La crisis ecológica en la que nos encontramos inmersos presenta dos vertientes muy definidas: el cambio climático por el calentamiento global y la pérdida de biodiversidad. El cambio climático se encuentra hace tiempo entre nosotros: sequía e intensas olas de calor.
Queremos señalar que la protección de la biodiversidad no afecta solamente a los espacios naturales, es una asunto que debe incorporarse a la agenda política y al gobierno de las ciudades ya que el principal objetivo de cualquier política urbana debe ser la mejora de las condiciones de los habitantes de las ciudades promoviendo su desarrollo social y protegiendo su salud.
La naturaleza puede es indispensable para ello. Una estrategia de renaturalización sería la herramienta más eficiente en este proceso. Sin embargo, la urbanización se sigue asimilando hoy en día a la colonización del cemento y a los espacios diáfanos y sin vegetación en nuestras calles, plazas y lugares públicos al aire libre. Solo hay que remitirse a las últimas urbanizaciones realizadas en Oviedo para constatarlo.

Cómo consecuencia no solo nuestras ciudades se convierten en acumuladores de sol y de calor, sin apenas sombras ni vegetación salvo en los parques. El resultado es una desprotección para los ciudadanos en general y en mayor medida para los más vulnerables, no solo por su edad o por sus factores de riesgo, sino también por sus carencias habitacionales que les sitúan en condiciones de pobreza energética.
Como alternativa a todo esto, la renaturalización es un proceso de transformación mediante el que dejamos de enfrentarnos contra la naturaleza para convertirla en nuestra aliada y nos beneficiamos de los servicios que nos puede proporcionar. Queremos impregnar Oviedo de naturaleza.
“La urbanización se sigue asimilando hoy en día a la colonización del cemento y a los espacios diáfanos y sin vegetación “
Un proceso que debe ir de la mano de un nuevo modelo de movilidad activa basado en los carriles bici, las sendas peatonales seguras y el transporte público gratuito frente al actual nivel de tráfico individual, de contaminación atmosférica y de ruido ambiental.
Existe abundante evidencia científica de que los espacios verdes están relacionados con la mejora de las condiciones de salud física y mental de las personas, lo que se ha venido a considerar bajo el concepto de “biofilia”, que muestra que el bienestar de las personas mejora en la medida que se intensifica el contacto con la naturaleza.

Este contacto, puede alcanzar distintos grados, pero el grado crítico es aquel contacto diario que, en un entorno urbano, pueda proporcionarnos una dosis mínima esencial. La regla 3-30-300, es una teoría impulsada por el profesor Cecil Konijnendijk y que consiste en que todo el mundo que vive en una gran ciudad tenga al alcance de la vista tres árboles desde la ventana de su casa, un 30% de cubierta vegetal en su barrio y una zona verde a menos de 300 metros.
La renaturalización urbana, que consiste en la creación de itinerarios accesibles y espacios naturales de proximidad es importante para asegurar el acceso y el derecho a la naturaleza a toda la población, especialmente a los mayores, la infancia, personas con movilidad reducida o cualquier otra que no puede realizar largos desplazamientos para encontrarla, bien sea por motivos económicos, de salud o por otras causas. Es decir: contribuye a crear condiciones ambientales adecuadas en los espacios que habitamos, mejorando la calidad del aire, aumentando el confort térmico, y reduciendo el ruido.
Y también repercusiones beneficiosas en la salud y el bienestar de la población a través del fomento hábitos de vida más saludables, por eso es importante el deporte base y por eso proponemos una ciudad deportiva en el Cristo que sirva a todo Oviedo. Queremos promocionar el encuentro entre las personas, aumentando el uso y la vitalidad de los espacios urbanos comunes.

Por tanto, una estrategia de renaturalización urbana afecta en primer lugar al manejo de parques y jardines, a través de una gestión más sostenible de los mismos, pero va mucho más allá, al implicar la puesta en marcha de una red de espacios interconectados que aportarán valores ecológicos y paisajísticos. Se trata, en definitiva de permitir que la naturaleza vuelva a entrar en la ciudad identificando espacios sin uso y conectándolos a través de corredores ambientales.

Mientras que en los espacios naturales el objetivo es conservar la biodiversidad, en lo entornos urbanos hay una gran oportunidad para mejorarla. La ciudad y su entorno ofrecen numerosas oportunidades para establecer nuevos hábitats, que permitan aproximar ambientes naturales a toda la población. Renaturalizar no implica sólo crear zonas verdes, sino que esas zonas deben ser biodiversas, utilizando para ello especies vegetales de nuestro entorno natural que actuarán como atrayentes de biodiversidad de fauna. La especial oportunidad que nos brinda Ventanielles con la puesta en marcha de una gran zona natural en todos los terrenos ahora desatendidos será el núcleo de nuestra estrategia de renaturalización.

Todo este proceso se debe abordar a través del diseño de un plan estratégico de renaturalización para Oviedo, que debe comenzar por un estudio de la situación de partida (situación de biodiversidad y espacios verdes), identificando los ámbitos de actuación en cada barrio (espacios) y las posibles acciones: nuevos espacios verdes más complejos y biodiversos, también en La Vega y Ventanielles, jardines de lluvia, corredores verdes, minibosques, uso eficiente del agua, sistemas urbanos de drenaje sostenible, cubiertas vegetales, huertos urbanos, etc.
Este plan estratégico que proponemos debe incluir además de las actuaciones concretas, un conjunto de intervenciones inmateriales que tienen que ver con el necesario proceso de educación ambiental a toda la ciudadanía, empezando por las etapas escolares, pero incorporando también jornadas de comunicación a través del entramado social de los barrios.
Oviedo, que es capital de la cultura, cuenta con un medio rural y natural colindante de extrema belleza. Hay que dejarlo entrar en la ciudad, que Oviedo crezca de cara a su entorno y no de espaldas a él, incluido el Naranco. La alianza entre cultura y naturaleza nos convertirá en una de las ciudades más atractivas de Europa.