Carlos Fernández Llaneza es un hombre tranquilo. Le veo de lejos, caminando hacia el lugar que hemos elegido para vernos, en los jardines de Juzgados en los que no hace tanto se celebraban botellones. Mientras avanza por ese valle cercado de instituciones y salpimentado por zonas verdes y otras azules, una mujer le para para preguntarle qué tal está. Hablan un rato y sigue su camino a nuestro encuentro.
El candidato del Partido Socialista tiene los brazos largos y le cuesta posar para las fotos, al contrario que su hija, de quien resalta su fotogenia natural. «Sale bien hasta cuando está enfadada», nos cuenta.
Lo que sigue es una transcripción de la conversación que mantuvimos sentados bajo la efigie de Leopoldo Alas, Clarín. Allí, antes de empezar a grabar, nos habla de la historia del monumento homenaje al escritor de La Regenta, de cómo en el 37 fue destruida y la cabeza del literato, periodista y concejal del Ayuntamiento de Oviedo, fue sustituida por la de un burro.
Estamos en la recta final de la campaña, ¿cómo te encuentras?
Son días intensos, pero estoy intentando disfrutar del viaje. Es una experiencia nueva, pero muy rica. Dejando al margen el cansancio, es una experiencia única. Además, hay que decir que muy poca gente tiene la oportunidad de vivir esto.
Es única, es una experiencia nueva porque esta es la primera vez que te presentas a la alcaldía, pero no es la primera ocasión en la que concurres en unas elecciones como candidato. ¿Qué diferencias y similitudes ves con ese otro periodo en el que ocupaste un sillón en la Corporación?
La primera es que en 2003 yo iba octavo en la lista, por lo que la responsabilidad sobre la campaña es totalmente distinto. También creo que la sociedad es distinta. Yo tenía 20 años menos, así que mi visión y mi conocimiento de Oviedo también era muy diferente. Soy el mismo Carlos Fernández Llaneza de 2003, pero a la vez no tiene nada que ver con el Carlos Fernández Llaneza de 2003, por mucho que se diga que 20 años no son nada.

Ahora tu conocimiento de Oviedo es distinto, y tú tienes un perfil que se apoya mucho en un profundo conocimiento de la historia de la ciudad. ¿Qué fortalezas te aporta eso como candidato?
En estos últimos 10 años, gracias al trabajo de publicación de artículos semanales en prensa, he tenido la oportunidad de empaparme de Oviedo y de su historia. Es muy importante saber de dónde venimos para saber a dónde queremos ir. Además, conocer lo que sucedió en una ciudad te da muchas pistas para valorar más y mejor la ciudad que quieres construir.
También hay una cuestión personal. Cuanto más conoces a alguien, si esa persona te gusta, más te enamoras de ella. Esos más de 500 artículos y charlas sirvieron para que Oviedo me llenara. No es solo conocer su historia y determinados hechos, sino algo intangible, que es conocer la ciudad en la que vives. Vas conociendo su historia, su paisaje y su paisanaje, la sociedad y el espíritu que prevalece por encima de todo eso. Eso es importante saberlo cuando pretendes gobernar una ciudad.
Con esa brújula que es la historia y el conocimiento del concejo amado sabemos a dónde queremos ir. ¿A dónde quiere ir la candidatura que encabezas? ¿Cuál es ese Oviedo?
Hay un Oviedo que tiene que dar un salto a la modernidad. Estamos en un punto en el que se nos abren varias ventanas de oportunidad que no podemos despreciar, como construir una ciudad mucho más social, mucho más sostenible, algo obligado y transversal en todas las políticas, reforzar el papel de nuestra capitalidad, abrirnos a Europa y no solo a sus fondos, sino realizar un alineamiento de ideas que nos puede aportar mucho.
Necesitamos también un urbanismo mucho más amable y más de acuerdo con los tiempos, porque la sociedad está cambiando y a una velocidad muy acelerada. Hay cambios que nos van a venir impuestos, como los derivados del cambio climático, y otros aspectos nuevos que nos pueden ayudar mucho como la Inteligencia Artificial, las nuevas tecnologías o el desarrollo de empleos a través de la biotecnología e industrias de valor añadido.
Oviedo es una ciudad de oportunidades, y tenemos una serie de ventanas abiertas que tenemos que aprovechar.

