Los soldados soviéticos que llegaron al campo de exterminio de Auschwitz el 27 de enero de 1945 encontraron 370.000 trajes de hombre, 837.000 vestidos de mujer, 44.000 pares de zapatos y 7,7 toneladas de cabello humano. Se calcula que 1,3 millones de personas fueron llevadas prisioneras a ese lugar.
Cuando el 5 de mayo de 1945 las tropas estadounidenses entraron en el campo de concentración nazi de Mauthausen, los republicanos españoles recibieron a las tropas aliadas con el cartel: “Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras”. Tres días después acababa la Guerra.
Y sin embargo aquellos republicanos españoles hubieron de quedarse un mes más allí: las tropas yanquis no los querían.

El 11 de abril fue la liberación del campo de Buchenwald, y uno de los sobrevivientes era el polesu Vicente García Riestra: la organización de la resistencia en el campo tomó el control un día antes, para prevenir las atrocidades de la guardia nazi en retirada.
Pero antes, en julio del 44, las tropas soviéticas habían liberado en Polonia el campo de Majdanek que los nazis destruyeron en su retirada, pero dejando intactas las cámaras de gas..

Dificil es imaginarse ese tiempo transcurrido entre julio del 44, o 27 de enero del 45 que se toma como día del holocausto, y el 5 de mayo, día de las víctimas españolas en los campos.
Aquí, en España, el franquismo ocultaba, ocultó, (y algunos pretenden seguir ocultando), los campos de exterminio del nazismo, donde miles de españoles fueron esclavizados, torturados, asesinados.
Este cinco de mayo celebraremos en Pola de Siero y Corvera actos en recuerdo a los asturianos deportados en los campos.