Crisis económica, pandemia, guerra en Ucrania, espiral inflacionista y emergencia climática. El mundo lleva una década larga encadenando catástrofes y la política local, regional o estatal, poco puede más que “gestionar las consecuencias” y “aplicar medidas paliativas o de emergencia” para afrontar grandes problemas transnacionales que exceden sus fronteras. Esa es la tesis del nuevo libro de Gaspar Llamazares, “Sumar en tiempos de catástrofes”, un ensayo no demasiado optimista sobre tiempos sombríos en los que según el autor y candidato a la alcaldía de Oviedo/Uviéu, un sector importante de la sociedad está transformando su miedo a perderlo todo en el anhelo de “poderes duros que den un puñetazo encima de la mesa”. Este martes presentó el ensayo en Trubia, Oviedo/Uviéu, en un acto en el que estuvo acompañado por la periodista Pilar Rubiera.
La actual crisis francesa, en el que el movimiento social y sindical se encuentra atrapado en “la tenaza” del neoliberalismo de Macron y el “populismo” de Le Pen, es para el autor un buen ejemplo del drama que vive la izquierda, que puede acumular fuerza a nivel de calle y opinión pública sin que eso se traduzca en cambios políticos.
Para Llamazares ningún problema se puede resolver desde una sola administración y por eso considera imprescindible avanzar hacia una gobernanza europea que ofrezca respuestas colectivas para un mundo interdependiente sin perder por ello la imprescindible participación democrática: “ese es el reto”. El veterano político, otra vez en activo, se mostró ligeramente esperanzado con la nueva posición de la Comisión Europea, reflejada en una gestión de la nueva crisis muy diferente a la aplicada en 2008, que califica de “fracaso social y político”. Una diferencia que se ejemplifica bien entre la apuesta en 2015 por aplastar a Syriza y el nuevo trato, mucho más amable, dispensado al actual gobierno de coalición PSOE-UP en España.