wifredo García, el matrimonio ovetense que está detrás de Grupo Asturnani, una empresa que comercializa productos de CBD. A quienes estas siglas no les suenen de nada, a partir de ahora deberán fijarse con más atención en los letreros de los comercios de su ciudad. Seguro que encontrarán más de uno y de dos anunciando cremas o aceites elaborados con este derivado del cannabis.

“Nuestra primera intención era fundar una asociación de fumadores de cannabis, pero vimos los problemas que había. Entonces descubrimos el CBD: lo probamos y nos gustó. Decidimos tirar por esos productos, que eran difíciles de conseguir y aquí casi nadie conocía. Montamos la tienda online en 2018, y así empezó todo”, relata González. Los productos que venden, aclara, están certificados por la Unión Europea y no son ni medicamentos ni sustancias psicoactivas.

Productos del Grupo Asturnani FOTO: Alisa Guerrero

“El CBD”, explica la empresaria, “es un cannabinoide, una sustancia que nuestro propio cuerpo produce. Una planta de cáñamo tiene cientos de cannabinoides, y el CBD es uno de ellos. El CBD no es psicoactivo, no te coloca ni te engancha. Es lo contrario del THC, que es cannabinoide de la planta que coloca cuando se fuma marihuana. Nosotros trabajamos con cáñamo, no con marihuana, pues hay mucha gente que confunde”.

Los distintos productos de CBD, ya sean aceites, cremas, jabones, grageas o flores para fumar, se utilizan por su capacidad para aliviar ciertas dolencias. “Se usa en tratamientos contra los efectos del cáncer, para la epilepsia, la ansiedad, dolores musculares, enfermedad de Crohn o problemas de sueño”, enumera González. Los efectos del CBD son fundamentalmente calmantes, “y por eso tiene un buen efecto terapéutico, porque muchas dolencias tienen mucho que ver con los nervios y, al calmarte, se alivian”.

Paula González muestra dos cogollos de CBD FOTO: Alisa Guerrero

Pone el ejemplo de su propio marido, que padece de soriasis: “Si está nervioso le salen más brotes. Pero con estos productos los brotes le bajan: está más tranquilo y, a nivel cutáneo, también alivian”. También el hijo del matrimonio, diagnosticado con Trastorno por Déficit de Atención, utiliza CBD para calmar sus síntomas. Puede citar decenas de casos conocidos entre sus clientes, desde pacientes que alivian sus graves dolores oncológicos a enfermos de Crohn que logran convivir con la enfermedad.

Eso sí, advierte: “No es una planta milagrosa, no es el Santo Grial. Hay gente que lo pinta como si fuera el descubrimiento del milenio. Es una planta, y no hay más. Te ayuda a estar mejor, pero no cura nada”.

Quizás se deba a ese deslumbramiento que ocasionan los productos nuevos, o al afán de distinción del consumidor moderno, o simplemente sea un síntoma del ajetreo y la velocidad desbocada de nuestras vidas. El caso es que desde hace años, aproximadamente desde 2019, estima González, la popularidad de estos productos se ha disparado.

Paula González, en la oficina del Grupo Asturnani FOTO: Alisa Guerrero

“Sobre todo a partir de la cuarentena fue brutal”, explica, “la gente no podía comprar drogas, y tiraba a buscar algo que la calmase”. Entre los clientes del Grupo Asturnani abundan sobre todo las personas con algún tipo de dolencia médica, pero también otros perfiles que utilizan el CBD con otros fines: “Hay, por ejemplo, gente que quiere dejar la fiesta y dejar de consumir drogas. Cuando los conoces los ves nerviosos y cansados, pero al cabo de una temporada usando CBD te dicen que duermen bien, que hacen rutas…”.

Ese boom del CBD también les ha ocasionado inconvenientes: “Ahora hay muchas empresas y personas que se aprovechan e intentan camuflar marihuana como si fuera CBD. Eso nos trae muchos problemas a quienes queremos vender un producto bueno, y también a los cultivadores”. Por una parte, han entrado en el mercado las grandes farmacéuticas, “que quieren llevarse el monopolio del fármaco, pero lo que hacen es CBD sintético”; y por otro, lo han hecho también cultivadores y mercadores de pocos escrúpulos que dicen vender CBD, pero en realidad “cultivan marihuana y luego bajan los porcentajes de THC en laboratorio. Eso no es CBD, es una planta quemada”.

Según la ley española, las plantas de cáñamo son legales hasta una concentración de THC del 0,2%. A partir de ese porcentaje ya se considera una droga ilegal, por lo que son frecuentes los controles de las autoridades en los cultivos de estas plantas. “Por culpa de esta gente”, dice González refiriéndose a esos competidores tramposos, “los que queremos hacer un buen producto tenemos muchas más analíticas e inspecciones. Los cultivadores tienen unos problemas brutales, hasta hay alguno en la cárcel”.

Wilfredo García muestra un paquete de flores de CBD FOTO: Alisa Guerrero

También en Asturias, donde hay “unos cultivos de mucha calidad”, son habituales estos problemas: “Hay cultivadores que se tuvieron que marchar por la presión que había. Por eso pedimos una regulación para el tema de los cultivos. Si una farmacéutica puede sacar una crema sintética del CBD, ¿por qué un artesano no puede vender una crema que haga con el cáñamo que él mismo cultiva? Es como si te prohíben plantar tus lechugas y comértelas”.

Debido a estos problemas legales, hace ya tiempo que Asturnani renunció a recurrir a cultivos locales y prefiere comprar el producto en Italia. “Y hace ya tiempo que en el local no tenemos controles, pero hemos tenido”, lamenta. Antes de terminar la entrevista, me pide que insista en algo fundamental: “Esto no es nada milagroso. Puede ayudar, y mucho, pero nada más”.

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1 COMENTARIO

  1. El CBD no cura pero para los enfermos crónicos de fibromialgia o en procesos de quimioterapia, es su salvación. No tiene contraindicaciones, no te atonta ni mengua tu calidad de vida y te permite sentirte válido. El CBD tanto en aceite para masajes como en infusión, te calma el dolor crónico sin adicciones, sin protectores de estomago, sin que peligre tu hígado y sin tener somnolencia. No es una cura pero si una ayuda muy sana para vivir ante la enfermedad.

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