Una de las ventanas que comentabas era la relacionada con el urbanismo, quiero centrarme en la vivienda. Ahora mismo hay una preocupación que es el desarrollo de vivienda de uso turístico y cómo puede desplazar a los vecinos de los barrios.
Te cuento un caso muy ilustrativo. Un amigo pagaba 600€ de alquiler por un piso en el Antiguo. Lo compró, y ahora lo alquilan y sacan eso en una semana. Eso dificulta mucho los alquileres y puede expulsar de algunas zonas a gente mayor con rentas antiguas o gente joven, por lo que hay que ser muy cautelosos y analizarlo para poner un límite a la existencia de viviendas que puedan tener usos turísticos para que no se caiga en la exclusión de jóvenes, familias o mayores de zonas como puede ser el Antiguo.
En este momento en el que perdemos población, ¿es mejor construir nueva vivienda o utilizar las que ya están construidas?
En Oviedo hay 20.000 viviendas vacías que habría que intentar mover. Que haya vivienda pública, si beneficia a jóvenes con alquileres asequibles o con una posibilidad real de compra, me parece bien. Este es un problema para jóvenes y para gente de mediana edad. Que haya vivienda pública es buena noticia.
¿Esa vivienda pública se proyecta en La Vega?, ¿o se puede llevar a otras zonas?
Llevo escribiendo mucho sobre La Vega y el tiempo parece darme la razón con lo que va ocurriendo. La Vega es una oportunidad de futuro única para Oviedo. Es uno de los pilares sobre los que se tiene que asentar el desarrollo industrial, social y cultural del concejo. Ahora se plantea que pueda haber vivienda, pero estamos poniendo el carro por delante de los bueyes, porque lo que falta es decidir el ámbito. Eso lo tiene que hacer el Ayuntamiento en la atribución de sus competencias urbanísticas. Cuando hagamos esa definición, sabremos cuánta vivienda y dónde. Hablar ahora de cifras me parece un error, algo en lo que coinciden los urbanistas con los que he estado hablando.
Estamos haciendo urbanismo a golpe de improvisación y de tweet, cuando lo que hace falta es conocer qué dice el convenio que estaba hecho, y en un futuro, cuando sea alcalde, definiremos un convenio que sea el más beneficioso para la ciudad con un proceso participativo.
Hablar de cifras es precipitado, y eso es lo que ha hecho Gaspar Llamazares en los últimos días, con una propuesta que se parece mucho a la que habíais hecho desde vuestra candidatura. En cambio, parece que el candidato de Izquierda Unida lo que ofrece es un pacto a Alfredo Canteli.
En el debate sobre La Vega nosotros ofrecimos un pacto a todas las fuerzas políticas. Eso es lo que hace falta, y a partir de ahí ver cómo podemos aunar consensos, algo en lo que yo me siento muy cómodo y que me gustaría mucho: ver cómo podemos consensuar los grandes temas de ciudad política y socialmente.
Las encuestas publicadas no le dan mucho aire a la candidatura socialista. ¿Cómo recibís esto y qué expectativas tenéis?
Dejemos que la gente vote. Las encuestas están ahí y las vemos con interés, pero lo que hay que hacer es votar con ilusión, pensando en el Oviedo que queremos y ejercer nuestro bendito derecho democrático, y el 28 por la noche hablaremos.

Hagamos un poco de política ficción. Llega el 29 y hay una mayoría alternativa a Alfredo Canteli, ¿le ves liderando la oposición?
No lo sé, habría que preguntarle a él. Desconozco sus expectativas.
Sé que esto tampoco lo vas a poder contestar porque la política de pactos en el PSOE corresponde a los órganos del partido, pero, ¿tú te verías cómodo encabezando un gobierno con concejales de IU, Podemos e incluso Foro?
No es que quiera esquivar la cuestión, pero vamos a ir cruzando los puentes según lleguemos a ellos.
Se habla mucho de un Oviedo futuro, pero ahora hay un Oviedo actual y real que todos amamos y queremos. ¿Qué reivindicarías tú de este Oviedo?
Ese espíritu ovetense muy intangible, aunque suene demasiado general. Yo pongo un ejemplo siempre, cuando Oviedo era gris y yo era niño, también quería a Oviedo, lo sentía. Había algo. No es que seas mejor o peor, es distinto. Vas descubriendo ese sentimiento de pertenencia a una comunidad, de enraizar, que no tiene nada de excluyente. Es un sentimiento de orgullo de pertenecer a una ciudad que tiene muchísima historia y ha dado muchísima buena gente, que ha peleado y que tiene un futuro. Eso es lo que se conserva a día de hoy por encima de muchas otras cosas y te lleva a decir «vamos a apostar por esta ciudad porque merece la pena». Siempre lo mereció, tiene un gran potencia, y seguirá mereciendo la pena pelear por ella.
Estamos en un momento de cambio y me interesa saber a qué os suena a los candidatos este punto de la historia, qué canción elegirías para describirla.
Había una canción que me gustaba mucho de chaval, con mucha marcha. Un paso adelante, de Madness. Eso es lo que necesita Oviedo ahora, dar un paso adelante.
El cuestionario
¿Un barrio?
Vallobín
¿Un rincón oculto?
La Peña Llampaya
Un punto del rural
Ídem
¿Un bara tomarse un pincho?
Soy poco de bares, pero siempre me gustó mucho Casa Ramón. Iba mucho de chaval a tomar un caldo cuando me escaqueaba del instituto.
¿Para tomarse una copa?
En bares soy muy promiscuo, porque soy muy andarín y paro poco. De noche hace mucho que no salgo. Voy a decir dos bares a los que iba a tomarme una cerveza, el Cícero y el Xuantipa, que estaba metido en un callejón que también quedó cerrado hace años.
¿Dónde pasas Martes de Campo?
En el Campo. Soy socio de la Sociedad Protectora y de la Cofradía de la Balesquida desde hace muchísimos años y cojo el bollo en ambas. Desde pequeño siempre vine al Campo con mis padres, y ahora con mis hijos. Es costumbre fija.
¿Un personaje del concejo?
Alfonso II, el que trajo la Corte, estableció relaciones con Europa, empezó un arte maravilloso, el arte asturiano, inició el camino primitivo… y si tuviera que quedarme con alguno actual, citaría a Carmen Ruiz Tilve, la persona que mejor ha sabido leer y escribir la ciudad de Oviedo.
¿Un momento para recordar?
El ascenso del Real Oviedo a 1ª división. Lo recuerdo como un éxtasis colectivo que además no era contra nadie. Fue un momento de ilusión y esperanza, que es algo que le hace falta a Oviedo ahora.
¿Algo que ya no esté en Oviedo y eches de menos?
Hemos perdido muchas cosas. A mí me encantaría que conserváramos el Acueducto de los Pilares, como planteaba Juan Miguel de la Guardia, hemos perdido el chalet de Almacenes Olvidares, el palacete de Concha Heres, la estación de El Vasco. También se está perdiendo el comercio tradicional, ahora todo se está homogeneizando todo.