Lo decía Iván Redondo en un tuit: “Estamos en el marco municipales 2007 ganando @psoe o 2015 venciendo @ppopular. No se tenía que haber llegado hasta aquí. Los penaltis son una lotería”. Los penaltis parecen una lotería, pero son una técnica. Lo sabe muy bien Luis Enrique, que vio como su selección sucumbía en la tanda de penaltis del último mundial. Qué desastre.
Pero quédense con la afirmación del principio, porque ofrece claves para comprender estas elecciones locales. “Estamos en el marco municipales 2007 ganando el PSOE o 2015 venciendo el PP”. Redondo nos invita a buscar en las elecciones del 2023 la foto fija del 2007 y del 2015.
Revisitamos la foto de 2007. Es el año en el que finaliza el primer mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. Recordemos que todos los presidentes de nuestro país han cumplido siempre dos mandatos, a excepción de Felipe González que gobernó dos ciclos o, visto desde otra perspectiva, 14 años de nuestra vida. 2007 es el año previo al colapso financiero, es el año en el que este país y el resto del mundo no sabía todavía qué iba a cambiar todo para siempre en sólo un año. En 2007 gobierna durante su segundo mandato George W. Bush los EEUU. Hará un ciclo completo, como Clinton antes, como Obama después, y en la UE aún no saben todavía que todos los mecanismos de ampliación e integración comunitaria se paralizarán cuando se anuncie la caída de Lehman Brothers y alguien, incrédulo, exclame la frase So big to fall. Pero para eso falta menos de un año.

Despleguemos ahora el mapa regional. En 2007 Vicente Álvarez Areces gobierna Asturias. Lo hace desde el año 1999. Se juega su tercer mandato en esas elecciones, con las que pretende ganar e inaugurar el nuevo Hospital Universitario Central de Asturias, una auténtica ciudad hospitalaria que mira hacia el futuro. También es el mandato con el que entregará en fecha y forma la ampliación de El Musel y se abordarán íntegramente las competencias en educación y sanidad. Las elecciones de 2007 autonómicas se parecen bastante a las elecciones autonómicas de 2023. Se presentan tranquilas. Sabe, como Adrián Barbón hoy, que gobernará con IU, porque entonces, como dentro de 10 días, al otro lado del Mississippi no hay o no habrá nada. Sólo ruido.
Volvamos a Iván Redondo: “Estamos en el marco municipales 2007 ganando @psoe o 2015 venciendo @ppopular”. En Gijón, Paz Fernández Felgueroso se presenta a la reelección de su tercer mandato. Después de la mayoría absoluta de 1999, no volvera a sacar más de 14 concejales. En 2007 se queda a tan solo un concejal de la mayoría absoluta; consigue 13 ediles frente a los 12 de Pilar Fernández Pardo. Habrá un gobierno de izquierdas con el apoyo de Jesús Montes Estrada (IU) que firmará un acuerdo de gobierno con el secretario local de los socialistas, José Manuel Sariego, basado en el principio de corresponsabilidad (acordamos los desacuerdos y repartimos los aciertos) cuya fortaleza permitirá que se mantenga a lo largo de todo el mandato.

¿Qué clima, qué retos tiene por delante ese gobierno? ¿Eran aquellas unas elecciones tan polarizadas como estas? ¿Se imponía el relato nacional sobre el devenir electoral y las propuestas locales y regionales? En el acta de la sesión extraordinaria del 16 de julio del 2007 quedaron registradas algunas respuestas a estas preguntas. El PP acusaba a los socialistas de inactividad y de ocasiones desaprovechadas, de incumplimiento sistemático de promesas, parálisis e inacción. Las palabras de Pilar Fernández Pardo, hoy número dos del partido en la candidatura regional, eran lanzadas como dardos sobre las comunicaciones asturianas, sobre el metrotrén hasta Veriña, sobre la barrera ferroviaria, sobre la llegada del AVE hasta Gijón o la reordenación del Muro de San Lorenzo, sobre retos como el tráfico y el aparcamiento. Por su parte, Jesús Montes Estrada recordaba que la abstención había alcanzado el 40%. Solo un 6 había votado en el distrito centro frente al 57% del distrito oeste. El PSOE había perdido casi 3000 votos en aquellas elecciones con las que se le escapaba la mayoría absoluta, mientras la coalición IU-Bloque por Asturias-Los Verdes (hoy sería Convocatoria por Xixón), se dejaba otras 1.700 papeletas por el camino. Efectos del señor D´Hont, el belga. También recordaba Churruca que la campaña había sido completamente polarizada “como si de unas primarias se tratara, centrada en debates que nada tenían que ver con el ámbito municipal ni autonómico”.

A medida que escribo, la foto de 2007 se parece más a la de 2023. En aquel año, la izquierda tenía en su horizonte la reforma del Estatuto, aunque el dirigente comunista apremiaba antes por un pacto que garantizara la autonomía local y desarrollara el municipalismo, con una financiación estatal que llegar al 33% de sus presupuestos, que por la cooficialidad.
El discurso de José Manuel Sariego entonces no estaba muy lejos del discurso de Monchu García ahora: “Una ciudad no es segura si no es justa y no es justa si no crea empleo, vivienda, igualdad, educación, calidad medioambiental y servicios para todos”. El discurso igualitario de 2007 no ha cambiado mucho en estos 16 años. Hemos pactado los desacuerdos repartido los aciertos, afirmaba el secretario local del PSOE. “Hemos luchado por una ciudad que se sienta orgullosa de sí misma, que se quiera parecer a sí misma, que se sienta bien al mirar lo que es y lo que pueden llegar a ser” añadía.

El discurso de la izquierda hablaba entonces de un Gijón que se permitía a sí mismo soñar. Y es Sariego quien nos da el nervio de aquel 2007 que se parece tanto al de 2023: “Queremos y haremos una ciudad más avanzada y exigente, más comprometida con Asturias y encaminada siempre hacia la igualdad en todos los órdenes de la vida. Una ciudad en la que la convivencia, la libertad y la seguridad sean el marco único en el que crezcan nuestas posibilidades de progreso. Queremos y haremos una ciudad en la que los poderes públicos sigan fomentando, alentando y protegiendo servicios públicos que impidan que nadie se sienta solo ante la necesidad”.

La foto de 2023 se parece mucho a la de 2007, pero no es la misma foto. A veces creemos que todo sucede al mismo tiempo en todas partes, pero no es así. El Gijón de 2023 sale de una pandemia, una crisis económica, resiste los embates de una guerra, se prepara para la emergencia climática. El Gijón de Paz Fernández Felgueroso cerraba un ciclo político con cuatro años por delante y el de Luis Manuel Flórez “Floro” inicia otro con el horizonte de los 12 concejales. El Gijon de 2007 no sabía lo que se le venía encima y el de 2023 busca reconciliar una ciudad, enchufarla a la economía circular, verde y azul, concentra sus esfuerzos en la conquista del oeste. Aquel era un epílogo del socialismo local y el de Floro es un nuevo comienzo.