Los planes del Principado de Asturias para demoler el histórico edificio de la Malatería de San Lázaro, «el más singular del barrio» según los vecinos, siguen adelante, aunque con algunos cambios. En el inicio, la consejería de Derechos Sociales había anunciado la rehabilitación del antiguo hospicio parroquial para dar cabida a vivienda protegida de titularidad privada y precios asequibles. En aquel momento, proyectaban 29 viviendas en el marco de un programa de creación de 335 unidades residenciales en los concejos de Xixón, Avilés, Siero y Uviéu. Además, el plan incluía un centro de día y un aparcamiento subterráneo en el sótano.
Más adelante, Nortes tuvo acceso a un documento en el que el Principado valoraba el derribo total de las instalaciones de Gil Blas. Serían sustituidas por un edificio de seis alturas y un parking. En las seis plantas sobre rasante se estimaba construir una residencia para la tercera edad con 70 plazas y dedicar las últimas a casi una treintena de pisos para jóvenes o de tipo intergeneracional.
El Estudio previo sobre viabilidad urbanística redactado por José Andrés Menéndez Artime y que ahora maneja el Principado prevé unas condiciones ligeramente distintas. Más allá del cambio en la concepción del edificio, son los usos lo que más difiere de las ideas originales. Ya no se habla de viviendas, sino que todo el edificio prestaría servicios a las personas mayores, con la residencia que mantendría las 70 plazas y 28 apartamentos tutelados, pisos para personas mayores con un alto nivel de autonomía. Para ello, proponen la construcción de un edificio de planta «ligeramente rectangular».
Esto facilita enormemente los trámites urbanísticos, ya que ahora no sería necesaria una reforma para que el suelo tuviera un uso residencial, se mantiene el equipacional que ya poseen los terrenos.
La principal razón para el derribo siempre fue aprovechar al máximo la superficie de edificabilidad de la parcela. Actualmente, la zona de la parcela ocupada por la antigua Residencia San Lázaro está dividida en dos áreas: una sobre la que se asienta la edificación, y otra, en la parte trasera, con un espacio ajardinado que supone aproximadamente un tercio del total. La superficie construida aumentaría en tres mil metros cuadrados y pasaría de los ahora 4354,05 m2 hasta los 7375,99 m2.

Otro aspecto que revela el Estudio es la afectación de La Malatería por su cercanía al Camino de Santiago. El Plan General de Ordenación establece a cada margen del Camino una zona de protección que se extiende 30 metros a un lado y al otro. El propio documento reconoce esta afectación, aunque no habla de los efectos que tiene respecto a la tramitación del proyecto. Según el apartado 6º del artículo 3.5.2. del PGO, «la realización de actuaciones que afecten a edificios y elementos protegidos exigirá la previa obtención de las autorizaciones previstas en el citado Catálogo y la legislación protectora del patrimonio histórico». Esto implica que, pese a que el edificio no está protegido debido al incumplimiento por parte del Ayuntamiento de sus propios acuerdos, cualquier cambio en la fachada de la Malatería debe recibir la autorización de la Consejería de Cultura.

El sábado 13 a las 12:00, la plataforma La Malatería no se tira ha convocado una concentración frente al Ayuntamiento de Oviedo para exigir el mantenimiento del edificio, que en seis años cumplirá un siglo desde su levantamiento.